Los 2 tipos de tratamientos psicológicos para la adicción al tabaco

Veamos cómo funcionan los principales tipos de tratamientos psicológicos para la adicción al tabaco.

Tipos de tratamientos psicológicos para la adicción al tabaco

Quizás quien esté leyendo este artículo esté tratando de dejar su adicción al tabaco o esté tratando de ayudar a alguien que quiera dejar de fumar. Es normal que así sea, dado que el tabaquismo es una de las adicciones más frecuentes y más dañinas.

Sea como fuere, en el presente artículo podrá encontrar la información más importante acerca de los principales tipos de tratamientos para la adicción al tabaco.

Los efectos perjudiciales del consumo de tabaco

Se estima que el tabaco contiene aproximadamente 2.550 componentes, que aumentan exponencialmente cuando se enciende el cigarrillo, habiendo dos que son los más representativos: el alquitrán y la nicotina. Esta última es la que tiene realmente el poder adictivo del tabaco, además de producir efectos nocivos a nivel cardiovascular.

La adicción al tabaco alcanza tal magnitud que se estima que tiene una tasa de adicción del 32%, siendo muy superior a la de otras sustancias como, por ejemplo, el alcohol que tiene una tasa del 15% y el cannabis del 10%. Esto permite deducir, en parte, el motivo de la suma dificultad a la hora de cumplir con éxito cualquiera de los distintos tipos de tratamientos para dejar la adicción al tabaco.

Entre los múltiples problemas causados por la adicción se encuentran los siguientes que se expondrán a continuación.

En primer lugar, están las enfermedades cardiovasculares. Diversos estudios estiman que 1 de cada 5 muertes producidas por enfermedades cardiovasculares son por el consumo de tabaco.

Dichos datos han sido encontrados con motivo de la relación que hay entre el consumo de nicotina y la activación del sistema nervioso parasimpático, causante de una elevación de la frecuencia cardíaca y la presión arterial.

Con respecto al cáncer, es sabido y ampliamente investigado que el tabaco juega un papel importante en su aparición y, concretamente, es el cáncer de pulmón el que suele desarrollarse con mayor frecuencia. Se ha estimado que 4 de cada 5 muertes debidas al cáncer por el consumo habitual de tabaco son por cáncer pulmonar.

El envejecimiento de la piel es otra de las consecuencias más comunes propiciadas por la adicción al tabaco. Unos investigadores descubrieron, analizando a varios sujetos, que el consumo habitual y prolongado en el tiempo de tabaco produce la “piel del cigarrillo”, caracterizada por ser pálida, grisácea y arrugada. En otro estudio se asoció que la adicción al tabaco durante la juventud desencadenaba una prematura aparición de arrugas en la piel.

El consumo de tabaco también tiene relación con la disfunción sexual, dado que tiene un efecto nocivo sobre las arterias más pequeñas, lo cual dificulta el proceso de erección. Cabe destacar que una reciente investigación descubrió que se producía una mejora de la respuesta sexual en hombres cuando abandonaron la adicción al tabaco y esto podría deberse al aumento de la actividad parasimpática de su organismo.

Otros datos propiciados por el hábito de fumar que conviene destacar son los siguientes:

  • Se calcula que causa el 80% de los fallecimientos por enfermedades respiratorias, como el enfisema y la bronquitis crónica.
  • Se ha encontrado en investigaciones que la adicción al tabaco está asociada con la aparición de úlceras y con tener más papeletas para contraer un resfriado.
  • Estudios concuerdan en la relación encontrada entre el consumo habitual de tabaco y tener una menor densidad de la masa ósea.
Tratamientos del tabaquismo

Principales tipos de tratamiento psicológico para el tabaquismo

Existen investigaciones que concluyeron que si una persona con adicción al tabaco lo consigue abandonar durante un mínimo de 16 años, su esperanza de vida podría llegar a ser comparable a la de una persona que nunca ha fumado.

Eso sí, esta esperanza no es igual en todos los casos, ya que se ha encontrado que dejar de fumar reduce las posibilidades de desarrollar una enfermedad cardiovascular pero esto no ocurre con la reducción del riesgo de desarrollar un cáncer de pulmón en aquellos que llevan un largo historial como fumadores.

En el ámbito social, antaño fumar estaba socialmente visto de una manera positiva; en cambio, en la actualidad está empezando a ocurrir lo opuesto.

En un reciente estudio se pudo encontrar que el 90% de los sujetos participantes preferirían mantener relaciones con no fumadores y, entre los motivos estaban el olor del tabaco, no poder soportar el humo o el mal aliento que podría causar el hábito de fumar.

Por consiguiente, es importante sacar provecho de las técnicas y tratamientos para la adicción al tabaco más eficaces, que veremos a continuación.

Tratamiento multicomponente para la adicción al tabaco

Este tratamiento para dejar de fumar puede ser aplicado tanto de manera individual como grupal y se realiza durante 6 o 7 sesiones. Dichas sesiones tienen la duración aproximada de 1 hora y con una frecuencia de una sesión a la semana.

La técnica más importante que se emplea en este tratamiento se conoce como RGINA (Reducción Gradual de Ingestión de Nicotina y Alquitrán), y esta se compone de los siguientes objetivos:

  • Hacer una valoración de la línea base, que consiste en conocer el número de cigarrillos diarios que suele consumir.
  • Reducir gradualmente la cantidad de alquitrán y nicotina consumida a través del cambio semanal por otra marca que no esté habituado a fumar, con el fin de que su sensación de recompensa a la hora de fumar se vaya reduciendo.

También se dan las instrucciones para rellenar todos los días una hoja de autorregistro anotando el número de cigarrillos que consume para poder ver de manera representada la reducción gradual de los cigarrillos fumados.

Este método lo que busca es reducir poco a poco el consumo de cigarrillos hasta alcanzar una determinada meta (p. ej., consumir la mitad de lo que solía hacer anteriormente) y, en el momento que se encuentre preparado, erradicar por completo el hábito de fumar.

Esta es una buena opción para personas que tienen una adicción al tabaco bastante prominente, por lo que les resultaría casi imposible dejar de fumar de golpe, dado que el síndrome de abstinencia les causaría un tremendo malestar.

Es de gran ayuda si el paciente tiene algún amigo, pareja o familiar en el que apoyarse en todo momento y, sobre todo, cuando flaquean sus fuerzas a la hora de luchar contra la adicción al tabaco.

Sesión 1

Se comienza el tratamiento dando información sobre las ventajas que tiene la reducción gradual del consumo de tabaco, prosiguiendo con la encomendación de algunas pautas sobre la realización de la hoja de autorregistro, donde el paciente debe anotar la frecuencia con la que suele fumar y en qué momentos y lugares suele hacerlo, para que ambos (psicólogo y paciente) puedan ver las situaciones críticas que propician un mayor consumo.

También es conveniente consensuar un contrato terapéutico en el que se fijen las pautas a seguir por el paciente y los objetivos marcados que debería ir alcanzando semanalmente.

Sesión 2

En esta fase se realiza la psicoeducación acerca del tabaco y los problemas su consumo prolongado podría llegar a causar, acompañándose de un folleto realizado por profesionales que lo ilustre. Después se analizaría el autorregistro cumplimentado la semana pasada para poder observar los momentos en los que el deseo de fumar aumenta.

Se prosigue con consejos para controlar aquéllos estímulos que le causan el deseo de fumar para que aprenda a controlarlo (p. ej., lugares en los que le entran más ganas de fumar, horas del día en las que fuma más a menudo, etc.).

En las sesiones grupales se debatirá acerca de las razones e inconvenientes a la hora de intentar dejar la adicción al tabaco.

Sesión 3

En esta fase se comienza ayudando al paciente a resolver posibles problemas que se le presentaron la semana pasada a la hora de la reducción del consumo de cigarrillos.

Después se analiza el autorregistro, animándole a seguir reduciendo el consumo de forma gradual y, en caso de sentirse preparado, debería alcanzar una reducción de consumo de tabaco a la mitad de lo que solía consumir.

También es importante seguir analizando conjuntamente los estímulos y situaciones que le provocan un mayor deseo de fumar para ayudarle a adquirir pautas y hábitos que puedan contrarrestar ese deseo.

Sesión 4

En la línea de la anterior sesión, se comienza por la resolución de dificultades ocurridas en la anterior semana a la hora de continuar con un consumo atenuado de tabaco. Se prosigue con el análisis del autorregistro de consumo para proceder a continuar ayudando al paciente con el control situacional y personal a la hora de desear fumar con mayor intensidad.

Sesión 5

Siguiendo la misma dinámica que las anteriores sesiones, se empieza resolviendo problemas que se le hayan presentado en la semana anterior con respecto a su hábito de consumo, se realiza un análisis del autorregistro del consumo de tabaco y, por último, se le encomienda al paciente el objetivo de suprimir por completo el hábito de fumar a partir de ese momento, trabajando y reforzando las estrategias aprendidas anteriormente para controlar las situaciones y estímulos que acrecientan las ganas de fumar.

Sesiones 6 y 7

Al igual que las otras semanas, se da inicio a las sesiones ayudando al paciente a debatir y resolver los problemas que le hayan podido surgir para mantener la abstinencia total del consumo de tabaco.

A continuación, se evalúan los síntomas de abstinencia que hayan aparecido para ayudarle a manejar estrategias que le permitan mantenerlos a raya en la medida de lo posible.

Se prosigue con el entrenamiento de habilidades que permitan al paciente plantarle cara a las situaciones de riesgo que aumentan las ganas de fumar y, además, se practican conductas que supongan una alternativa para llevar a cabo en esos momentos en que se encuentra tentado a retomar el hábito de fumar.

Tratamiento Cognitivo-Conductual (TCC) para la adicción al tabaco

La TCC, como tratamiento para la adicción al tabaco, tiene una alta eficacia probada en varias investigaciones y está caracterizada por el uso de varias técnicas con el objetivo de tratar varios problemas de distinta índole que intervienen en el mantenimiento del hábito de fumar.

En las primeras sesiones de este tratamiento, el objetivo principal es tratar de motivar al paciente en su compromiso con el cambio de hábitos con el fin de dejar de fumar, y para ello se utilizan estrategias como el contrato de contingencias, que consiste en consensuar las pautas que debe seguir con respecto al hábito de fumar para conseguir una reducción en el consumo. Por otro lado, se debaten las ventajas e inconvenientes del cese de consumir tabaco.

Este tratamiento también utiliza la técnica comúnmente conocida como RGINA, con el objetivo de reducir de manera gradual el consumo de cigarrillos.

Otras estrategias utilizadas en el TCC son el control de estímulos relacionados con el consumo habitual de tabaco, el entrenamiento en solución de problemas acontecidos a la hora de dejar el hábito, el cambio de hábitos de vida por otros más saludables como realizar ejercicio físico de forma regular y entrenamiento de pautas para el automanejo del estrés.

La TCC, tras conseguir erradicar por completo el hábito de fumar, se centra principalmente en potenciar las estrategias del paciente para prevenir recaídas. Para ello se practican estrategias para manejar situaciones de riesgo, entrenamiento de estrategias que permitan rechazar el consumo de tabaco y la búsqueda de apoyo social, a través de personas allegadas o, si fuese necesario, de asociaciones de apoyo para personas que se encuentren en la misma situación.

La duración de la TCC para dejar la adicción al tabaco, en los formatos más intensivos, se compone de 1 sesión semanal de 60-90 minutos durante 6-12 semanas. Después son muy importantes las sesiones de seguimiento posteriores que se realizan para ayudar al paciente a mantener la abstinencia o, en caso de recaída, para animarle a retomar un nuevo intento de abandono.

  • Amigo, I. (2020). Manual de psicología de la salud. Madrid: Ediciones Pirámide.
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Psicólogo

Mario Arrimada es Graduado en Psicología en la Universidad Pontificia de Salamanca y dispone de un Máster de Actualización en Intervención Psicológica y Salud Mental en la Universidad a Distancia de Madrid. Varios cursos de formación, entre ellos el de Experto en Trastornos de la Personalidad con la Asociación Española para el Fomento y Desarrollo de la Psicoterapia, de Experto en Mindfulness y de Experto en DSM5 y CIE11, ambos en la UDIMA.

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