Ser adolescente no es fácil. La adolescencia es la etapa de transición que ocurre entre la niñez y la edad adulta, esta incluye una amplia gama de transformaciones. Durante este periodo -que va de los 12 a los 18 años- los adolescentes experimentan una serie de cambios importantes tanto en su cuerpo como en la forma de relacionarse con el mundo.
La cantidad de cambios físicos, sociales, emocionales, sexuales y cognitivos que suceden en la adolescencia pueden provocar diferentes sentimientos y reacciones tanto en los niños como en su entorno más próximo. Esto forma parte de la típica experiencia adolescente.
Los adolescentes a menudo exhiben un comportamiento extraño, incluso pueden actuar impulsivamente, debido a los sentimientos y pensamientos inusuales que experimentan como parte del crecimiento. También pueden pasar una cantidad de tiempo significativa preocupándose por cómo actuar en distintas situaciones sociales.
Es crucial comprender la diferencia entre el comportamiento normal de una etapa vital y los síntomas de una enfermedad mental. En este artículo exploramos a fondo el trastorno límite de la personalidad en los jóvenes, para ayudar a hacer la distinción y decidir cuando se presenta el típico comportamiento adolescente y qué signos podrían necesitar atención.
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¿Qué es el trastorno límite de la personalidad?
Lidiar con los síntomas del trastorno límite de la personalidad (TLP) puede ser confuso y frustrante para el entorno cercano del paciente. Esto también ocurre en el caso de los adolescentes: los padres que tienen hijos con TLP no entienden exactamente el porqué de los comportamientos y reacciones de estos.
Además, en el caso del trastorno límite de la personalidad en adolescentes existe cierta controversia en el diagnóstico. De hecho, no sabemos mucho sobre cómo se presenta el trastorno en los adolescentes; aunque los síntomas de los adultos con TLP son bien conocidos. Esto hace que algunos pacientes no sean evaluados correctamente hasta que llegan a la edad adulta, lo que implica una serie de problemas en su desarrollo.
El trastorno límite de la personalidad es una enfermedad mental grave que se manifiesta por un patrón dominante de emociones, relaciones y comportamientos inestables. Las personas con TLP presentan frecuentemente los siguientes síntomas: problemas de autoestima, cambios de humor, desajustes en la imagen de sí mismos, falta de control de los impulsos y miedo al abandono e ira inapropiada. En algunos casos, pueden incluir autolesiones.
Las personas con TLP presentan dificultades para controlar sus emociones en ciertas situaciones. Es común que quienes padecen TLP también convivan con otros trastornos mentales que pueden incluir: ansiedad, depresión, abuso de sustancias y trastornos alimentarios.
El TLP afecta aproximadamente al 2 % de la población mundial. Sin embargo, muchas personas con TLP reciben un diagnóstico erróneo de TEPT, TDAH, trastorno bipolar o depresión. En consecuencia, la prevalencia real de personas diagnosticadas con TLP puede ser más alta de lo que se calcula, sobre todo en menores de 18 años.
Es esencial comprender los signos y síntomas del TLP en adolescentes. Al reconocer la enfermedad desde el principio y emitir un diagnóstico temprano, esta se puede tratar más rápido y de forma más eficaz.
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Síntomas del trastorno límite de la personalidad en adolescentes
Existen una serie de criterios recogidos por el DSM-5 para el diagnóstico del TLP. Este se define por la presencia de al menos 5 de 9 de los signos, que incluyen:
- Depresión
- Cambios frecuentes e intensos de humor
- Miedo al abandono o al rechazo
- Dificultad para establecer y mantener relaciones
- Comportamiento impulsivo y arriesgado
- Paranoia
- Autolesiones
- Autoimagen inestable
- Sentimientos de vacío
Algunos de los síntomas recogidos, como el comportamiento impulsivo, el mantenimiento de una imagen inestable de sí mismos y los sentimientos de vacío, pueden manifestarse de forma diferente en las personas menores de 18 años que en los adultos. Además, en ocasiones existen dificultades para distinguir entre los síntomas del trastorno límite de la personalidad y los desafíos típicos de la adolescencia. Sin embargo, existen una serie de criterios que pueden ayudar a identificar el TLP en adolescentes.
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Desregulación del comportamiento
Los problemas de comportamiento que implican conductas autodestructivas son uno de los primeros signos que pueden evidenciar la presencia de TLP en adolescentes. Algunos adolescentes con TLP pueden cortarse, quemarse la piel o golpear la pared con el fin de hacerse daño a sí mismos. También pueden surgir otros problemas adicionales: los adolescentes con TLP pueden tener encuentros sexuales de riesgo o consumir sustancias.
Problemas de relación
Los niños y adolescentes con TLP, frecuentemente, se enfrentan a distintas dificultades para manejar sus relaciones. Algunos pueden tener un fuerte miedo al abandono, mientras que otros pueden manifestar una ira incontrolable. En situaciones de extrema angustia emocional, algunos adolescentes con TLP pueden desarrollar creencias paranoides o irracionales. Esto les dificulta la posibilidad de establecer y mantener relaciones en el tiempo, estos vínculos incluyen tanto amigos como parejas románticas.
Fuertes reacciones emocionales
Las personas con TLP a menudo reaccionan de forma exagerada a los problemas. El más mínimo contratiempo puede parecer el fin del mundo, incluso aunque este sea bastante insignificante. También es usual que los adolescentes experimenten una serie de emociones intensas al interactuar con otros, lo que puede provocar cambios repentinos en el comportamiento y dificultades a la hora de relacionarse.
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Problemas de autoestima
Los adolescentes con trastorno límite de la personalidad pueden compararse de forma negativa con otras personas que parecen poder manejar con facilidad las cosas de las que ellos se ven incapaces. También se pueden preguntar: “¿Por qué los demás no actúan como yo?”. Estos cuestionamientos conducen a graves problemas de autoestima y una imagen de sí mismo devaluada.
Como hemos señalado anteriormente, es difícil para los profesionales de la salud y los padres determinar si un adolescente tiene síntomas iniciales de TLP o está pasando por una fase normal de la adolescencia cuando se observan estos signos.
Teniendo en cuenta los síntomas que acabamos de detallar, si un adolescente experimenta emociones intensas durante más tiempo que otros o tarda más en volver a un estado neutral, esto puede significar un inicio de TLP . Las reacciones exageradas a los contratiempos menores, y la imposibilidad de poder manejarlos de una forma adaptativa, en la que el abuso de sustancias o las autolesiones son la única manera de hacerlos desaparecer -y sentirse mejor- son signos de la existencia de un problema grave. Los adolescentes y las familias deben buscar ayuda si se muestra cualquier tipo de comportamiento autodestructivo.
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Diagnóstico del trastorno límite de la personalidad en adolescentes
Actualmente, el TLP en adolescentes es reconocido como un diagnóstico oficial. La versión más reciente del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, o (DSM-5) permite diagnosticar el trastorno de personalidad límite a personas menores de 18 años. Sin embargo, algunos expertos afirman que el TLP no debe diagnosticarse hasta que la personalidad del individuo esté completamente formada. Aunque la disposición permite técnicamente el diagnóstico de TLP en niños menores de 13 años, esto es muy raro.
Para realizar una evaluación de TLP en adolescentes, los profesionales de salud mental tienen que observar, además, de los comportamientos y signos diagnósticos del trastorno, las motivaciones intrínsecas de la aparición de ese tipo de conductas inadaptativas en los sujetos.
Por ejemplo, el abuso de sustancias o las conductas sexuales de riesgo no son un síntoma inequívoco de que una persona padece TLP. Sin embargo, si este comportamiento se utiliza para evitar afrontar algún problema o evadir los sentimientos, esto sí podría significar la existencia de un TLP subyacente a la manifestación de la conducta.
Aunque existe cierta controversia en cuanto al diagnóstico de TLP, las investigaciones recientes sugieren que los niños mayores de 11 años son capaces de entender y explicar las motivaciones que se esconden tras sus comportamientos. Lo que posibilita la realización de un diagnóstico de la enfermedad desde edades tempranas.
Los síntomas de TLP tienden a disminuir en los adultos diagnosticados a medida que envejecen, especialmente después de los 40 años. Actualmente, todavía no se conoce con exactitud el curso y el pronóstico de la enfermedad en adolescentes con TLP. Si bien, la investigación sugiere que el tratamiento adecuado puede mejorar significativamente el manejo de los distintos síntomas.
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Una revisión publicada en 2015 indicaba que entre el 50 % y el 65 % de los adolescentes mostraban remisión de los síntomas del TLP después de ser diagnósticados y recibir tratamiento adecuado. No obstante, cabe señalar que es posible que algunos síntomas de TLP persistan en adolescentes que ya no cumplen con los criterios diagnósticos de la enfermedad.