Samir B. Y.

Me llamo Samir y soy psicólogo. ¿De dónde me vino eso de estudiar psicología? Pues me tendría que remontar a mi infancia. De pequeño me gustaba hacer puzles y observar a los demás a través de un visor de una vieja cámara de carrete y también a través de unos viejos primaticos. Hasta aquí se cumpliría el tópico de que los psicólogos son raros. En parte sí, seguramente. Todos somos raros en cierto sentido. Pero eso no quita lo vocacional. Haciendo una analogía de estas experiencias que recuerdo de niño, siento que a través del visor de la consulta observo cómo cada persona trae su propio puzle desordenado y mi satisfacción es al guiar cuáles son las piezas adecuadas para dar sentido a sus problemas. Todos somos hacedores de puzles empedernidos. La curiosidad por la paradoja humana era algo que me motivó a estudiar psicología. Somos seres sanos, nacimos sanos, pero con el paso del tiempo nos llenamos de herrumbre por circunstancias de la vida.