Marcelo Mendes

Soy Doctor en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, con Mención Doctor Europeo por mi estancia docente e investigadora en la Universidad de Varsovia. Mi trayectoria académica ha sido tan internacional como enriquecedora: comencé mis estudios en la Universidad Complutense de Madrid, pasé un año en la Universidad de Lausanne (donde aprendí que el orden y el queso pueden ser una filosofía de vida) y finalicé mi doctorado en la Universidad de Varsovia. Además, soy Magíster en Psicopatología y Clínica Psicoanalítica por la Universidad de Valladolid, un área que me recuerda cada día lo fascinante y compleja que es la mente humana.

Durante 13 años, fui profesor en el Real Centro Universitario Escorial María Cristina, adscrito a la UCM, impartiendo Psicología de la Salud y Procesos Psicosociales Básicos. También he sido docente en la Universidad de Nebrija y trabajé como investigador en la Universidad de Varsovia, experiencia que expandió tanto mi visión académica como mi tolerancia al frío. Actualmente, coordino el Servicio de Atención Psicológica del Campus Sur y la ETSIME en la Universidad Politécnica de Madrid, imparto Psicopatología de manera remota en la Universidad Privada Boliviana (UPB) y soy Profesor Doctor en el CES Cardenal Cisneros, adscrito a la Universidad Complutense de Madrid. Además, en el ámbito clínico, llevo a cabo mi práctica privada bilingüe (portugués/español) en UNIPSI, un centro concertado con Adeslas, ASISA y AXA, donde acompaño a personas en sus procesos de desarrollo y bienestar psicológico. Mi enfoque combina herramientas prácticas con un espacio reflexivo, porque creo que las mejores soluciones nacen del equilibrio entre razón, emoción y… un poco de paciencia.

A lo largo de mi carrera he confirmado que no siempre hay respuestas claras, pero las preguntas adecuadas pueden ser el inicio de grandes cambios. Para mí, el aprendizaje es un proceso continuo, tanto para quienes acompaño como para mí mismo. Cuando no estoy trabajando, me encontrarás leyendo, explorando nuevas ideas o reflexionando… porque incluso las pausas pueden ser productivas (y no solo una excusa perfecta para tomar café).