María Isabel Flores Aguirre

Soy Marisa, quisiera presentarme como una terapeuta con gran experiencia en atención a las personas e sus necesidades psicológicas, sin importar su edad, ni su identidad, situación socio-económica pero que tenga el deseo ferviente por resolver el conflicto que atraviesa, yendo a la raíz del mismo y brindando un acompañamiento respetuoso y delicado, para conseguir su meta. Te recuerdo que no hay problema que no tenga solución cuando realmente te dispones a buscar la verdad sobre tu realidad. No iremos más allá de lo que tú quieras, pero recuerda que a la medida que te abras y te dispongas, podrás resolverte. El principio de tu recuperación empieza el momento en que decides buscar ayuda.

Cursé mis estudios en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, en Quito, y a al mismo tiempo me especialicé en un instituto de terapia familiar (EIRENE) profundizando en corrientes norteamericanas. Viajé a Lowell, Massachusetts, Estados Unidos, profundizando en cursos dictados por la Universidad de Massachusetts, (Adicciones, Intervención a grupos sociales, intervención en crisis). Trabajé en proyectos de ayuda social, comunitaria, tomé cursos en el instituto de la familia de la Universidad de Massachusetts y trabajé como psicóloga bilingüe atendiendo a pacientes con adicciones y múltiples problemas en Lowell House Inc., siendo parte de un equipo multidisciplinario. Con algunos profesionales, fundamos en el Ecuador el Centro de Atención a la Familia en Crisis Resurgere, en el 2004, que funciona exitosamente hasta la actualidad. Y nuestros servicios también se extienden para poblaciones de alto riesgo.

Para atender a una persona que está atravesando un conflicto es una misión que requiere tener una vocación con respeto profundo, es un trabajo confidencial e íntimo con un tiempo adecuado de duración para conseguir un objetivo; es necesario establecer un espacio de confianza con premisas claras. Este debe ser un trabajo integral que comprometa a todo el ser, respetando su creencia y filosofía de vida. No existe un problema que no tenga solución, y la respuesta está en la persona que busca ayuda. Las crisis son oportunidades de cambio para alcanzar una mayor madurez. Yo soy madre, esposa e hija, agradecida de mi condición y de las bendiciones que he recibido en este campo profesional, por los resultados que se han conseguido en personas y familias enteras. Una vez que inicias el proceso que requiere valor, que requiere valentía, siempre va a ser para bien. No hay nada que no se pueda superar. Hay cosas que no se pueden cambiar, otras que requiere de decisión y voluntad para cambiar, y necesitas de ese acompañamiento y de esa luz para reconocer la diferencia. Al final te darás cuenta que tu conflicto por más grave que sea, te ayudará a trascender y ser un mejor ser humano.