Isaac Pons Barceló

Soy una persona extremadamente curiosa que ama la disciplina en la que trabaja (la psicología) y le apasiona poder compartir el poder transformador que esta tiene. Poseo dos vocaciones que quisiera poner a tu disposición: la primera es la de saber acompañarte en las situaciones difíciles y ayudarte a afrontar tu sufrimiento. Mi otra vocación -y mi principal pasión- es la de armarte con conocimientos y habilidades que te permitan conocerte mejor, afrontar mejor las adversidades y cultivar las relaciones interpersonales que deseas. En mi consulta encontrarás un espacio donde tú eres el foco y donde puedes pensar en voz alta, sin miedo a ser juzgado/a ni a hablar más de la cuenta. Mi voluntad es la de crear un vínculo de confianza desde el cual podremos trabajar sobre unos objetivos que tú mismo/a hayas establecido, sobre la base de lo que tú valoras y lo que te da la ilusión de levantarte de la cama cada día.

A lo largo de mi formación he colaborado con laboratorios de investigación científica relacionados con la psicología de la salud y el vínculo afectivo. Durante seis años he sido voluntario hospitalario, acompañando y dando soporte a pacientes oncológicos en tratamiento o en unidades de cuidados paliativos. Actualmente soy mentor del equipo de voluntarios al que pertenezco.

Mi punto de partida como terapeuta es la llamada escuela Cognitivo-Conductual. Durante décadas, este enfoque terapéutico ha demostrado su eficacia en problemas como la ansiedad, depresión, fobias, trastornos de la alimentación y otros muchos problemas psicológicos. En la actualidad es el enfoque más sólido de los que disponemos. Este ve los problemas psicológicos (miedo, ansiedad, tristeza, etc.) como formas de funcionar que se han ido aprendiendo a lo largo de nuestra historia vital. Y de la misma forma que aprendimos estas, podemos aprender nuevas formas de actuar, pensar y sentir que nos potencien en vez de limitarnos. Los terapeutas cognitivo-conductuales sabemos que no vemos el mundo tal y como es, sino que lo vemos a través de nuestras creencias y experiencias pasadas. De esta forma, reaccionamos a las interpretaciones que hacemos del mundo, existiendo muchas formas de ver una misma situación. Algunas interpretaciones hacen que nos sintamos indefensos o derrotados, mientras que otras nos hacen sentir frente a un emocionante reto.