Citlali Lastra Feregrino

Soy psicóloga (UIC) con formación en psicoterapia corporal (Psico Tepal y CRM), una perspectiva que integra cuerpo y mente como una unidad funcional. Acompaño procesos terapéuticos con adolescentes y personas adultas, ayudando a recuperar la vitalidad y a transformar patrones corporales y emocionales que limitan el bienestar. Cuento también con especialidad en salud mental perinatal (IESMP), donde he trabajado en la prevención y el acompañamiento de mujeres en distintas etapas: desde la decisión de maternar o no, hasta el embarazo, parto y posparto. Mi trabajo se basa en el respeto profundo por los ritmos de cada proceso, la construcción de un vínculo terapéutico sólido y la escucha de la historia emocional encarnada.

Mi enfoque se centra en la psicoterapia corporal desde la vegetoterapia caracteroanalítica, un modelo profundo que articula el sistema nervioso autónomo con el análisis del carácter. Este trabajo permite acceder a bloqueos emocionales a través de intervenciones suaves —como movimientos con ojos, mandíbula o respiración— que favorecen la disolución de la coraza muscular y emocional. Integro también herramientas de otras corrientes psicocorporales, ajustándolas a las necesidades particulares de cada persona. En el área perinatal, realizo intervenciones preventivas con mujeres, familias y bebés, reconociendo el cuerpo como lugar de memoria, vínculo y transformación, y ofreciendo contención sensible en momentos clave del ciclo vital.

Me caracteriza una escucha empática y sin juicios, así como un profundo respeto por los tiempos subjetivos. Establezco una relación terapéutica horizontal, basada en la confianza y en una ética del cuidado. Trabajo desde una mirada crítica que contempla las condiciones sociales, históricas y relacionales de cada persona. Analizo cuidadosamente el contexto, identificando experiencias de violencia, desigualdad u opresión que puedan estar en el origen del malestar. Esta perspectiva me permite crear un espacio terapéutico seguro, especialmente para mujeres, personas en procesos de maternidad o paternidad, y quienes han atravesado trauma. La dimensión corporal de mi práctica amplía la comprensión del síntoma más allá de lo verbal, integrando lo emocional, lo somático y lo social.