Diana Casallas

Profesional en psicología con enfoque en la conexión entre el lenguaje, la neurología y los patrones de comportamiento. Interacciones entre los miembros de un sistema (como una familia) influyentes en el comportamiento y el bienestar de sus integrantes, promoviendo cambios en la comunicación y los roles para resolver problemas.

Capacidad para identificar y analizar las dinámicas familiares o grupales, entendiendo cómo interactúan los diferentes miembros y cómo estas interacciones afectan el comportamiento. Aptitud para facilitar la comunicación efectiva entre los miembros del sistema, promoviendo un diálogo abierto y empático. Habilidad para ponerse en el lugar de los demás, escuchando atentamente y validando las experiencias y emociones de cada miembro del sistema. Capacidad para identificar fuentes de conflicto dentro del sistema y facilitar procesos de mediación y resolución que fomenten el entendimiento mutuo. Habilidad para colaborar con otros profesionales, como terapeutas, educadores o trabajadores sociales, integrando enfoques multidisciplinarios en la intervención. Competencia en aplicar técnicas específicas de terapia sistémica, como la terapia familiar, para promover el cambio y el bienestar en el grupo. Capacidad para evaluar la situación del sistema en su conjunto y formular diagnósticos que reflejen la complejidad de las interacciones. Habilidad para reconocer y respetar las diferencias culturales y su impacto en las dinámicas del sistema, adaptando las intervenciones según sea necesario.

Conocimientos en psicología sistémica, psicología cognitiva, psicología positiva, PNL, biodescodificación, mindfulness. Desarrollo en campo individual y organizacional, promoviendo: Una mayor conciencia de los pensamientos, emociones y sensaciones físicas, ayudando a las personas a reconocer lo que ocurre en su mente y cuerpo en el momento actual. Reducción del estrés y la ansiedad, al permitir que las personas se distancien de sus preocupaciones y pensamientos negativos. Mejor gestión de las emociones, ayudando a las personas a responder de manera más equilibrada a situaciones difíciles. Mejora en la capacidad de concentración y se reducen las distracciones, lo que puede ser beneficioso en entornos laborales y académicos. Bienestar mental y emocional, promoviendo una mayor satisfacción con la vida y una mejor calidad de vida en general. Mejorar la salud física, reduciendo síntomas de condiciones como la hipertensión, el dolor crónico y otros problemas de salud. Mayor compasión hacia uno mismo y hacia los demás, promoviendo relaciones interpersonales más saludables y empáticas.