Marisa Grueso López

¿Sientes que la ansiedad, la tristeza o determinados miedos vuelven una y otra vez sin que logres entender por qué? A menudo no basta con técnicas rápidas o consejos generales: lo que nos pasa tiene raíces más profundas, ligadas a nuestra historia y a cómo aprendimos a relacionarnos con los demás y con nosotros mismos. Como psicóloga, comencé mi camino desde el psicoanálisis, pero en los últimos años me he formado en psicoterapia integradora, especializándome en trauma y apego. En terapia te acompaño a mirar de frente lo que duele, para que puedas comprenderlo, procesarlo y dejar de cargar con ello de la misma manera. No se trata de poner tiritas, sino de transformar de raíz lo que te impide estar bien y sentirte más libre en tu vida cotidiana

Mi especialidad es el abordaje del trauma y las dificultades relacionadas con el apego. Trabajo con personas que arrastran síntomas como ansiedad, miedos, tristeza, bloqueos emocionales o problemas en sus relaciones, ayudándolas a comprender y transformar el origen de su malestar. Estoy en formación en el método PARCUVE con Manuel Hernández Pacheco y en EMDR (nivel I), dos enfoques de gran eficacia para procesar experiencias dolorosas y liberar la carga emocional que todavía tienen en el presente. Me caracterizo por una escucha atenta y cercana, sin juicios. La mayoría de las personas siente que rápidamente comprendo lo que les ocurre, lo que facilita que se abra un espacio de confianza en el que podemos trabajar incluso con recuerdos difíciles. Sé que a veces el proceso puede remover, pero también he visto cómo después llega un bienestar más estable y duradero.

Me caracterizo por una escucha profunda y por saber captar lo que a veces cuesta poner en palabras. Suelo generar confianza con facilidad, lo que ayuda a que las personas se sientan comprendidas y puedan hablar con libertad de lo que les preocupa. Soy sensible a los matices emocionales, lo que me permite acompañar más allá de lo que se dice en terapia. También tengo paciencia para sostener procesos que requieren tiempo, sin forzar ritmos, y claridad para señalar lo que puede estar pasando de fondo. Mis pacientes suelen destacar mi cercanía y la seguridad que transmito incluso en momentos difíciles del proceso. Creo que cada persona tiene su propio camino de sanación, y mi labor consiste en acompañar y facilitar que encuentre sus propias respuestas y recursos.