Samanta Calderon

Como psicóloga clínica especializada en psicología infanto-juvenil, terapias de tercera generación, y con un enfoque en el apoyo a personas adultas víctimas de violencia, mis potenciales pacientes incluyen niños con dificultades emocionales como ansiedad o problemas de conducta; adolescentes que enfrentan conflictos relacionados con su identidad, presión académica, autoestima o cambios familiares; jóvenes en transición que experimentan ansiedad, desmotivación o dificultades relacionales; y personas adultas que han sido víctimas de violencia, para ayudarles a gestionar el trauma, recuperar su autoestima y desarrollar estrategias de afrontamiento para su bienestar emocional. Además, trabajo con sus familias para abordar dinámicas que afectan a los menores y promover una comprensión mutua y el manejo adecuado de conflictos emocionales.

Mis competencias se centran en la evaluación, intervención y acompañamiento psicológico, especialmente en el área infanto-juvenil y terapias de tercera generación. Estoy capacitada para realizar evaluaciones clínicas completas, aplicando pruebas psicológicas validadas y utilizando técnicas de entrevista e intervención basadas en la evidencia. Mis especialidades incluyen el manejo de trastornos emocionales como la ansiedad, la depresión y problemas de conducta en niños y adolescentes. Además, tengo formación en el abordaje de la aceptación, la regulación emocional, la mejora de la autoestima y la identificación de valores personales en jóvenes. Mi enfoque terapéutico abarca intervenciones basadas en terapias de tercera generación, como la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) y la Terapia Dialéctica Conductual (DBT), entre otras. Estas herramientas me permiten trabajar con pacientes de todas las edades, promoviendo su bienestar emocional y fortaleciendo sus habilidades de afrontamiento.

Me caracterizo por ser creativa y proactiva en mi enfoque terapéutico. Integro diversas formas de expresión artística, como la pintura, la escritura y la música, en mis intervenciones, adaptándome a las necesidades y preferencias de cada paciente. Mi formación artística me permite utilizar la pintura como una herramienta poderosa para que los pacientes puedan expresar sus emociones de manera visual. Asimismo, empleo la escritura terapéutica para facilitar el autoconocimiento y la catarsis emocional, y la música como recurso para explorar y canalizar sentimientos. Esta creatividad me ayuda a generar un ambiente terapéutico dinámico y flexible, donde los pacientes pueden encontrar diferentes formas de conectar consigo mismos y trabajar sus conflictos internos.