Cuando hablamos acerca de la salud mental… ¿nos estamos refiriendo a algo totalmente desligado de la salud física? Y cuando nos referimos al malestar emocional por el que alguien está pasando, ¿damos a entender que este fenómeno no tiene efectos en su cuerpo?
Lo cierto es que décadas de investigaciones en los ámbitos de la psicología, las neurociencias y la filosofía han mostrado que esa división mente/cuerpo es, fundamentalmente, algo ficticio. Un recurso teórico que los seres humanos utilizamos para que nos resulte más fácil comprender la complejidad de nuestra existencia y nuestra manera de estar en el mundo.
Ahora bien… Si partimos de la idea de que lo mental y lo físico forman parte de la misma realidad, eso significaría que las psicopatologías son, en el fondo, algo que pertenece a la misma categoría que las enfermedades que nos dañan los órganos y los tejidos celulares. ¿Es esto cierto? La respuesta es que sí, y hay algo que lo evidencia: las psicosomatizaciones. En muchos sentidos, hay ciertas complicaciones psicológicas que, si no son bien atendidas, pasan a tener efectos que podemos observar físicamente en nuestro cuerpo, que queda dañado.
¿Qué son las psicosomatizaciones?
Este término hace referencia a los problemas de salud física que tienen como causa principal, o como una de sus causas principales, alteraciones psicológicas, como por ejemplo la angustia, los traumas o los trastornos el control de los impulsos. Esta clase de problemas pueden producirse a través de dos vías principales, que en muchas ocasiones quedan combinadas:
- Alteraciones psicofisiológicas: el trastorno psicológico genera un desequilibrio en los procesos fisiológicos, como por ejemplo la liberación de hormonas, y esto da lugar a cambios y molestias en el cuerpo: picores, rash cutáneo, caída del cabello…
- Alteraciones por la vía de los patrones de conducta: el trastorno psicológico hace que, involuntariamente, dañemos nuestro cuerpo, como por ejemplo a través de la tendencia a exponernos muy poco a la luz solar, o a comer poco y mal, etc.
En definitiva, las psicosomatizaciones nos muestran que por mucho que pretendamos “arrinconar” nuestros problemas emocionales y psicológicos en general, estos son capaces de emerger a la superficie de nuestra corporalidad haciendo que sus señales puedan ser vistas por todos, al ir más allá de los límites de nuestra mente y de nuestra subjetividad. Es por eso que no debemos actuar como si nada ocurriese al notar que algo no va bien en nuestra manera de experimentar la ida y las relaciones.
¿Qué hacer para evitar estos problemas?
Sigue estos consejos para prevenir las alteraciones asociadas a las psicosomatizaciones en tu cuerpo.
1. Nunca subestimes la importancia de la salud mental
La idea principal que debes recordar es que hay que hacernos responsables de nuestras emociones y saber expresarlas para no enfermar. Si damos por sentado que nuestra salud mental es la alfombra bajo la cual podemos acumular todo lo barrido en nuestras vidas, terminaremos sufriendo crisis que nos afectarán no solo psicológicamente, sino también físicamente.
El hecho de que las secuelas inmediatas de los problemas mentales no se muestran de una manera tan evidente en nuestra apariencia lleva a muchas personas a caer en el error e infravalorar la importancia de un buen equilibrio emocional y unos buenos niveles de autorregulación de la propia conducta. Es decir, que como la ansiedad o los síntomas depresivos no nos hacen sangrar ni nos producen malformaciones, se genera la ficción de que son problemas superficiales, algo incapaz de hacer una verdadera mella en nuestra existencia. Pero nada más lejos de la realidad.
2. Lleva una vida sana
Del mismo modo en el que el estado de tu mente afecta a tu cuerpo, si cuidas de tu cuerpo, estarás previniendo la aparición de trastornos psicológicos. Por ejemplo, se sabe que ciertas alteraciones que afectan al sistema digestivo y que desencadenan procesos inflamatorios nos predisponen a desarrollar depresión; del mismo modo, la falta de sueño nos hace más vulnerables a los trastornos de ansiedad. En este sentido, es importante que hagas ejercicio regular, que duermas lo suficiente y que lleves una dieta equilibrada; y que no faltes a los chequeos médicos periódicos, claro.
3. Expresa lo que sientes
Hoy en día sabemos que si somos capaces de plasmar en palabras aquello que nos preocupa o que nos hace sentir angustia, seremos más capaces de gestionarlo emocionalmente, y de no caer en la tendencia a intentar evitar pensar en esas cosas. Por eso, es recomendable que vayas rellenando un diario personal y que no te cortes a la hora de expresar tus sentimientos hablándolo con tus seres queridos.
4. Cuando notes que algo no va bien, acude a psicoterapia
En la consulta del psicólogo aprenderás maneras de modular y expresar tus emociones, de manera que tu salud física no sea la que tenga que cargar sobre sus espaldas tu incapacidad de lidiar con lo que sientes.
¿Quieres disponer de apoyo psicoterapéutico?
Si te interesa acudir a psicoterapia, debes saber que cuanto antes empieces a contar con ayuda profesional, mayor será tu capacidad para atajar a tiempo el problema emocional o ligado al estrés. En este sentido, te invito a que te pongas en contacto conmigo.
Carolina Marín
Carolina Marín
Pareja Y De Familia. Federada Por Feap
Mi nombre es Carolina Marín y soy Psicóloga General Sanitaria, así como psicoterapeuta federada por la FEAP. Puedo atenderte de manera presencial o de manera online.