Hoy en día disponemos de un gran número de opciones entre las cuales escoger a la hora de ir a terapia. Puede llegar a ser realmente complejo saber cuál es la que más encaja con nuestra forma de ser y entender el mundo, así como con nuestras necesidades y problemáticas específicas del momento.
A lo largo de este artículo veremos cómo funciona la terapia transpersonal.
¿Qué es la terapia transpersonal?
La terapia transpersonal es una rama de la psicología que se caracteriza por integrar aspectos espirituales y trascendentales en relación con la experiencia humana. El concepto “transpersonal” que le da nombre hace referencia a que va “más allá” de los aspectos personales. Los problemas y las dificultades se valoran como oportunidades de crecimiento y aprendizaje.
Es decir, van más allá de los aspectos relacionados con el “yo” y se centran en la observación de una realidad más significativa. No se explora y trabaja únicamente para el bienestar del individuo sino que se tiene en cuenta su conexión con “algo mayor”. En este sentido, puede hablarse de la conexión con la naturaleza, el cosmos, el mundo espiritual, etc.
Nace de la psicología humanista y, por tanto, entiende al ser humano como un todo (cuerpo, emociones, mente, espíritu). Se pretende que la persona conecte con su verdadera esencia mediante el acceso a estados superiores de consciencia. Para ello, se utilizan herramientas que permiten este acceso al “yo superior” y, de este modo, la integración de la espiritualidad además de la sanación.
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Principios que la fundamentan
Tal y como mencionamos anteriormente, lo que asienta las bases de la terapia transpersonal es la unión entre los aspectos psicológicos y espirituales que conforman a los seres humanos. Se considera que la espiritualidad es clave en la experiencia humana. Por ello, se trabaja en la superación del ego con el objetivo de conectar con la identidad esencial.
Otra característica importante a tener en cuenta es el trabajo que se realiza con los estados alterados (o superiores) de consciencia. Estos se consiguen mediante la práctica de herramientas como la meditación, el sueño, las terapias de hipnosis y/o regresión, la respiración (especialmente la holotrópica), la visualización, etc.
¿Cómo funciona la terapia transpersonal?
Es importante resaltar que la terapia transpersonal da especial importancia al contexto de la persona. Es decir, se tienen en cuenta aspectos como la cultura, las creencias y la historia de vida de cada individuo.
Si la persona llega con un fuerte desequilibrio a nivel emocional, primero se atiende este malestar tan intenso. Cuando se ha estabilizado la persona, se continúa con el proceso. Se han descrito tres fases que se explican a continuación de forma más detallada.
Primera etapa: autoconocimiento
En este primer punto del proceso se trabaja con la persona la toma de conciencia sobre sí misma y sus procesos internos. El objetivo es conocer el funcionamiento del propio ego. La observación de los patrones mentales, comportamentales, emocionales y relacionales permite comprender con mayor profundidad los conflictos internos que generan malestar y sufrimiento. Además, se plantea la situación que la persona está viviendo como una oportunidad de aprendizaje y crecimiento.
Segunda etapa: relativización del ego
En esta segunda fase del proceso, se pretende que la persona cree nuevos patrones internos que le permitan modificar su forma de entender la vida y las cosas que le suceden. La persona se vuelve un elemento activo en la creación de su realidad puesto que la interpretación que hacemos de los sucesos es lo que marca nuestra respuesta).
Tercera etapa: expansión de la consciencia
Una vez se ha hecho todo el trabajo personal, es posible que el trabajo se focalice en apartar los problemas del ego para centrarse en la expansión de la consciencia. Así es como la persona se abre a las experiencias trascendentales y espirituales de la existencia. Se pretende que la persona integre este trabajo realizado como algo más de su vida diaria, que no sean experiencias aisladas. Así se genera un equilibrio entre lo espiritual y lo cotidiano.
Beneficios y limitaciones
Está claro que este tipo de intervención no va a encajar con las necesidades de todas las personas, del mismo modo que ningún enfoque lo consigue porque no hay soluciones universales. Las principales limitaciones que se han encontrado es que, en primer lugar, se necesita disposición de la persona para explorar el ámbito espiritual. En segundo lugar, se considera poco efectiva con trastornos mentales graves.
En cuanto a los beneficios que se han reportado, se relacionan principalmente con el crecimiento personal y, por supuesto, espiritual. Además, las personas que han realizado este tipo de intervenciones manifiestan una disminución de la ansiedad relacionada con los aspectos más existenciales (propósito de la vida y la muerte, etc.).
Por último, se considera que la conexión con el yo superior permite resolver los conflictos internos y, de este modo, vivir de forma más consciente y plena.