El liderazgo y la motivación son dos ingredientes indispensables en el éxito de cualquier proyecto, y ambos son necesarios para el desarrollo personal y profesional de un individuo.
Pero, ¿puede entrenarse la capacidad de liderar? ¿Qué importancia tiene la gestion emocional a la hora de liderar equipos? ¿Qué importancia tiene la motivación a la hora de realizar un cambio en nuestra vida?
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Entrevista a Carlos Rey García, cofundador de UPAD Psicología y Coaching
Para resolver las dudas anteriores y algunas más hablamos con Carlos Rey García, cofundador de UPAD Psicología y Coaching, una de los centros de terapia y desarrollo personal más importantes de Madrid.
¡Buenos días, Carlos! Es habitual encontrarnos con la creencia popular de que la psicología está enfocada exclusivamente a la parte anormalmente negativa de la psique humana, es decir, al tratamiento y prevención de los trastornos mentales. Sin embargo, vosotros habéis apostado fuerte no sólo por esa parte tradicionalmente vinculada al trabajo del psicólogo, sino también a la que apela a la población sin problemas mentales diagnosticables o incluso diría a la población anormalmente positiva, como ejemplo de superación y excelencia psicológica. ¿Qué os motivó a hacerlo?
Efectivamente, no nos ha gustado nunca ese cliché de profesionales problemáticos, además venimos de un campo, el del deporte, que se orienta más a ese tipo de parcelas de superación.
La psicología positiva y humanista han tenido mucha influencia en nuestra metodología, nos gusta pensar que las personas dan lo mejor de sí mismas cuando enfocan sus “problemas” como retos a superar y no como problemas en sí mismos. De esa forma y tras años de trabajo con deportistas, entendimos la importancia del trabajo por objetivos y llegamos a la conclusión, de que existen muchos ámbitos de nuestra experiencia que pueden requerir del asesoramiento de un profesional para optimizar su funcionamiento, pero que a nivel psicológico todos esos ámbitos comparten variables psicológicas y objetivos a cumplir, en nuestro caso todo se reduce a tres; rendimiento (comportamientos), bienestar (sentimientos) y satisfacción (pensamientos). Alinearlos y optimizarlos es nuestro mayor reto.
Cuando hablas de diferentes ámbitos de actuación que pueden requerir vuestro asesoramiento profesional ¿a qué te refieres exactamente?
Me refiero básicamente a que normalmente, al igual que en el deporte, solemos actuar en ámbitos competitivos, en interacción u oposición con otras personas y, por tanto, existen paralelismos a la hora de abordar los retos de diferentes tipos de usuarios.
En UPAD hemos trabajado con deportistas de todo tipo, con profesionales de diferentes campos que deseaban mejorar sus habilidades o gestionar mejor diferentes situaciones. También hemos preparado opositores para enfrentarse a un reto tan complejo como es el superar una oposición. Músicos, artistas, bailarines, jugadores de póquer profesional, personas introvertidas e inseguras que deseaban mejorar su forma de relacionarse con los demás… no sé, un sinfín de escenarios, que al fin y al cabo, comparten una base. La forma en cómo gestionamos nuestros pensamientos, sentimientos y comportamientos. Es ahí donde ofrecemos nuestra ayuda y tratamos de generar valor.
En tu trabajo asesoras a deportistas y trabajadores ayudándoles a superarse a sí mismos, y seguramente una de las variables psicológicas de mayor importancia en el crecimiento personal es la motivación. De hecho, si una persona no está motivada para cambiar, es imposible que lo haga. Pero ¿qué papel juega la motivación para conseguir nuestros objetivos, tanto personales como profesionales? ¿Por qué hay personas que, pese a querer cambiar, nunca dan el paso para hacerlo?
Así es. Personalmente, me gusta comparar la motivación con el motor de un vehículo. Todos tenemos uno, pero no siempre sabemos a dónde queremos ir. A veces incluso, sabiéndolo, elegimos mal la gasolina que le administramos. Si llenamos el tanque con presión, estaremos sometidos a una motivación de carácter negativo, pues haremos lo que tengamos que hacer para evitar algo desagradable. Sin embargo, si aprendemos a llenarlo con ilusión, podremos centrarnos más en el carácter positivo de la motivación y llegaremos a disfrutar del viaje, incluso antes de alcanzar nuestras metas. Saber administrar bien está gasolina es fundamental para perseverar y disfrutar, sea cual sea nuestro destino.
Respecto a esas personas que queriendo cambiar no terminan de hacerlo, habría que analizar el caso en cuestión, pero habitualmente encontramos que la apertura ante el cambio está supeditada a las expectativas subyacentes. En función de dichas expectativas, podemos encontrar personas que enfrenten dichos cambios como oportunidades para alcanzar algo mejor (motivación por obtener el éxito), frente a otros que los pueden considerar una potencial amenaza para sí mismos (motivación por alejar el fracaso – zona de confort). En este sentido, tiene mucha importancia para la decisión final que tomemos, hacia dónde percibimos que se inclina la balanza, si lo hace hacia la motivación o lo hace hacia el miedo.
Uno de los servicios que ofrecéis en UPAD es el Coaching empresarial, y uno de los temas de los que más se habla en las empresas es el liderazgo. Las investigaciones sobre estrés laboral concluyen que la relación entre los superiores y los subordinados puede ser un factor estresante o, por el contrario, puede aumentar el rendimiento de un trabajador y mantenerlo motivado. ¿Qué características crees que debe poseer un buen líder?
Normalmente encontramos un choque entre diferentes estilos de liderazgo dentro del mundo organizacional, lo cual nos invita a decantarnos sobre la idoneidad de unos estilos sobre otros. Tan negativo puede ser el excesivo control que ejerce un directivo sobre su equipo de expertos, como la ausencia de directrices claras que necesita un aprendiz. Lo que quiero decir con esto, es que el liderazgo es un proceso dinámico, que cambia de persona a persona y de objetivo a objetivo.
Cada situación posee características diferentes y exigirá al líder adoptar unas posturas u otras para alcanzar los objetivos planteados. Por lo tanto, personalmente considero que un buen líder tiene que cumplir algunos requisitos entre otros como la proactividad (sembrar para recoger, seguir para ser seguido), coherencia e integridad (predicar con el ejemplo y mostrarse alineado con lo que se dice y se hace), flexibilidad en su estilo (para adaptarse a las necesidades cambiantes de las situaciones), comunicación (para proyectar credibilidad e influencia y transmitir fe en la consecución de los objetivos), inteligencia emocional (para gestionar situaciones difíciles y manejar los conflictos), escuchar y delegar (para generar compromiso, contemplando diversos puntos de vista e implicando al equipo en las decisiones o actuaciones), y dar feedback, dotar de dirección y motivar para que se sientan parte de los logros alcanzados.
Existen muchos cursos y talleres sobre liderazgo, pero… ¿puede entrenarse esta habilidad o es básicamente innata?
Bueno, como en cualquier otro campo del conocimiento o cualquier habilidad, considero que todos venimos con un talento potencial de serie, aunque éste requiere ser desarrollado en el ámbito social, es decir, en la convivencia con los demás. Como esencialmente nacemos solos y necesariamente precisamos de otros para poder liderar, considero el innatismo en este caso como un enfoque inapropiado, pues es durante las situaciones de interacción social en donde podemos aumentar el aprendizaje sobre la acción de liderar.
Otra cosa es como definimos el liderazgo. Si lo consideramos como una mera habilidad, en cierta manera estática o innata, o por el contrario, como un proceso dinámico e interactivo.
En mi caso personal me inclino por la segunda opción, es decir, considero el liderazgo un proceso que se compone de una serie de habilidades subyacentes y por supuesto, susceptibles de desarrollo, aunque existan diferentes niveles de potencial en cada persona.
Quizás hay cada vez más información sobre cómo liderar a los demás, pero ¿qué hay del autoliderazgo? Sin duda es un elemento clave en el desarrollo personal y profesional, que nos permite superar adversidades y mantenernos organizados y motivados en el tiempo. ¿Cómo podemos mejorar esta capacidad mental?
Incluso diría que necesariamente para poder liderar a otros hay que empezar por uno mismo. Si no estás en disposición de ofrecértelo a ti mismo ¿cómo podrías ofrecérselo a los demás?
Los requisitos para su desarrollo implican igualmente un esfuerzo de autoconocimiento, de establecerse metas y perseverar en su consecución. Todo ello alineado con las características anteriormente indicadas.
Uno de los grandes paradigmas de la actualidad es la Inteligencia emocional, que juega un papel primordial en nuestro desarrollo personal. Y en la empresa, ¿qué papel juega? Cada vez se habla más y más del liderazgo emocional.
La inteligencia emocional es una capacidad básica para alcanzar una adecuada autorregulación. Saber entender como interpreto las situaciones a las que me enfrento y en base a ello, qué sentimientos experimento y las consecuencias que tienen sobre mis actitudes y comportamientos finales, es fundamental para alcanzar cualquier tipo de meta que me plantee.
A veces es necesario aprender a modificar mis pensamientos sobre una determinada situación para poder adaptarme a ella de manera funcional o válida, renunciando a otro tipo de criterios de pensamiento más centrados en el criterio de veracidad que de funcionalidad. En esos casos, en los que las personas encuentran justificaciones para sus reacciones disfuncionales a la hora de alcanzar determinados objetivos, me gusta comentarles las siguientes palabras… “Es verdad. Tienes razón ¿y para qué te vale?”. Si la respuesta es “para alejarme de mis objetivos”, el liderazgo emocional está fracasando.
En una sociedad cada vez más individualista, las compañías valoran la capacidad que tienen sus empleados de trabajar en equipo. ¿Por qué crees que el trabajo en equipo es tan importante en el terreno laboral?
Podríamos entrar en un fabuloso debate de carácter “conspiranoico” sobre los intereses de la creación de sociedades centradas en el individuo, pero seguramente no es el objetivo de esta entrevista. Me limitaré a recomendar para ello el documental de Adam Curtis, The century of the self para una mayor comprensión del individualismo imperante.
Respecto a la importancia del trabajo en equipo, creo que puede resultar incluso trivial mi respuesta, pero básicamente me limitaré a exponer aquí el concepto de sinergia. La sinergia es un concepto extraído de la biología, que refleja la importancia de la acción conjunta de una serie de elementos sobre una función de carácter general. Cualquier empresa que se precie, actúa como el cuerpo humano por buscar un ejemplo. Tenemos una cabeza, unos pulmones, el corazón, los riñones y un largo etcétera de órganos que cumplen determinadas funciones. De nada nos sirve tener el mejor corazón, si éste no ejecuta su actuación de manera conjunta con el resto de órganos del cuerpo. Pues bien, en una organización ocurre igual, si no hay sinergias, se pierde de vista el objetivo general del cuerpo, que no es otro que sobrevivir y funcionar lo más adecuadamente posible.