¿Cómo puedo hacer frente a la rabieta de mi hijo en público?

Consejos para padres con dudas sobre cómo corregir a sus hijos cuando dan "pataletas" fuera de casa.

¿Cómo puedo hacer frente a la rabieta de mi hijo en público?
Pexels

¿ERES PSICÓLOGO/A EN ?

Destaca entre toda tu competencia profesional.

Una rabieta en medio del supermercado, del aeropuerto o de cualquier otro sitio lleno de ojos que miran, juzgan y comentan es una de las más temidas situaciones a las que los padres y las madres nos enfrentamos en más de una ocasión en la vida.

A veces —con una estrategia, anticipación y mucha suerte—, conseguiremos evitar alguna de las explosiones emocionales de los más pequeños. En otras ocasiones, simplemente no es posible. En esos momentos los adultos suelen sentir mucha presión social y la urgencia por cortar la rabieta.

A lo largo de este artículo explicamos por qué suceden este tipo de situaciones y profundizamos en diferentes aspectos que nos pueden ayudar a manejarnos en este tipo de situaciones. Hablamos, también, de las cosas que podemos hacer después de la rabieta y de sí es posible prevenirlas antes de que sucedan.

Comprendiendo por qué ocurren

Las rabietas ocurren cuando los niños están desregulados. Esto quiere decir que, habitualmente debido a necesidades insatisfechas o a estímulos abrumadores, los niños pierden su equilibrio interno y se desbordan. Entornos desconocidos, concurridos, con muchos ruidos, etc., pueden contribuir a la desregulación.

Debemos tener en cuenta que el cerebro infantil se encuentra en pleno desarrollo y que esto implica que en los momentos en los que se abruma, el cerebro emocional y reactivo “secuestra” a la parte racional. Las emociones lo invaden todo de una forma muy intensa y los niños no pueden pensar de forma lógica ni razonar.

Los motivos que desencadenan rabietas con más frecuencia son:

  • Sobreestimulación.
  • Hambre y/o sueño.
  • Dificultades les comunicar lo que están sintiendo.
  • Falta de control de impulsos (cerebro en desarrollo).
  • Todavía están aprendiendo a manejarse con la frustración.

¿Qué puedo hacer durante la rabieta?

Los momentos en los que nuestros hijos se desregulan pueden ser especialmente complicados porque pueden ser desencadenantes de nuestra propia desregulación por diversos motivos. Especialmente si estamos en un espacio público donde sentimos la presión de los ojos que nos rodean.

Observa tu propio estado emocional

Para volver a la regulación, los niños necesitan que les podamos “prestar” nuestra calma. Es importante que observemos en qué punto nos encontramos nosotros/as. Mantener la calma cuando nuestros hijos/as están en crisis puede ser una tarea bien difícil.

Es importante que intentemos respirar o usar aquellas herramientas que nos permitan volver a nuestro centro, en la medida de lo posible, para poder sostener y acompañar a las criaturas.

Empatiza y valida sus emociones

Aunque a veces sea difícil de recordar en momentos de tanta intensidad, nuestros hijos no intentan hacernos pasar un mal rato. En realidad, ellos están pasando por un momento muy difícil y todo lo que sienten es tan intenso que les ha desbordado.

Cuando podemos nombrar lo que nuestros hijos están sintiendo y validarlo, la intensidad emocional va bajando. Podemos usar frases tipo “veo que estás muy enfadado/a”, “es frustrante cuando las cosas no salen como nos gustaría, ¿verdad?”, “entiendo que los ruidos y las multitudes pueden ser abrumadoras”.

Ofrecer una conexión física segura

En muchas ocasiones, los niños y las niñas necesitan de contacto físico afectivo para regular sus emociones más intensas. A veces, estarán abiertos a recibir un abrazo, pero otras veces no y es importante respetar sus deseos. Por ello, es importante que preguntemos primero.

Podemos acompañar desde la cercanía física de otras formas. Por ejemplo, podemos sentarnos a su lado o quedarnos agachados a su altura, manteniendo el contacto visual. Otra opción es cogerles la mano o colocar nuestra mano en su espalda, siempre y cuando esto sea adecuado para ellos/as.

Usar lenguaje sencillo y claro

Debido a que el cerebro infantil está en proceso de maduración y en los momentos de desregulación la parte racional queda “invadida”, a los niños y las niñas les cuesta procesar información elaborada o compleja en este tipo de situaciones.

Es necesario que les hablemos de forma clara, sencilla y directa, sin entrar en dar demasiadas explicaciones o esperar que conecten con la lógica para que nos den respuestas razonadas. Es recomendable usar frases cortas y precisas.

Moverlos a otro lugar

Este punto no siempre será posible, pero, en la medida en que las circunstancias lo permitan, vamos a buscar un lugar en el que no haya tantos estímulos (ruido, gente…) para fomentar la vuelta a la regulación y ofrecerles privacidad.

En el caso de que no sea posible moverse a ese espacio menos abrumador, es importante que intentemos focalizar nuestra atención en nuestro hijo/a. Desconectar de las personas que nos rodean, observan y juzgan es extremadamente complicado, pero estar pendiente de estos estímulos externos nos abruma a nosotros como adultos más todavía.

Pedir ayuda

Las rabietas suceden en muchas ocasiones cuando estamos solos, sin más adultos de confianza, con nuestras criaturas. Es cierto que en esos casos es muy complejo que podamos apoyarnos en alguien.

Sin embargo, si nos encontramos en una situación tan intensa en la que hay otro adulto referente, es importante trabajar en equipo y, en la medida de lo posible, darse descansos mutuos.

¿Qué hacer después de la rabieta?

Una vez la intensidad emocional ha disminuido, nos hemos alejado del entorno sobreestimulante y estamos en un lugar seguro (o, como mínimo, neutral) para la criatura es cuando podemos hablar sobre lo ocurrido.

Podemos ayudar al niño o la niña a comprender lo que ha sucedido para que tome conciencia sobre su mundo interno mediante el uso de preguntas. De la misma forma, podemos plantear alternativas para poder llevar a cabo en ocasiones futuras.

Además, es importante que reconozcamos todos los cambios que hayamos observado en comparación con otras ocasiones pasadas. Cómo adultos, nos encargamos de enseñarles herramientas de regulación emocional que les puedan servir a corto, medio y largo plazo.

Si bien es cierto que habrá rabietas que no podamos evitar, podemos intentar prevenirlas teniendo en cuenta los siguientes aspectos:

  • Describir el mayor número de desencadenantes posibles (hambre, sueño, dolor, frustración, mucho tiempo sentado, etc.)
  • Asegurarnos de que las necesidades básicas están cubiertas (hambre, sueño).
  • Llevar snacks y juguetes encima.
  • Anticipar los cambios.
  • Mantener horarios regulares de comida, juego, actividades y sueño.
  • Delahooke, M. (2021). Más allá de la conducta . Anaya Multimedia.
  • Guerrero, R. (2023). Menudas rabietas. Libros Cúpula.
  • Siegel, D. J., & Bryson, T. P. (2012). El cerebro del niño. Alba Editorial.
  • Tirado i Torras, M. (2020). Rabietas. Urano.

Al citar, reconoces el trabajo original, evitas problemas de plagio y permites a tus lectores acceder a las fuentes originales para obtener más información o verificar datos. Asegúrate siempre de dar crédito a los autores y de citar de forma adecuada.

Nerea Moreno. (2025, julio 17). ¿Cómo puedo hacer frente a la rabieta de mi hijo en público?. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/desarrollo/como-puedo-hacer-frente-a-rabieta-de-hijo-en-publico

Psicóloga

Nerea Moreno es graduada en psicología, con mención en psicología clínica, por la Universidad de Barcelona. Cursó el Máster en Psicología General Sanitaria con la Universidad Autónoma de Barcelona. Posteriormente, se formó como experta en psicología de las emergencias y catástrofes. Tanto esta formación como la experiencia laboral en el campo, supusieron para Nerea el descubrimiento de un nuevo mundo: el trauma. Desde entonces, trabaja desde un enfoque integrador y no ha parado de formarse en trauma, sistema nervioso, apego, duelo y emociones.

Artículos relacionados

Artículos nuevos

Quizás te interese

Consulta a nuestros especialistas