La importancia de la experiencia: entrevista a Miguel Ángel Ruiz

Este psicólogo con más de tres décadas de experiencia nos habla sobre la práctica terapéutica.

Miguel Ángel Ruiz
El director de Psicología y Psicoterapia Miguel Ángel habla sobre su experiencia como terapeuta.

Muchas veces se habla de la psicología como una materia de estudio; un ámbito del saber que está contenido en libro. Sin embargo, lo cierto es que ninguna ciencia es válida ni eficaz si no se fundamenta en la práctica del día a día y trasciende la teoría, y lo mismo ocurre con la ciencia de la conducta.

Por eso, los profesionales de la psicología que cuentan con una amplia experiencia laboral cuentan con una perspectiva única complicada de resumir en palabras. En este caso entrevistamos a Miguel Ángel Ruiz González, del centro de psicología bilbaíno Psicología y Psicoterapia Miguel Ángel, para que nos hable acerca del papel que la experiencia profesional tiene en el papel de la psicología actual.

Entrevista a Miguel Ángel Ruiz, de Psicología y Psicoterapia Miguel Ángel

Miguel Ángel Ruiz es psicólogo con más de 30 años de experiencia en el ámbito de la intervención psicológica en pacientes. Desde 1981 ha estado trabajando es psicoterapia, y algo más tarde en la formación de otros psicólogos, por lo que nos puede dar una visión muy completa del recorrido de este sector profesional en España.

En las siguientes líneas conversamos acerca de aquellos conocimientos que solo la práctica profesional puede aportar y que no está explicado en los libros.

Miguel Ángel, dicen que la experiencia es un grado, y tú eres un psicólogo con muchos años de experiencia. ¿Qué ventajas dan los años?

Como en cualquier profesión, generalmente la principal ventaja es poder dar un mejor servicio. La experiencia ayuda a aumentar el conocimiento y perfilar técnicas y por tanto, a hacerlo mejor y ayudar más rápidamente a que la persona resuelva sus problemas y alcance sus objetivos. La experiencia mejora la pericia.

Corre por ahí el dicho de que, en cualquier profesión para llegar a la excelencia, hacen falta un mínimo de 10.000 horas de práctica, cosa que normalmente, según dicen, se alcanza con diez años de dedicación en cualquier profesión.

Sin embargo, hemos de matizar que no siempre, ni necesariamente es así, pues puede haber y de hecho hay personas, en todas las disciplinas, que aun llevando muchos años no son buenos profesionales.

Tener muchos años de experiencia no implica ser un buen profesional. Los hay que llevan muchos años sin reciclarse desde que terminaron la carrera, por otro lado hay profesionales especializados en problemas concretos, que pueden ser mucho más efectivos que un terapeuta que se jacte de tener 30 años de experiencia.

Estar al día reciclándose continuamente, motivado y regido por unos adecuados valores, equilibrio psicológico, y añadiendo a todo ello una dilatada experiencia, es muy probable que tenga como resultado un buen servicio.

En nuestro logo hay una frase que dice "en constante evolución desde 1981". Para mí es fundamental actualizarse constantemente. La ciencia avanza muy deprisa y hoy en día gracias a internet, tenemos acceso inmediato a la información.

Es una falta de respeto a nuestros pacientes no hacer uso de ella para estar actualizados, aunque sobre todo, los medios de formación tradicionales, como son los estudios especializados que nos brindan las universidades y centros de investigación, son una buena garantía como fuentes fidedignas.

Desde luego en internet, es cierto que entraña cierta dificultad separar el grano de la paja, pero por otro lado, la rapidez y cantidad de información es magnífica.

Dices que en vuestro centro de psicología contáis con experiencia en el sector desde 1981. ¿Cómo ha cambiado desde entonces la sociedad y el tipo de necesidades que busca satisfacer en terapia? Y ¿qué diferencias hay entre la forma de trabajar en los 80 y ahora?

El cambio fundamental es que hoy en día hay una mayor exigencia de calidad de vida, así como que el papel del psicólogo es y está mejor comprendido.

Aunque el contexto social y cultural ha cambiado, y por tanto los problemas psicológicos pueden parecer algo distintos a veces, son los mismos más o menos. Por ejemplo, en alguno de los derivados de las nuevas tecnologías, como puede ser el juego online, antes no teníamos adictos a él, sin embargo adictos ha habido siempre.

Sí es cierto, que lo mismo que hace décadas, el tabaco no se consideraba nocivo, en temas de salud mental, actualmente consideramos nociva una dificultad para las relaciones personales o un nerviosismo alto para afrontar circunstancias objetivamente no peligrosas, antes no. Es decir, hay una mayor búsqueda de calidad de vida.

También hemos avanzado en otros muchos aspectos, por ejemplo, en el primer Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales publicado en 1952, se consideraba la homosexualidad como una categoría de enfermedad mental. Posteriormente, en el siguiente manual (DSM-II), en 1973 fue eliminada la homosexualidad como categoría diagnóstica de la sección de Desviaciones Sexuales y pasó a dejar de ser considerada enfermedad mental, donde nunca debió estar.

Desde mi experiencia particular, gracias al reciclaje del que hablábamos antes, he observado que el avance de la psicoterapia ha sido enorme. Los tiempos así lo exigen y en nuestro Centro es una de las directrices fundamentales. Concentramos nuestros esfuerzos en la resolución eficaz y rápida de los problemas que nos plantean.

Resumiendo muchísimo, y no sería más que un ejemplo, porque hay cambios notables en muchos aspectos, como son la utilización de muy diferentes técnicas, también el uso de la tecnología, para mí es esencial que antaño, siempre había que centrarse en conocer “el por qué” de un problema, remontarse a lo remoto de la vida del paciente, entender para resolver.

Hoy, al menos en nuestro centro, y me consta que cada vez mayor cantidad de profesionales, nos centramos en la solución del problema, en resolverlo, y muy frecuentemente ocurre que es después de resuelto, cuando comprendemos la estructura del problema. Es decir, nos centramos en resolver, que además es lo que necesita el paciente, y no tanto en comprender su origen.

Con ello no quiero menospreciar ni un ápice la importancia que tiene conocer las razones por las que se crean los problemas; eso es fundamental para prevenir y así evitar las circunstancias generadoras de dichos problemas a otras personas en el futuro. Pero al paciente que viene a consulta, lo que le interesa es resolver su problema y cuanto antes.

¿Los inicios fueron difíciles?

Pues sí, porque francamente, mucha gente no sabía qué era un psicólogo y mucho menos para qué servía. Eso dificultó bastante el anclaje de la profesión en cuanto a servicio sanitario.

Aún hoy, en la Seguridad Social el número de psicólogos en relación al número de habitantes, en España, está muy por debajo de los países de nuestro entorno europeo.

Como anécdota diré que cuando decidí estudiar Psicología mi madre me dijo: “pero hijo ¿no puedes estudiar una carrera normal como todo el mundo, como ingeniero, abogado, médico…?” Los inicios suelen resultar difíciles, pero ¿qué haríamos sin la iniciativa, muchas veces rompedora, de la juventud?

¿Cuántos casos has visto en tu carrera hasta la fecha y qué tipo de problemas son los que más has tratado?

Son miles de historias clínicas en consulta privada. En mis inicios, también presté mis servicios en Osakidetza, Sanidad Pública Vasca. Lo que más he visto es lo que llamaríamos trastornos mentales leves. Problemas psicológicos o emocionales, de pareja, sexuales...

Lo más frecuente son los trastornos de ansiedad, aunque en la última década, no sé si porque nos estamos especializando en ellos, también vemos muchos casos de trastornos de la conducta alimentaria.

Durante una carrera laboral tan dilatada ¿no hay algún momento en el que te acomodas o pierdes entusiasmo?

La psicología nos lo pone fácil para no acomodarnos, es apasionante. Me fascina la conducta humana.

No he parado de formarme y leo psicología prácticamente todos los días. Aunque desde hace un par de años he reducido los días que dedico a atender consulta y por tanto el volumen de trabajo el perder entusiasmo no se ha dado y no creo que se vaya a dar.

Acomodarme tampoco me lo permitiría. El día que no pueda trabajar con el rigor preciso, total entrega y dedicación y al cien por cien, me retiraré totalmente.

En la actualidad, debido a la edad, probablemente no podría mantener el nivel de trabajo de los 40 o 50 años, tantas horas y compromisos. Es por ello que he reducido el número de días que dedico a consulta, pero los hago con total dedicación y entusiasmo.

¿Hacia dónde crees que va la psicología o cómo ves la intervención psicológica en el futuro?

Los problemas psicológicos pueden variar según el momento cultural que vivimos. Nuestra relación con el contexto cambia, por tanto las demandas sociales concretas también lo hacen y pueden aparecer problemas propios de un momento histórico y cultural concreto.

La intervención psicológica la veo más científica, rigurosa, donde no hay escuelas o corrientes, sino protocolos bien establecidos que todos cumplimos, así mejorará y evolucionará más rápido la eficacia, efectividad y eficiencia de la intervención psicológica. Este futuro ya está aquí, cada vez con más fuerza.

En general diría que vamos hacia una franca mejora del quehacer psicoterapéutico.

Más allá del trabajo en el centro de psicología, también habéis aparecido en varios medios de comunicación. ¿Creéis que los psicólogos deberían ser más tenidos en cuenta en canales de televisión, emisoras de radio y periódicos a la hora de informar?

Sin duda alguna. Frecuentemente nos encontramos con creencias, valores, que socialmente tienen un gran auge o acogimiento y que sin embargo están en el origen de muchos problemas psicológicos que después nos vamos a encontrar.

Por ejemplo algunos cánones de belleza pueden acarrear o favorecer la aparición de trastornos graves de la conducta alimentaria, o también, hay pautas educativas que no resuelven los problemas que presenta un menor, sino que muchas veces, dañan al niño o joven, o son la razón de los problemas que presenta, etc.

Por tanto, para luchar contra este tipo de problemas y muchos otros, se hace precisa una información rigurosa, y es a través de los medios de comunicación que se llega, de forma directa y eficaz a la población general.

Además de psicoterapia presencial a adultos, niños y jóvenes, también ofrecéis la posibilidad de realizar sesiones de terapia online. ¿Cuáles son las ventajas de esta modalidad que vuestros pacientes aprecian más?

Básicamente es ante la imposibilidad de la terapia presencial, por la distancia o alguna característica particular del paciente, lo que da sentido a este formato de terapia. Estando presentes, la comunicación es más fluida y nos da más información, puesto que la comunicación no verbal, en psicoterapia, es muy importante.

Aunque la terapia online, al menos a mí particularmente, me supone un mayor esfuerzo y concentración, no cabe duda que es un recurso magnífico.

Mi opinión personal, es que siempre será mejor la presencial, salvo que el especialista a quien queramos consultar esté lejos o tengamos algún impedimento para que así sea. Sin embargo es un medio muy útil, por los impedimentos que supera, y el enorme alcance que nos brinda.

¿De qué manera se organiza un centro de psicologías como Psicología y Psicoterapia Miguel Ángel? ¿Cómo es el trabajo en equipo?

La organización es muy simple. Los casos son remitidos, en función de las características concretas y demandas del paciente, al profesional más adecuado, salvo que él pida ser atendido por alguien en concreto.

También, siendo sinceros, a veces hemos de responder en función de las posibilidades de atención según las agendas. En cualquier caso, si algún profesional tiene dificultades con un paciente, lo deriva a otro profesional que considere que le va a prestar mejor servicio.

Nos reunimos quincenalmente para supervisiones clínicas, donde ponemos en común todos los casos. Aquí prestaremos más atención a aquellos en los que cualquiera de nosotros encuentre mayor dificultad. Esta es una de las grandes ventajas de ser varios profesionales bien avenidos y con formaciones muy diversas y complementarias.

Además, si el caso lo precisa, mantenemos el contacto necesario con otros profesionales, psiquiatras, neuropsicólogos, nutricionistas…

Ofrecemos también supervisión clínica a otros profesionales que desean consultarnos sobre cualquier caso que les presente dificultades.

Siempre que nosotros consideremos que son temas de nuestra competencia, estaremos dispuestos a analizarlo con ellos y dirigir el proceso terapéutico o simplemente sugerir qué hacer o por donde seguir.

Finalmente… ¿qué es aquello que más os motiva de trabajar en esta rama de la psicología? Lo más satisfactorio

Pocas cosas hay tan gratificantes para el ser humano como sentirse útil a los demás, en ese sentido, pocas profesiones lo son más que ésta.

A modo de ejemplo, para ser comprendido, diré que encontrarme con un paciente después de años y oírle decir que venir a terapia es de lo mejor que le ha pasado en su vida y que esto te lo trasmitan de vez en cuando, es de lo más satisfactorio que nos puede ocurrir. Ser partícipe de la transformación en un ser humano del sufrimiento al bienestar, es sumamente gratificante.

No me gustaría quedarme sin agradecer a todos mis pacientes lo mucho que me han enseñado a lo largo de estas casi cuatro décadas. Esto es algo, que todos los que nos dedicamos al ejercicio de la psicoterapia sabemos, y es que trabajar la psicología humana, humaniza. Gracias.

Para terminar... ¿qué recomendaciones darías a los psicólogos noveles?

Que estudien. Que escuchen a todos los profesionales referentes. Que lo cuestionen todo. Que sean rigurosos. Que hagan supervisiones. Que deriven si no se ven capacitados para llevar un caso. Que divulguen con seriedad y profesionalidad. Que tengan respeto a esta profesión, la dignifiquen y sobre todo que la disfruten, pues como decimos, pocas cosas hay tan gratificantes como experimentar el ser útil a los demás, ayudar a las personas a resolver sus problemas, a tener una mejor calidad de vida, en definitiva a ser más felices.

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