Si aceptas la invitación a experimentar ánimo, seguramente tendrás que estar atento, eso sencillamente es tomar conciencia y darte cuenta del momento. Lo que haces, lo que sucede, lo que piensas, cómo lo interpretas y qué sientes. Entonces, todo lo podrás ver con mayor claridad, es como despertarte y experimentar el disfrute del momento.
Con sinceridad te invito a que te animes. No tienes que creer en sus beneficios, ni mucho menos aceptarlos, puedes incluso cuestionarlos; pero permítete vivir en el ahora, sin importar lo que digan u opinen los otros. No tienes que pensar como los demás, lejos de eso, no te resignes a lo que se espera correcto. Interpreta tu propia realidad, consciente de la de los demás, pero sin juicios de valor. Aceptando la esencia objetiva, como la salida del sol que nace cada día para todos.
Quizás se acerca a la sensibilidad, a tomar decisiones más allá de la razón, para no cerrarnos ante una valoración aprendida. Si sufres, si tienes problemas, si te sientes limitado, presionado o infeliz, lo que está sucediendo es que estas esperando una vida diferente y te quedas en el miedo, la inseguridad, la ansiedad o la angustia. Y lo importante es la vida en sí misma.
De repente surgirá la posibilidad de volar por ti mismo, sin atarte a nada, ni a nadie, sin esquemas previos ni ego. Nos acostumbramos a lo esperado, y en muchas ocasiones lo preferimos antes de experimentar la incertidumbre de lo nuevo o desconocido.
La evitación como trampa psicológica
Muy posiblemente, podría parecerte un trabalenguas, algo confuso, pero muchas veces se repite la actitud de ir percibiendo “problemas” apartándonos de vivir. Más allá de dificultades individuales, debe prevalecer el experimentar y valorar la vida en sí misma, con apertura. Cuando aprendes a fluir y te acoplas en la gran aventura de vivir, la vida toma sentido. Realmente te sorprende en su grandeza dentro de su sencillez. Donde lo importante no es cuanto sabes, ni cuanto tienes, solo lo que eres, lo que disfrutas, lo que se alinea a la plenitud de paz y gozo. En la vida diaria, común y corriente, en el que pasa a tu lado.
Vale la pena reseñar que una experiencia autotélica es aquella en la que la recompensa obtenida se deriva del mismo acto de realizar la actividad. Esto es cuando la atención de quien la experimenta se encuentra centrada en la actividad en sí misma y no en sus posibles consecuencias.
Conectando con nuestros valores
En este sentido, la experiencia óptima es aquella que disfrutamos por ser un fin en sí misma, un proceso que ocurre en cada uno, y a su vez, no depende de lo que sucede en el mundo exterior, sino de la forma en que tú lo asimilas. Ama la belleza, observa la naturaleza, descubre en el otro a una persona nueva, escucha con tu corazón, con amor y comprensión. Todo esto te acerca a la vida, a disfrutarla y a no alejarte de ella, porque no existe un manual para vivir.
Cuando das una opinión de un suceso o de una persona, con una valoración subjetiva, estas juzgando, y es allí cuando pierdes la objetividad. Aún pensando que es algo “bueno”. Por eso muchas veces buscas afuera y te pierdes ver lo propio que tienes dentro, lo que está allí, presente. La realidad está más alineada a ver de una nueva manera y descubrirlo en un instante, sobrepasa los esquemas aprendidos y esperados, es sorprenderte con una nueva mirada, tanto hacia afuera como hacia tu interior. Tal vez, toque de cerca lo inesperado, lo incierto; y ciertamente exige riesgo que asumir. Pero tendrás la certeza de que te ayudará a vivir conscientemente.
Qué hacer?
La invitación es a aceptar lo nuevo, lo auténtico, sin ataduras, ni expectativas.
Viviendo un día a la vez y desarrollando la atención plena, será más fácil sostenerte, aún cuando afuera todo parezca derrumbarse.
- Decide hacer una cosa que hayas soñado, aunque sea pequeña.
- Realiza un paseo por tu ciudad y conviértete en turista. A veces solo se necesita una mirada diferente.
- Escribe en una hoja lo que no te atreves a decir en voz alta y después rómpela. El alivio puede llegar en el instante que sueltas lo que pesa dentro y en silencio.
- Ten visión de futuro, pero disfruta el hoy. No des cabida a la indiferencia, a la incertidumbre o la lamentación que te limita.
- Sirve, inspira, apoya, comprométete activamente, y sorpréndete.
Recuerda que las experiencias autotélicas no están garantizadas por la presencia de factores exteriores particulares, sino que responden a la disposición interna de la conciencia para evitar la angustia, el cansancio, el disgusto o el aburrimiento, poniendo orden en el laberinto de la mente. Muchas veces lo que te hace sufrir son esos deseos compulsivos a lo que consideras “adecuado”, y que te cargan de ansiedad, y a un temor por no lograrlo. Sin ese tipo de expectativas y apegos, sencillamente, no experimentarás el miedo a fracasar, a perder, a ser manipulado.
Sin embargo, vale tener deseos libres, qué si logras tu propósito, lo esperado o deseado, excelente; y si no, puedes estar abierto a otras posibilidades. Lo importante es intentarlo, poner en ello todas tus habilidades y compromiso, con regocijo y optimismo. Ten presente que tanto la alegría como la felicidad, no pueden venir del exterior, simplemente es una manera de vivir libres, porque lo opuesto sería ir contra la realidad, recuerda que la alegría está dentro de ti, no fuera.

Ma. Carina Castellano Hernández
Ma. Carina Castellano Hernández
Psicóloga Venezuela MSc.
Si eres capaz de reconocerte desanimado o confundido, ya has dado un paso adelante. Pero debes ser capaz de desarrollar esa visión completa, dispuesto a escuchar, a sentir, a percibir sobre lo esperado más allá de bueno o malo. Cuando tomas consciencia, te descubrirás viendo, escuchando, sintiendo; y entonces, estarás consciente y despierto. Es ese instante presente, donde puedes animarte y bastará para ¡sentirte feliz!


Newsletter PyM
La pasión por la psicología también en tu email
Únete y recibe artículos y contenidos exclusivos
Suscribiéndote aceptas la política de privacidad