¿Cómo calcular la productividad de una empresa? Método y ejemplos

Este concepto nos ayuda a entender cuán eficiente es un trabajador de una empresa. ¿Cómo calcularlo?

Cómo calcular la productividad

La productividad es un aspecto que permite saber cómo está yendo una empresa. Mediante este indicador, se puede saber si la organización está marchando de acuerdo a lo previsto y si hay un reparto adecuado de las tareas entre los miembros de la empresa.

Desde la psicología del trabajo se sabe que para aumentar la productividad es necesario que la organización facilite un conjunto de elementos.

No únicamente los aspectos materiales permiten lograr la producción de bienes y servicios más eficazmente, sino que también influye el bienestar de los trabajadores y el entorno en el que realizan su trabajo.

Hoy vamos a ver qué influye en la productividad de una empresa de acuerdo a la psicología organizacional, además de explicar como calcular este indicador mediante un ejemplo.

¿Qué influye en la productividad de una empresa?

La psicología del trabajo ha demostrado y ayudado a entender que las empresas, sus oficinas, fábricas, y otros lugares de trabajo, son más que espacios en los que el trabajador realiza su empleo.

El cómo estén organizados físicamente estos lugares, las relaciones con los demás trabajadores, las facilidades que haya a la hora de realizar su función en la empresa, entre otros muchos aspectos, son clave para entender lo eficiente que es una empresa y lo productiva que es.

1. El factor social

Un aspecto que muchos empleadores habitualmente pasan por alto son las relaciones entre los trabajadores. El ser humano es un animal social, por lo tanto, necesita interactuar con otras personas. El lugar de trabajo no es la excepción. Una correcta dinámica relacional puede implicar que los trabajadores vayan motivados al trabajo, dado que ir a la oficina o a la fábrica no será únicamente ir para trabajar, sino que también será ver a sus compañeros con los que podrá compartir momentos placenteros.

En un lugar de trabajo en el que hay una relación puramente laboral entre empleados, sin que siquiera se sepan sus nombres, o que incluso haya hostilidades, puede ser muy perjudicial para la organización. Esto influye negativamente en la productividad de la empresa, dado que los empleados no ofrecerán lo máximo de ellos e incluso se sentirán fatigados nada más entrar a la oficina.

2. Factores psicológicos/motivacionales

Otro factor a tener en cuenta es el estado anímico de los empleados. Una persona que está pasando por una mala situación no vendrá a gusto a trabajar. Esto influirá no solamente en grado de productividad individual, sino que también podrá afectar al resto de personas, contagiando un desánimo generalizado y pesimismo.

Lo ideal de las empresas, al descubrir este tipo de situaciones, es ofrecer a la persona que está pasando por un mal momento ir al psicólogo o tomarse unos días de descanso en caso de que el problema sea muy grave. Así, podrá volver con más energías y con una actitud más motivadora.

3. Organización y liderazgo

La productividad de una organización depende en gran parte de cómo se organizan los diferentes tipos de trabajadores. Existen empleados que actúan como líderes, otros como dinamizadores en la empresa, otros facilitan la comunicación, y muchos más tipos. Una buena distribución de este tipo de empleados, teniéndose en cuenta sus grados de formación y en qué se han especializado, permitirán obtener el máximo grado de productividad en la organización.

Por ejemplo, se puede contratar a una persona que sabe mucho de contabilidad, pero si esta persona carece de dotes de líder, no sería adecuado colocarla como gerente en la empresa. Así pues, la personalidad es otro de los aspectos que influye en la buena dinámica de producción en la organización.

4. Clima laboral

El clima laboral en muchas ocasiones es menospreciado, pero resulta ser fundamental en el bienestar de los empleados. Se entiende por clima laboral a la relación entre el ambiente físico y el emocional de los trabajadores. Aspectos tan simples como el color de las paredes, la temperatura de la habitación, el grado de iluminación, entre otros, pueden marcar la diferencia entre un lugar de trabajo agradable y placentero y uno en el que se está incómodo, deseando que se acabe la jornada laboral lo antes posible.

¿Cómo calcular la productividad?

Toda empresa se gestiona a través de procesos, en los cuales hay unas entradas y unas salidas.

Por entradas o inputs nos referimos a la mano de obra de la empresa, el dinero gastado, los recursos y maquinaria utilizados, la energía requerida, el tiempo utilizado y, básicamente, todo lo que se haya invertido en el proceso. En cambio, las salidas o outputs son los resultados del proceso, es decir, los bienes obtenidos, los servicios ofrecidos y las ventas.

La productividad, matemáticamente hablando, se encarga de medir la relación entre las salidas y las entradas. Básicamente es el resultado la división entre las salidas obtenidas del proceso y las entradas invertidas para generar esas salidas.

Fórmula para calcular la productividad

La productividad laboral es la relación entre las salidas y los recursos humanos, es decir, el personal implicado en la elaboración de los productos o la oferta de servicios.

Básicamente esta sería la fórmula:

  • Salidas / entradas = productividad

Siendo:

  • Entradas: unidades de factor de trabajo empleadas.
  • Salidas: Producción obtenida.

Ejemplos

Para entender mejor este concepto presentamos el siguiente ejemplo.

Una tintorería ha lavado 100 trajes en una semana, pagando a sus empleados 10 € la hora, trabajando 56:

Para averiguar la productividad laboral en términos de mano de obra y de costo de mano de obra se harían dos cálculos.

La productividad de mano de obra en horas sería:

  • Productividad = 100 trajes / 56 horas = 1,78 traje/hora

El valor 1,78 hace referencia a la cantidad de trajes limpiados por hora en esta empresa, siendo este valor la productividad de mano de obra.

La productividad teniéndose en cuenta el costo de mano de obra sería:

  • 56 horas x 10 €/ hora = 560 €

  • Productividad = 100 trajes / 560 € = 0,178 traje/€

Esto quiere decir que por cada euro invertido en mano de obra se ha logrado limpiar 0,178 trajes.

Ejemplo con más factores

El anterior ejemplo sólo tenía en cuenta el dinero invertido por trabajador. Ahora veamos uno en el que se tienen en cuenta más factores, los cuales permiten saber con mayor exactitud el grado de productividad de la empresa.

Tenemos una empresa de productos lácteos, en la que hay 10 trabajadores que trabajan cada día 8 horas. Cada uno de ellos produce unos 20.000 yogures al día que venden a 1,25 cada uno.

Las máquinas utilizadas para elaborar los yogures son 40 y se necesitan unos 10.000 litros de leche como materia prima. Los trabajadores cobran 10 € la hora, las máquinas cuestan unos 20 € diarios de mantenimiento en conjunto y la leche cuesta 1,50 € el litro.

Para calcular el índice de productividad en este caso, haríamos la siguiente fórmula:

  • Productividad = 20.000 yogures x 1,25 €/yogur / (10 trabajadores x (10 €/hora x 8 horas/jornada) + 20 € de mantenimiento + (10.000x1,50 €/litro de leche)) = 1,6

El valor obtenido indica la productividad. Valores superiores a 1 significan que hay productividad positiva, y menores a este número, es negativa.

Referencias bibliográficas:

  • Black, S. E. y Lynch, L. M. (2006). How to Compete: The Impact of Workplace Practices and Information Technology on Productivity. The Review of Economics and Statistics, 83(3), 434-445.
  • Kompier, M. y Cooper, C. (1999). Preventing stress, improving productivity. European case studies in the workplace. Londres, Reino Unido: Routledge.

Graduado en Psicología con mención en Psicología Clínica por la Universidad de Barcelona. Postgrado de Actualización de Psicopatología Clínica en la UB.

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