Entrevista a Daniel Miskiewicz: la crianza de hijos deportistas

Criar a un hijo deportista es una tarea llena de recompensas, pero también de desafíos únicos. Daniel Miskiewicz, un experto en la formación y desarrollo de jóvenes atletas, nos ofrece su visión sobre cómo los padres pueden apoyar adecuadamente a sus hijos en su trayectoria deportiva.

Charlando con Daniel Miskiewicz

En esta entrevista, Miskiewicz aborda los signos de presión excesiva que los padres pueden ejercer sin darse cuenta, las claves para una crianza equilibrada y las estrategias para corregir comportamientos que podrían afectar negativamente el bienestar y el rendimiento de los jóvenes deportistas.

¿Cuáles son los signos más comunes de que un padre está ejerciendo una presión excesiva sobre su hijo deportista?

La crianza de hijos deportistas es una experiencia gratificante pero también desafiante. Es común que muchos padres, motivados por el deseo de ver a sus hijos alcanzar el éxito, ejerzan una presión excesiva sin darse cuenta. Esta presión a menudo proviene del desconocimiento o de sus propias creencias y experiencias acumuladas a lo largo de sus vidas. Los signos más comunes que indican que un padre podría estar ejerciendo una presión excesiva sobre su hijo son:

• Ansiedad y Estrés en el Niño: Si un niño muestra niveles inusuales de ansiedad o estrés relacionados con su deporte, puede ser un indicio de presión excesiva. Esto puede manifestarse a través de síntomas físicos como dolores de cabeza, problemas digestivos o trastornos del sueño, así como comportamientos emocionales como llorar fácilmente o mostrarse irritable.

• Falta de Disfrute del Deporte: El deporte debe ser una fuente de diversión y satisfacción. Si un niño comienza a mostrar desinterés o aversión hacia su deporte, podría ser una señal de que siente demasiada presión para rendir en lugar de disfrutar la actividad.

• Evasión de Entrenamientos y Competencias: Un niño que busca constantemente excusas para evitar entrenamientos o competencias podría estar tratando de escapar de la presión que siente. La evasión puede ser una forma de manejar la ansiedad y el miedo al fracaso.

• Comportamientos Perfeccionistas: El perfeccionismo extremo, donde el niño se castiga a sí mismo por cualquier error o no aceptar nada menos que la perfección, es otro signo de presión excesiva. Este comportamiento puede llevar a una disminución en la autoestima y a un alto nivel de estrés.

¿En su experiencia como Coach, cuáles son las principales claves de la crianza de hijos deportistas?

En mi experiencia como Coach, la crianza de hijos deportistas requiere un enfoque equilibrado que promueva el desarrollo integral del niño. Dentro de las principales claves para lograrlo puedo enumerar las siguientes:

• Fomentar el disfrute del deporte: El deporte debe ser una fuente de alegría y satisfacción. Es fundamental que los niños participen en actividades deportivas porque disfrutan de ellas, no porque sienten que deben cumplir con las expectativas de otros. Fomentar un entorno donde el juego y la diversión sean prioritarios ayuda a mantener la motivación intrínseca de estos chicos.

• Valorar el esfuerzo y el proceso: En lugar de enfocarse únicamente en los resultados y logros, es importante valorar el esfuerzo y el proceso de aprendizaje. Reconocer y celebrar los pequeños progresos y la dedicación constante refuerza la autoestima y la resiliencia del niño.

• Mantener una comunicación abierta y honesta: Establecer un canal de comunicación abierto y honesto con los hijos es crucial. Esto implica escuchar activamente sus pensamientos y sentimientos, sin juzgar ni minimizar sus experiencias. La empatía y el apoyo emocional fortalecen la relación y permiten abordar cualquier preocupación o problema de manera constructiva.

¿Qué efectos psicológicos y emocionales puede tener la presión excesiva de los padres en los niños y adolescentes deportistas?

Cuando los niños sienten que su valor está condicionado a su rendimiento deportivo, su autoestima puede verse seriamente afectada. La falta de reconocimiento de sus esfuerzos y la sobrevaloración de los resultados pueden hacer que los jóvenes se sientan insuficientes y poco valiosos, lo que impacta negativamente en su desarrollo emocional.

Por su parte, el miedo al fracaso es otro efecto común de la presión excesiva. Este miedo puede paralizar a los jóvenes deportistas, llevándolos a evitar desafíos o a sentir una gran ansiedad antes de las competencias. Esta aversión al riesgo puede impedir que desarrollen habilidades importantes como la resiliencia y la capacidad de recuperación ante la adversidad.

Adicionalmente, la presión excesiva puede llevar al aislamiento social, ya que los jóvenes pueden sentir que no tienen tiempo para interactuar con amigos o participar en actividades sociales fuera del deporte. Este aislamiento puede aumentar los sentimientos de soledad y afectar negativamente su desarrollo social y emocional.

¿Cómo puede afectar el rendimiento deportivo de los niños y adolescentes el hecho de que sus padres les quieran controlar demasiado?

El control excesivo de los padres sobre los jóvenes deportistas puede tener múltiples efectos adversos en su rendimiento deportivo. Aunque los padres suelen tener buenas intenciones, el deseo de controlar demasiado puede minar la confianza y el desarrollo autónomo de sus hijos. A continuación, detallo los principales impactos negativos de este comportamiento:

En primer lugar, el control excesivo de los padres puede impedir que los niños desarrollen habilidades cruciales de toma de decisiones. La capacidad de evaluar situaciones y tomar decisiones rápidas y efectivas es esencial en muchos deportes. Si los padres siempre dictan lo que se debe hacer, los jóvenes no aprenden a pensar por sí mismos ni a adaptarse a circunstancias cambiantes, lo que limita su crecimiento y capacidad de respuesta en el campo de juego.

En segundo lugar, en algunos casos, el control excesivo puede provocar una reacción de resistencia y rebelión. Los jóvenes deportistas pueden empezar a resistirse a las instrucciones y expectativas de sus padres, no por falta de interés en el deporte, sino como una forma de afirmar su independencia. Esta resistencia puede llevar a una disminución en la calidad del entrenamiento y, en última instancia, a un rendimiento deportivo inferior .

Finalmente, puede hacer que los niños y adolescentes pierdan el disfrute y la pasión por el deporte. Cuando la práctica deportiva se convierte en una obligación impuesta por los padres en lugar de una actividad placentera y gratificante, los jóvenes pueden volverse apáticos o incluso hostiles hacia el deporte.

¿Qué diferencias observa en el impacto de la presión de los padres en niños pequeños en comparación con adolescentes?

Los niños pequeños (entre 4 y 10 años) están en una etapa de desarrollo en la que aún están formando su comprensión del mundo y de sí mismos. La presión de los padres en esta etapa puede ser particularmente confusa y abrumadora porque los niños aún no tienen la capacidad cognitiva para entender completamente por qué se les exige tanto. La presión puede hacer que asocien el deporte con el estrés y la ansiedad desde una edad temprana, en lugar de verlo como una actividad divertida y saludable.

Por su parte, los adolescentes (entre 11 y 20 años) tienen una capacidad cognitiva más desarrollada y pueden comprender mejor las expectativas y las razones detrás de la presión. Sin embargo, esto también significa que son más conscientes del impacto de sus logros (o fracasos) y pueden internalizar la presión de manera más profunda, lo que puede llevar a una mayor ansiedad y autoexigencia.

Así mismo, en el caso de los niños pequeños tienden a expresar su estrés y ansiedad a través de comportamientos directos, como llorar, negarse a participar en actividades deportivas o mostrar signos físicos de malestar (dolores de estómago, dolores de cabeza). Pueden ser más dependientes emocionalmente de sus padres y buscar consuelo y aprobación constantemente.

A diferencia de los niños, los adolescentes, pueden mostrar respuestas más complejas y variadas. Algunos pueden volverse rebeldes y resistirse activamente a la participación en deportes, mientras que otros pueden internalizar la presión y desarrollar comportamientos perfeccionistas o autodestructivos. Pueden también recurrir a la evitación social o mostrar signos de depresión y ansiedad más marcados.

¿Existen diferencias en la forma en que la presión de los padres afecta a los niños según el tipo de deporte que practican?

Sí, la presión parental afecta a los niños de manera diferente según el tipo de deporte que practican. En los deportes individuales, como el tenis o la gimnasia, la presión puede sentirse más intensamente porque el rendimiento depende totalmente del niño. Esto puede llevar a una mayor ansiedad y autocrítica, ya que el niño asume toda la responsabilidad de sus éxitos y fracasos sin el respaldo de un equipo, lo que a menudo aumenta la sensación de aislamiento.

En contraste, en los deportes de equipo, como el fútbol o el baloncesto, la presión se distribuye entre los miembros del equipo, lo que puede reducir la presión individual y fomentar un sentido de apoyo mutuo. Sin embargo, los niños aún pueden experimentar tensiones si sienten que deben equilibrar las expectativas individuales de sus padres con sus roles dentro del equipo.

¿Qué estrategias recomienda a los padres para apoyar a sus hijos deportistas?

Para apoyar eficazmente a los hijos deportistas, los padres deben adoptar un enfoque equilibrado que fomente tanto el desarrollo deportivo como el bienestar emocional. En este sentido, le diría a todos los padres que permitan que los niños participen en decisiones relacionadas con su entrenamiento y competición. Fomentar la autonomía les ayuda a desarrollar habilidades de toma de decisiones y fortalece su sentido de responsabilidad y compromiso con el deporte.

En segundo lugar, que les brinden apoyo emocional incondicional mostrando interés genuino en sus experiencias y sentimientos. Les diría que mantengan una comunicación abierta y una escucha activa, sin imponer expectativas excesivas.

Y en tercer lugar, que ajusten sus expectativas a las capacidades y el nivel de desarrollo del niño. Eviten comparaciones con otros atletas o con estándares irreales. En lugar de enfocarse en la victoria, valore el esfuerzo, la dedicación y el progreso continuo.

¿Cómo pueden los padres corregir su comportamiento si se dan cuenta de que ya han empezado a poner demasiadas expectativas y a imponer mucho perfeccionismo en un hijo deportista?

Si los padres se dan cuenta de que han impuesto demasiadas expectativas y perfeccionismo en su hijo deportista, deben empezar por la autoconciencia; reflexionar sobre cómo sus expectativas y sus emociones propias están afectando al niño. Es importante reconocer el impacto negativo que pueden estar teniendo en su disfrute y bienestar.

Para corregir el comportamiento, los padres deben cambiar su enfoque hacia el apoyo incondicional y valorar el esfuerzo en lugar del perfeccionismo o cualquier resultado, es fundamental que tengan presente que los resultados deportivos de sus hijos no lo definen como individuo.

Además, considerar la ayuda de un coach especializado en el área deportiva puede ser muy beneficioso. Un coach puede guiar a los padres en su propio proceso de ajuste, proporcionando estrategias para manejar las expectativas y mejorar la relación con sus hijos y el deporte. Esta asistencia profesional puede facilitar un enfoque más equilibrado y positivo.