Entrevista a Mónica Dosil: sobre la psicología de la disfunción eréctil

La psicóloga Mónica Dosil habla sobre el vínculo entre la disfunción eréctil y la mente.

Mónica Dosil

La disfunción eréctil es uno de los trastornos sexuales más habituales, y sus causas no siempre son puramente biológicas. Por eso, es importante conocer los factores psicológicos que propician su aparición y la mantienen.

Entrevista a Mónica Dosil: causas y las consecuencias psicológicas de la disfunción eréctil

En esta ocasión hablamos con Mónica Dosil, psicóloga residente en Castelldefels con más de dos décadas de experiencia trabajando en psicoterapia y terapia sexual, para que nos hable sobre el vínculo entre la disfunción eréctil y lo psicológico.

¿Hasta qué punto la sexualidad da forma a nuestra identidad?

La sexualidad define nuestra vida y también nuestra identidad. Cuando te describes, lo haces en función de gustos, aficiones, cualidades e intereses, pero es tu sexualidad la que le da sentido a todo. La sexualidad es un estado que engloba todos los rasgos de nuestra personalidad, un quantum energético que describe de forma implícita y explícita cómo nos comportamos.

Si eres una persona entregada en tus relaciones personales o laborales, también te comportas de forma entregada respecto a tu sexualidad, si eres una persona introvertida, y te reservas información o emociones, también lo eres respecto en tu sexualidad.

Podemos afirmar que la sexualidad da forma a nuestra identidad, y ello es fundamentalmente porque se origina antes de la constitución de nuestra forma de ser, y es una de las bases sobre las que se edifica la personalidad.

La erotización que vive nuestro cuerpo en sus primeros momentos de vida cuando es acariciado y atendido genera las primeras experiencias de placer, que luego serán el germen de nuestra más o menos magnífica sexualidad.

¿Pasa también en el sentido contrario? ¿Cómo nos afecta lo que creemos sobre nosotros, nuestra autoestima, en el ámbito sexual?

Es fundamental. Si te sientes bien y seguro actúas en consecuencia, sintiéndote libre para desarrollarte con naturalidad y atrevimiento en el terreno de la sexualidad, si te sientes inseguro en tu forma de ser. Es decir, que si tu autoconcepto es bajo, así lo verás reflejado en tu sexualidad.

Las personas inseguras tienen dificultades en mostrar su cuerpo, hacen el amor con la luz apagada, se incomodan en según que posiciones relacionadas con el acto sexual, no desean ser acariciadas en algunas partes de su cuerpo... en definitiva, no pueden fluir con libertad y su pensamiento, de alguna forma limitante, se incide directamente sobre el placer que experimentan, ya que tratan de hacer una gestión de control de todas las situaciones y no pueden centrarse en disfrutar de su cuerpo o entregarse en el arte de dar placer.

Muchas personas creen que la disfunción eréctil es un problema puramente médico. ¿Es común que sus causas sean básicamente psicológicas?

Así es. Cierto es que hay un porcentaje de casos que tienen etiología orgánica, es por ello que el médico especialista en urología tiene que hacer una función prioritaria en descartar patología orgánica. El segundo paso es acudir al especialista en sexología, que puede ser médico o psicólogo en su formación constitutiva, y será este profesional el que valore el origen de la dificultad y programe un tratamiento.

La disfunción eréctil llamada comúnmente e inadecuadamente, impotencia, es la incapacidad para conseguir una erección o mantenerla con la suficiente firmeza como para mantener una relación sexual completa. Es habitual que ocurra ocasionalmente en el varón, y ello no reviste motivo por el cual preocuparse.

Es cuando empieza a ocurrir continuadamente que hay que pasar a la acción, ya que es entonces que pasa a ser considerado un síntoma, es decir, el cuerpo se manifiesta e indica que algo está pasando. Además, es importante intervenir en su resolución, ya que produce consecuencias no deseables como estrés, falta de confianza en uno mismo y en última instancia disminución persistente del deseo sexual.

Las causas psicológicas de la disfunción erectil son variadas y en ocasiones es una combinación de cuestiones físicas y psicológicas. Respecto a las causas psicológicas hay que tener en cuenta que el cerebro cumple una función clave en la activación de los sucesos físicos que provocan la erección, y que el primer factor necesario es la excitación sexual.

Si por ejemplo sufres depresión, lo primero que desaparece en esa circunstancia es el deseo sexual, y entonces ello afectará probablemente a la capacidad de tener erecciones.

Las causas más comunes de disfunción eréctil son la depresión, la ansiedad y los trastornos de la salud mental en general. El estrés se considera un caso combinado de origen físico y psicológico. En innumerables ocasiones los problemas de pareja debidos a dificultades de comunicación o cualquier otro tipo de malestar en la relación, también provocan como consecuencia problemas de erección.

En mi consulta privada observo en múltiples ocasiones que la infidelidad, en el caso del hombre, da como resultado en un tanto por ciento alto disfunción eréctil.

¿Es la disfunción eréctil un problema que, al ser experimentado en primera persona, se refleja incluso en las relaciones sociales de cualquier tipo, aunque sea sutilmente? Por ejemplo, en la tendencia a mostrarse inseguro.

Por supuesto. Es una situación que produce retracción de la personalidad.

Es habitual en los grupos sociales encontrar referencias a la potencia sexual de los hombres, en todo tipo de conversaciones más o menos desenfadadas. Ser hombre está relacionado en la biología de las especies así como en nuestra sociedad con la potencia sexual. En el caso de estar afectado por dicha disfunción, la afectación sobre la autoestima es total.

Cada vez la esperanza de vida aumenta en el ser humano, y otras circunstancias relevantes como el declive físico fruto de los años vividos dan como consecuencia, en el hombre, una disminución en su capacidad para mantener la erección.

Es importante no reforzar esta situación con una preocupación excesiva sobre dicha experiencia, ya que la buena noticia es que tiene siempre solución.

En nuestra sociedad las conversaciones sexuales se suceden habitualmente, el hombre que padece estas dificultades se avergüenza y trata de disimular dicha situación, ocultándola y aparentando normalidad.

Empiezan entonces a aparecer fallas en su personalidad, que en principio no estaban sucediendo, tales como estrés incapacitante originado por la situación problema.

¿Afecta este problema también a la manera en la que se percibe esta disfunción sexual? Por ejemplo, si afecta a la autoestima, puede que la persona crea que es algo que no tiene solución y que forma parte de su cuerpo.

Así es. Es cierto que en muchísimos casos el hombre presenta dificultades de erección desde su adolescencia y, como esta persona siempre ha experimentado esa realidad, acaba pensando que él es así y que eso que le ocurre es normal, así que no espera ninguna mejora y no solicita ayuda. Es entonces que aparece la resignación frente al problema.

En el hombre que empieza a sufrir esta situación posteriormente es al que le aparece el miedo a que sea irreversible e inicia un proceso de resignación.

Este tipo de dificultades sexuales se consultan a nosotros, los profesionales de la sexualidad, después de mucho tiempo de evolución, ello es lo que dificulta la recuperación, ya que el sistema nervioso se habitúa a la situación anterior y habitual.

Al final, la vergüenza es lo que hace que la persona, inconscientemente, elija resignarse en lugar de comentarlo a su médico de confianza o a cualquier otra persona que pueda animarlo a encontrar una solución.

¿Cómo pueden los psicólogos intervenir para dar tratamiento a la disfunción eréctil?

El tratamiento psicológico ha demostrado alta eficacia para este tipo de casos. En primer lugar los perfiles de personalidad que acostumbran a estar afectados por la impotencia son especialmente perfeccionistas. Estas personas están tan ocupadas en hacer las cosas tan bien que se desconectan del propio deseo, incluso se encuentran demasiado pendientes del placer de su pareja sexual.

Evidentemente, esto no les ocurre a todos los perfeccionistas, solo les sucede a aquellos que tienen grandes dificultades en el manejo de su ansiedad. La depresión y la ansiedad son las mayores causas de impotencia, cuando padeces estos síntomas es cuando ha llegado el momento de intervenir desde la psicoterapia.

En ocasiones, las personas presentan sintomatologia depresiva y no son ni conscientes de ello. Date cuenta de que no todas las depresiones pasan por no poder levantarte de la cama, hay muchas personas que sufren sintomatología depresiva subclínica, que pasa desapercibida, porque no da la cara.

El psicólogo ofrece ejercicios y herramientas específicas como ejercicios de relajación, reestructuración cognitiva y otras, siempre con el objetivo de eliminar los pensamientos irracionales que limitan al hombre que padece el trastorno. El tratamiento es efectivo definitivamente, y hay que tener bien presente que exige de un potente trabajo personal y esfuerzo diario. Es como ir al gimnasio, requiere de dedicación y de rutinas de ejercicios.

En demasiadas ocasiones las personas esperan que los cambios sean realizados por el profesional de la sexología, pero es la persona que acude a consulta la que ha de empezar a entrenar su mente diariamente para conseguir cambios notables y rentables.

Si el hombre con dificultades de erección se plantea como objetivo lograrlo y pone todo su empeño en ello y se provee de una buena orientación ten por seguro que lo logrará.

Como resultado del trabajo, la persona obtendrá erecciones más duraderas, prevención de la incontinencia, eyaculacion más placentera, y la capacidad de retrasar la eyaculación. Todo son mejoras evidentes fruto del esfuerzo en la recuperación de la disfunción eréctil.

¿De qué manera se produce la recuperación? ¿Se tarda en conseguir una mejoría?

La recuperación se produce progresivamente, y siempre hay que centrarse en mejorar el flujo cardiovascular. Una alimentación limpia de grasas no apropiadas y una rutina de ejercicios de aproximadamente 30 minutos al día serán fundamentales.

Los ejercicios han de ser orientados a la actividad cardiovascular, para mejorar así el flujo circulatorio, además de incorporar en tu día a día los ejercicios de Kegel, que son una rutina de ejercicios para el suelo pélvico. Son ejercicios destinados al músculo Pubocoxigeo (PB) que se encuentra ubicado entre el ano y los testiculos. Cuando se ejercita el PB se logra una mejor circulación de la sangre en toda él área que recubre la pelvis.

Como el estrés y los procesos emocionales complejos inciden sobre la erección se trabaja desde la psicología en manejar los niveles de presión emocional a los que la persona se somete a sí misma.

El manejo de la ansiedad y el estrés con competencia es posible, y produce efectos excelentes en la mejora de esta dificultad. ¡Cuanto más entrenes antes mejoras!

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