Hace miles de años que el ser humano empezó a intuir que existe algo a lo que hoy llamamos inteligencia. Este conjunto de habilidades mentales tiene una faceta concreta y otra altamente abstracta, lo cual significa que se plasma en una acción cualquiera del día a día, como realizar la contabilidad, pero también se hace notar más allá de cada una de ellas. Está presente de manera latente en nosotros, de manera que refleja tendencias en nuestro comportamiento: quien es hábil realizando una operación matemática tiende a serlo también al realizar otras.
Pero el hecho de que la inteligencia sea un rasgo latente abstracto ha hecho que se haya generado un gran debate a la hora de definir sus límites y darle una definición al concepto. ¿Qué significa exactamente ser inteligente? El concepto de Inteligencia Emocional nos ayuda a captar nuevas dimensiones del comportamiento inteligente.
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Descubriendo la Inteligencia Emocional
Seguramente a causa de las presiones del mercado laboral, que da más valor a unas tareas que a otras dependiendo de su capacidad para generar productos rentables, aquellas habilidades relacionadas con las matemáticas y el uso del lenguaje han sido el pilar central de lo que entendemos como inteligencia.
Pero en las últimas décadas han aparecido ideas que cuestionan esta visión de lo inteligente, al considerarla limitada. La inteligencia es un conjunto de diferentes "fajos" de habilidades mentales, sí, pero algunos de ellos no pueden ser medidos mediante la resolución de ejercicios con respuesta correcta predeterminada que deba ser apuntada en una hoja de papel. La Inteligencia Emocional es un ejemplo de esto, porque se basa en la regulación e interpretación de estados emocionales.
Para arrojar más luz sobre la naturaleza de este tipo de aptitudes mentales, en esta ocasión entrevistamos a Mª Teresa Mata Massó, psicóloga general sanitaria del Instituto Mensalus de Barcelona, experta en Inteligencia Emocional.
¿Cómo explicarías de manera resumida lo que es la Inteligencia Emocional?
La Inteligencia Emocional es aquella parte de la inteligencia que fija especial atención en la funcionalidad de nuestro sistema de pensamientos, emociones y acciones, con el objetivo de velar por su sostenibilidad. Si aquello que siento no está acorde con lo que pienso, si lo que hago no es fiel a lo que creo, si lo que termino exteriorizando está lejos de quién creo que soy, difícilmente podré sentirme bien conmigo mismo y los demás (eso a lo que llaman bienestar emocional).
Estadísticamente, ¿qué aspectos de nuestras vidas nos ayuda a predecir el hecho de tener una Inteligencia Emocional más alta o más baja? Por ejemplo, puntuar alto en ella hace que tengamos más probabilidades de…
Tener Inteligencia Emocional nos convierte en personas que se dan la oportunidad de elegir según las circunstancias, sus creencias, sus valores, su estado de ánimo, etc. Nada está determinado y, por ello, la decisión siempre es posible. Esto ofrece libertad al individuo, le permite moverse de un modo coherente y fluido. Así pues, si gozamos de inteligencia emocional es más posible que funcionemos mejor y consigamos nuestros objetivos y no a cualquier precio.
¿De qué manera podemos servirnos del entrenamiento en Inteligencia Emocional en el contexto de la psicoterapia?
En psicoterapia constantemente estamos analizando y entrenando la Inteligencia Emocional del individuo. Conocer con exactitud los elementos que la componen nos ayudará a tener más claros los objetivos terapéuticos.
Por ejemplo, puede que tengamos como objetivo trabajar la asertividad dado que el paciente se comunica desde un estilo comunicativo pasivo y le cuesta poner límites. Bien, ¿qué entrenaremos de la asertividad? ¿Los motivos por los cuales a dicha persona le cuesta decir no? ¿Sus derechos asertivos y, con ello, su autoconcepto y su autoestima? ¿Su dificultad por aceptar críticas y su tendencia a personalizar? ¿La posibilidad de análisis desde una posición más objetiva (el rol espectador)?, etc.
Si conocemos en profundidad los elementos que constituyen esta parte de la inteligencia podremos crear estrategias de intervención que persigan objetivos muy concretos y no quedarnos en la superficie.
¿En qué tipo de problemas psicológicos ayuda más haber trabajado este tipo de habilidades mentales?
No existen problemas psicológicos concretos para los que la Inteligencia Emocional sea más necesaria dado que es necesaria siempre. Según la problemática, trabajaremos más unas habilidades u otras. Por este motivo, desde las formaciones en Psicoterapia e Inteligencia Emocional destacamos la importancia de llevar a cabo una hipótesis diagnóstica y crear hipótesis clínicas que nos permitan trabajar y perseguir unos objetivos concretos tal y como he explicado en la anterior pregunta.
¿Podrías poner algún ejemplo en el que se vea cómo la Inteligencia Emocional nos ayuda a hacer que la perspectiva sobre nuestros problemas cambie?
Desarrollar la Inteligencia Emocional significa poner en duda ciertas “zonas de confort” desde las que nos sentimos seguros (pero no confortables) y descubrir qué existe fuera. Para ello es necesario contemplar nuevos puntos de vista, poner en práctica nuevos modos de hacer, crear nuevos pensamientos, sentir nuevas formas de estar, etc.
Esto únicamente es posible si gozamos de flexibilidad mental o, como a mí me gusta definirlo: plasticidad emocional.
La Inteligencia Emocional permite aumentar la capacidad por crear y reestructurar. Esto lo comprobamos con técnicas que ponen de manifiesto la plasticidad emocional a partir de la creación de soluciones no intentadas. Un ejemplo son las dinámicas con piezas de construcción LEGO. El trabajo de manipulación de piezas como respuesta a una pregunta movilizadora (la realiza el terapeuta) despierta respuestas cognitivas espontáneas y menos basadas en “lo conocido” o “lo repetido”. Este tipo de ejercicios ofrecen información útil y altamente gráfica al paciente.
Para valorar de qué manera la terapia psicológica puede beneficiarse de las intervenciones basadas en la Inteligencia Emocional, hay que tener claro si en general todo el mundo puede entrenar estas capacidades. ¿Es así? ¿Y a partir de qué edad se puede trabajar estas competencias en los pacientes?
Debemos aclarar que la Inteligencia Emocional se hace, no nace, por lo que todos podemos entrenarla a lo largo de la vida, no existe una edad. A la hora de trabajarla, lo importante es conocer las necesidades específicas de aquella persona y, por supuesto, adentrarnos en quién es dicha persona con el fin de entender cómo se ha conformado su sistema de pensamientos y emociones. Las experiencias vitales, la herencia emocional, los rasgos de personalidad y su momento actual nos darán pistas para comprender cómo construye la realidad y qué elementos pueden ayudarla a mejorar su funcionalidad.
Finalmente… ¿De qué manera suelen afrontar la emoción de la tristeza las personas emocionalmente inteligentes?
Aceptando que es una emoción útil, igual que el resto de emociones. Necesitamos de la emoción para entender quién somos y quiénes son las personas que viven a nuestro alrededor. No podemos vivir bien sin este GPS, estaríamos totalmente perdidos. La tristeza, el miedo, la rabia, …son guías de vida.
¿Cómo formarse en Inteligencia Emocional?
Uno de los aspectos positivos de formarse en Inteligencia Emocional es que las capacidades que adquirimos puliendo este tipo de procesos mentales son aplicables a cualquier ámbito de la vida. Independientemente de las condiciones en las que vivamos, perfeccionarlas producirá un cambio significativo, ya que las emociones propias y ajenas son algo inherente a la vida.
Si te interesa este tipo de programas de aprendizaje, el curso online Experto en Inteligencia Emocional del Instituto Mensalus puede responder a tus necesidades. El curso tiene su inicio el 17 de septiembre de 2018 y finaliza el 17 de noviembre del mismo año, y consta de clases teórico-prácticas, material audiovisual de aprendizaje, aula virtual y supervisión por parte de un tutor. Las inscripciones ya están abiertas, de modo que si te interesa apuntarte u obtener más información, puedes hacerlo a través de la página web de Mensalus o mediante los datos de contacto que encontrarás haciendo clic en este enlace.
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