Se suele hablar más de la importancia del vínculo materno-filial puesto que es el primero que se produce, pero hoy en día sabemos que el apoyo familiar es fundamental para el crecimiento de los niños y las niñas. Con todo y con eso, ¿habrías imaginado alguna vez que el apoyo materno está relacionado con la inteligencia?
A lo largo de este artículo te explicamos los resultados de un novedoso estudio publicado recientemente en el que se vinculan ambos aspectos. Por ello, hablamos de apoyo materno, su relación con la inteligencia y la implicación que pueden tener estos resultados. Por último, mencionamos factores importantes que debemos tener en cuenta.
¿Cómo definimos el apoyo materno?
El apoyo materno engloba muchos aspectos que van más allá de los cuidados que podríamos considerar básicos y que se relacionan con la alimentación, la ropa y el hecho de garantizar un techo a la criatura.
El apoyo materno, teniendo en cuenta también la descripción que brindan los autores del estudio, engloba aspectos como la calidez, la sensibilidad y disponibilidad emocional, la estimulación sensorial y cognitiva y la capacidad de dar respuesta a las necesidades de los niños y las niñas de forma adecuada.
Cuando esto sucede, es decir, cuando las criaturas crecen en entornos donde se les escucha, respeta, se les tiene en cuenta y también se les valida emocionalmente crecen con una sensación de seguridad interna que les permite explorar el mundo y ser autónomos/as.
¿Qué relación hay entre la inteligencia y el apoyo brindado por la madre?
Es probable que en más de una ocasión hayas escuchado hablar sobre los beneficios que aporta para el desarrollo emocional de un bebé el hecho de establecer un vínculo seguro y fuerte con su madre. Lo que quizá no sabías es que recientemente se ha descubierto que esta vinculación puede aportar también beneficios a nivel cognitivo.
Un estudio llevado a cabo por Dunkel y sus colaboradores agrupó a un total de 1075 niños y sus madres. Hicieron un seguimiento durante una década en la que se midió la inteligencia, con herramientas adaptadas para cada edad, a los 3, 5 y 10 años de las criaturas.
Los investigadores observaron que el apoyo materno medido entre los 14 y los 36 meses del niño o la niña era un factor predictor de la inteligencia general a los 4 años y de forma indirecta hasta los 10 años. La relación se mantuvo incluso después de controlar diversas variables potencialmente influyentes cómo podían ser la inteligencia materna y el temperamento infantil.
Es importante tener en cuenta que este estudio se centra en la inteligencia general, no en habilidades o capacidades específicas. Así pues, cuando las madres son cariñosas, comprensivas, pacientes y atentas a las necesidades de sus hijos durante la primera a infancia, estos tienden a desarrollar mayores niveles de inteligencia general.
Estudios previos al de Dunkel y colaboradores ya sugerían que el establecimiento de un apego seguro es un indicador de un mejor desarrollo cognitivo. En este sentido, las madres sensibles y sensitivas tienden a tener hijos con mas capacidad de autorregularse a nivel emocional y esto también se relaciona con un mejor aprendizaje.
Además, la psicología del desarrollo señala la importancia de los primeros años de vida especialmente para el desarrollo cerebral. El apoyo emocional, la seguridad afectiva, la estimulación verbal y sensorial que brinda la madre (o la figura de cuidador/a principal) favorecen las conexiones neuronales clave para la inteligencia.
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¿Qué implican estos resultados?
Los resultados obtenidos en el estudio tienen implicaciones importantes en varios sentidos. Por un lado, enfatizan la importancia del rol que la crianza juega en el desarrollo —intelectual en este caso— de las personas. En este sentido, nos recuerda también la importancia de todas las experiencias vividas en los primeros años de vida.
Por otro lado, los hallazgos ponen de manifiesto que no todo es herencia genética. Si bien es cierto que la genética tiene un peso considerable sobre la inteligencia, vemos que hay otros factores que también lo son. Recibir amor incondicional, sostén, apoyo y validación emocional además de otros estímulos potencia el desarrollo de la inteligencia general.
Todo esto es importante también a nivel social. Es necesario tener en cuenta estos hallazgos con el fin de implementar políticas sociales que permitan apoyar a las familias especialmente en los primeros años de crianza para que los niños y las niñas puedan desarrollar todo su potencial. En esta línea, sería realmente interesante la implementación de recursos de acompañamiento y asesoramiento a las familias que lo requieran.
Otros aspectos importantes a tener en cuenta
Es importante tener en cuenta que el estudio mostró que el apoyo materno influenciaba en la inteligencia general durante los primeros 10 años de vida. Posteriormente hay otros factores que van cobrando importancia (escuela, amistades, etc.) y van ganando influencia.
Por otro lado, no podemos obviar que aunque este estudio se haya centrado en la figura materna, hay otras figuras significativas a lo largo de los primeros años de la infancia que también pueden brindar estimulación, apoyo emocional y sostén y, de este modo, potenciar el desarrollo de la inteligencia general.