¿Te has preguntado cómo lo hacen? Parejas ilusionadas tras un largo recorrido irradiando un amor sincero más fuerte que al inicio. Parejas que han sabido construir una relación basada en el amor, la admiración y el respeto dando una base firme sobre la que compartir momentos y crear recuerdos, suelen mostrar ciertos patrones.
Las señales de la felicidad en la pareja
No tienen por qué presentar todos, no podemos generalizar. Pero he aquí una serie de claves que se suelen observar. Además de que verdaderamente se aman, trabajan a lo largo del tiempo nutriendo la relación, no se acomodan, no dan por sentado un futuro común agradable, lo generan. Veamos cómo.
1. Se posicionan como equipo y se otorgan a sí mismos como prioridad
No toman decisiones basándose en opiniones o juicios ajenos a la relación, no dejan que otros, ni siquiera la familia decida lo que es mejor para el curso de la pareja que forman. Se sienten libres y creadores de su propio ritmo o proceso de crecimiento conjunto. Tampoco olvidan que son pareja ante los diferentes roles que cada uno desempeña (social, familiar, profesional…).
Se relacionan desde el deseo de estar, y no desde identidades estrechas. Por ejemplo, cuando tienen hijos, no son la mamá o el papá. Son ellos mismos, y el rol de mamá y/o papá no lo tiñe todo, es una faceta más. Esto mantiene vivo el deseo al no sentirse constreñidos, limitados o presionados ante un área de su vida, ya que la vida es mucho más amplia y rica.
2. Son amigos
Se enriquecen de la visión del otro, genuinamente disfrutan sacando tiempo para dedicarse el uno al otro. Llegan con ganas a casa, pensando por el camino en encontrarse y cruzar unas palabras tras un largo día. Se reservan espacios de tiempo porque lo necesitan, les nace. Comparten intereses y no solo quehaceres. Buscan momentos en los que no estén cumpliendo compromisos para relajarse juntos, el objetivo de estos encuentros no es ser productivos y aprovechar para “hacer”. El objetivo que tienen en mente es “estar”.
3. Dan total libertad al otro para ser él/ella misma
El respeto y la admiración por el otro superan el deseo de cambiar aquellos aspectos que igual no les agrada tanto. Podría resumirse en que, la pareja les gusta tanto, que no sienten que merezca la pena por luchar cambiar algún detalle.
4. Mantienen conversaciones difíciles
Se comunican con regularidad desde una actitud abierta a la perspectiva del otro. No asumen el feedback del otro como un ataque, si no como su propia visión que no tiene por qué coincidir pero sí es igual de válida. Se escuchan, se validan, se apoyan y sobretodo, sienten libertad de elegir su opinión personal aunque no coincida con la expresada por parte de la pareja.
No muestran conductas de evitación o ataque. La apertura al dialogo es tal que desde ese clima emocionalmente sereno, las conversaciones muy rara vez pueden llegar a convertirse en una explosión. Saben cómo hacer reír al otro e incluso pausar un conflicto si se sienten desbordados, disfrutando de dicha pausa en conjunto utilizándolo para el ocio. Navegan el conflicto con naturalidad y calma.
5. Tienen su propio espacio, su individualidad
Respetan la privacidad del otro así como su libertad de acción en cada momento. Amar no implica dejar de lado nada que te importe o te aporte valor, estas parejas lo saben. Son y actúan como personas individuales que habitan su propio espacio y ritmo, que se saben en libertad y desde ella, se eligen cada día.
6. Gestión de los celos
Hay parejas que sienten celos y otras que refieren haberlos sentido muy rara vez. Los celos pueden surgir de forma espontánea incluso sin motivo aparente. Lo definitorio en parejas que podríamos catalogar de exitosas es que el alto grado de confianza y determinación a la hora de elegirse cada día es tal, que ese sentimiento de elegir y sentirse elegido amortigua esto sin dramas.
7. Comparten valores, lo cual les acerca a compartir propósitos
Si la pareja comparte como valor el cuidado por el medio ambiente o el amor por la naturaleza, quizás a uno le guste la playa y a otro la montaña, pero ninguno va a sufrir ante una escapada a un paraje natural. Lo mismo con el conocimiento, si la pareja da valor a este, da igual si uno lee ensayo y otro estudia física. Cuando tengan un hijo sentirán paz al ver que su pareja está leyendo reposadamente mientras en el niño se inculca la curiosidad por el saber.
Si por el contrario uno valora la salud y hace deporte mientras que el otro valora las catas de vinos y cervezas, es posible que haya mucho desencuentro a lo largo de toda la relación. Más aún si deciden formar una familia y uno quiere que el niño haga deporte mientras mira al otro fumando y/o bebiendo en frente del crío. Esto suele traer conflicto. Cada quien es libre de vivir como decida y le haga sentir bien, pero tener valores opuestos, rara vez trae consigo una relación que se sienta cómoda y que fluya segura.
Conclusiones
Para finalizar, si en tu relación de pareja hay algo que realmente no te encaja, plantéate si estás en el lugar correcto. ¿A veces se muestra ausente y otras veces, presente? ¿Un día está receptiv@ y al siguiente desaparece? ¿No sabes cómo dirigirte a tu pareja porque te parece totalmente impredecible? Cuando te enzarzas en un vínculo inseguro, puedes sentir que tu propio sistema te incita a acercarte más y más a esa persona.
Acercándote desarrollando mil estrategias corres el riesgo de alejarte de ti. No pierdes a tu pareja, no pierdes nada, Lo único que se pierde eres tú. Volviéndote cada vez más dependiente de esa cercanía que te trae sensación de calma. Una paz momentánea. ¿Qué es lo que estás dispuest@ a cambiar? ¿De qué te vas a arrepentir más? Recuerda que una pareja sana se escoge desde el sentimiento empoderante de ejercer su derecho a la libertad.
