Si hay algo en lo que se especializa la mente humana, es en hacer que todo lo que nos ocurra tenga un significado para nosotros. Por eso, a veces se dan experiencias curiosas. Hay muchas situaciones que, si las analizásemos fríamente, veríamos que son neutras y que no tienen ninguna trascendencia, y que sin embargo nos hacen centrar nuestra atención en ellas y a asociarles una carga emocional. En muchas ocasiones, reaccionamos de manera desmesurada ante ellas, creyendo que prácticamente todo lo que nos pasa es importante y ocurre porque nosotros estamos ahí.
Por supuesto, este fenómeno se da también en nuestras relaciones personales. El hecho de dudar acerca de las intenciones o las emociones que se esconden detrás de las acciones de los demás, o de lo que dicen, puede hacer que algunas personas vean un ataque en los indicios más ambiguos: un gesto, un cambio en el tono de la voz, una crítica constructiva… Para ellas, este artículo será de especial interés: ¿cómo dejar de tomarse las cosas de manera personal? Veámoslo a través de una serie de pautas básicas.
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Cómo dejar de tomarse las cosas de manera personal
Todo cambio psicológico comporta una transformación de nuestras creencias y de nuestros hábitos diarios. Teniendo en cuenta esto, y que para llegar a mejorar en ciertos aspectos de la personalidad hay que esforzarse y trabajar de manera constante, sigue las siguientes recomendaciones para dejar de tomarte las cosas de manera personal ante el más mínimo atisbo de posible ataque o conflicto.
1. Explícales tu proyecto de evolución personal
No un contrato con validez legal, claro, sino uno de palabra. Se trata de algo muy simple: debes decir a las personas con las que tienes más confianza que estás intentando dejar de tomarte las cosas de manera personal para no enfadarte u ofenderte de manera innecesaria. Tan solo haciendo esto, ya estás modificando tu entorno social para que sea menos tentador tirar la toalla y dejarte llevar por tus viejas costumbres.
Siguiendo este consejo conseguirás crear unas expectativas tanto en ti como en los demás, de manera que estarás potenciando de manera indirecta tu motivación para seguir hacia adelante y tratar de tomarte las relaciones personales con una actitud más constructiva.
2. Analiza tu tipo de hostilidad
Cuando decimos que alguien se toma las cosas de manera personal, simplemente nos estamos refiriendo a que adopta una actitud hostil o defensiva en situaciones de ambigüedad en la que su autoimagen o su imagen pública podrían quedar comprometidas por un comentario o una acción de otros. Esto engloba una cierta variedad de comportamientos que no tienen por qué parecerse entre sí.
Así pues, es bueno que te detengas a pensar de qué manera aparece esa hostilidad en ti cuando te tomas algo de manera muy personal. En este sentido, deberás distinguir entre al menos tres tendencias: actitud agresiva, actitud pasivo-agresiva y actitud resentida. En el primer caso hablamos de personas que se enfadan claramente y expresan ese sentimiento de ira, en el segundo la hostilidad se manifiesta de manera más sutil, sin enfrentar directamente al otro pero tratándolo con menosprecio, y en el tercero no se expresa hostilidad, sino que se oculta el hecho de que nuestros sentimientos han sido heridos.
Dependiendo de en cuál de estas categorías te ubiques, puedes decidir si tu trabajo debe centrarse más o menos en prevenir la escalada hostil contra los demás, o a reforzar tu autoestima para que no te hieran una gran variedad de experiencias sociales.
3. Detecta qué situaciones desencadenan esa emoción
¿Hay situaciones concretas en las que consideres que te tomas lo que ocurre de manera personal? Ponles nombre. Por ejemplo, apara algunos esto ocurre en lo referido a su trayectoria profesional, para otras estas experiencias aparecen solo en el contexto familiar, o incluso solo con algunas personas. Saber estas cosas te ayudará a decidir si debes gestionar de manera diferente tan solo ciertos vínculos personales, o si el problema está en una faceta de tu personalidad.
4. Trabaja tu autoestima
Sí, tan solo esta tarea ya acarrea consigo toda una serie de ejercicios que realizar, pero es un paso indispensable. El motivo de esto es que siempre hay cierta inseguridad cuando alguien se toma las cosas de manera excesivamente personal. A fin de cuentas, esta es una tendencia hacia los pensamientos catastrofistas y algo paranoicos, alimentando las creencias de que a nuestro alrededor hay fuerzas hostiles que pueden llegar a herirnos a través de los detalles más insignificantes.
Por ejemplo, algo relativamente simple que puedes hacer en este sentido es llevar una vida más sana y cuidarte más en general. Esto afectará positivamente en cómo te sientes, y te permitirá romper con viejos vicios que hacían que te sintieses mal y que adoptases una perspectiva más pesimista acerca de lo que ocurre a tu alrededor.
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5. Parte de cero en tus relaciones con los demás
A veces, las hostilidades siguen ahí por pura inercia. Por ejemplo, porque en el pasado alguien malinterpretó las intenciones del otro, se creó un malentendido que fue percibido como una falta de respeto, y la reconciliación no llega porque ambas partes se niegan a admitir sus errores. Crear un final simbólico para esta etapa hace mucho más fácil rehabilitar esos puentes de empatía que facilitarán derribar esa tendencia hacia la paranoia.