Hay cuestiones en la vida que se actualizan y cobran sentido con los años; no sé si esto os pasa, a mí sí. De entre todas estas cosas hoy me gustaría abrir el “melón” sobre quién escoge a quién. ¿Tú escogiste tu profesión o la profesión te escogió a ti?
Cuando empecé a estudiar Psicología, tenía compañeras y compañeros que decían esta frase: “Yo escogí esta carrera para entenderme”. En ese momento a mí no me resonaba nada, absolutamente nada. No me sentía interpelada. De hecho, valoraba que el orden debía ser inverso: antes tenías que entenderte y estar sano para poder ejercer. Hoy, en cambio, queda muy lejos de mí esta especie de omnipotencia, este situarte en el lugar del experto, del que sabe, del que cura.
Ayer, tomando un café con una colega de profesión, recordamos a aquellos compañeros y compañeras. Jóvenes y con ganas de saber que decían una frase que nosotras aborrecíamos pero que hoy, probablemente, suscribiríamos. Entre confesiones y análisis de nuestra trayectoria, nos hacíamos una vez más esta pregunta y la respuesta, años después, es más difusa, menos vehemente y más cercana a aquello que entonces menospreciábamos. Y es que, hoy, ¿tú sabrías contestar a la pregunta de por qué motivo escogiste Psicología? Nosotras, en pleno análisis de nuestra historia familiar, hemos caído en la cuenta de que nuestra elección estaba más determinada de lo que creíamos.
Quizá sí: nuestras vivencias, nuestra historia familiar y nuestra manera de estar en el mundo bien podría habernos llevado a escoger esta carrera y no otra. Hoy ya no era una elección basada únicamente en el deseo de conocer la mente o ayudar al otro. Hoy en el centro de la elección estábamos nosotras. Las dos nos miramos y nos reímos. ¡Cuánto camino para llegar hasta esta conclusión! ¿Tendrían esos antiguos compañeros más insights que nosotras? Hace 20 años ellos ya respondían como hoy lo hacemos nosotras...
A menudo me planteo cómo hacemos elecciones: cuánto hay de nuestro deseo, cuánto de nuestra vida, nuestra historia, nuestro entorno que nos lleva hasta esta (y no otra) opción. Hoy lo pensaba conmigo y la Psicología y otras muchas veces lo pienso a través de los relatos de las personas a las que acompaño. Este, sin embargo, ya sería otro “melón” para abrir en otra ocasión.


Newsletter PyM
La pasión por la psicología también en tu email
Únete y recibe artículos y contenidos exclusivos
Suscribiéndote aceptas la política de privacidad