No sufres por lo que sucede en tu vida. Sufres por lo que tu mente te dice acerca de lo que está ocurriendo. Ningún evento externo crea el dolor mental que sientes. Ninguno. Tu experiencia placentera o dolorosa no es más que el resultado que provocan los pensamientos que tu mente genera en cada ocasión.
Piensa que si cómo nos sentimos dependiera únicamente de lo que ocurre, no tendría ninguna utilidad leer, estudiar, meditar o intentar aprender nada acerca de cómo funcionamos, ya que eso no tendría ninguna relevancia práctica en nosotros. Todos no sufriríamos igual frente a los mismos eventos.
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Veamos esto de forma más visual
Estás en una playa paradisíaca, rodeado con muchas personas que te quieren y te valoran, en medio de una gran celebración en tu honor. Tienes una maravillosa relación amorosa, una salud de hierro, mucho dinero y una profesión que te apasiona... todo va de maravilla exteriormente. Pero si tu mente está pensando en cosas muy desagradables, que te dan miedo o que te causan dolor...
Está claro que pese a las circunstancias tan aparentemente agradables, bien no te vas a sentir. Lo bueno es que es un camino de dos direcciones. Si estás atravesando una situación terrible a todos los niveles, pero dentro de ti eres capaz de generar pensamientos de paz, certeza y seguridad... La experiencia va a ser más liviana.
La vida es un juego interior en el cual es fundamental que cuides tu exterior como el maravilloso jardín que es, pero recuerda que tu estado de paz, alegría o felicidad, florece solo dentro de ti. Esto lo desarrollamos en la serie completa de 7 libros Abre los Ojos.
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Sigamos avanzando...
La profunda verdad que recoge la frase “lo que sucede en tu exterior es muy importante, pero lo que ocurre en tu interior es determinante”, marca la opción definitiva si lo que deseas es vivir tu mejor vida. Lo más común es el enfoque externo. La base lógica de esto es que obviamente nuestros sentidos están dirigidos en esa dirección: vista, oído, tacto...
El problema que esto nos provoca, sin embargo, es que, al centrarnos primero en el exterior, y darle máxima prioridad, perdemos la perspectiva de que lo que de verdad crea nuestra experiencia, y desde donde la vives realmente, que es en tu interior.
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Tenemos otra opción...
Imagínate que estás frente a una situación retadora, como por ejemplo una ruptura de pareja, y que hay otras dos personas más en una circunstancia idéntica:
Resulta que una de ellas, frente a eso sufre mucho más que tú. Entra en un gran estado de crisis durante varios años, comienza a tomar medicación, pierde su trabajo...
Luego estás tú, que vives eso con mucho dolor, pero ni de lejos tanto como la primera persona. Estás sufriendo un tiempo, pero a pesar de ello sigues con tu rutina. Hasta que por fin en varios meses estás de nuevo totalmente recuperado.
Y a la tercera persona resulta que le ocurre lo mismo, su pareja se rompe, sufre, pero tanto la intensidad como el tiempo que la experimenta es insignificante, comparado contigo y el otro individuo. Así que en poco tiempo está de nuevo viviendo su vida, contenta y alegre.
¿Cuál es la razón para que una persona sufra más o menos que otras, cuando realmente están viviendo prácticamente lo mismo?
Hay muchas respuestas posibles que señalan el origen y que contribuyen a que esto sea así, pero solo una de ellas apunta exactamente al centro del problema, y es de nuevo que:
No sufres por lo que sucede en tu vida. Sufres por lo que tu mente te dice acerca de lo que está sucediendo. Tú determinas tu experiencia interna mediante el uso consciente o inconsciente de la mente. Y lo que te permite saborear más de lo “bueno”, y menos de lo “malo”, sin importar lo que pase es, de nuevo: La habilidad que tengas para usar tu mente.
Y con el dolor ocurre lo mismo... Pase lo que pase en tu vida, si tu mente se mantiene firme dentro de pensamientos de certeza, seguridad y paz, será eso lo que tendrás.
Así que ¡enhorabuena! Ya tienes otra pieza más en tu puzle mental. Esta compresión que acabas de realizar te diferencia del 95% que desconoce tal mecanismo, con las correspondientes posibilidades que entraña en tu evolución hacia tu mejor vida.
Cualquier situación es más fácil cuando tu mente sabe cómo afrontarla. Y eso te lo da la experiencia externa y el trabajo interno.
Ángel Mena Rodríguez
Ángel Mena Rodríguez
Especializado en Superar la ANSIEDAD de forma Permanente. -100% Garantía de satisfacción-. Programación neurolingüística, Mindfulness, Neurociencias, Logoterapia... Formador, Terapeuta, Coach de alto rendimiento y Autor de 7 libros.
La mayoría de las personas se alegran por cosas, situaciones o circunstancias, que superficialmente parecen favorables y que anuncian estados de alegría y tranquilidad, pero que posteriormente provocan lo contrario. A su vez se entristecen, enfadan o se frustran por situaciones que son intensas o dolorosas, porque piensan que son malas o que no son las ideales para ser felices.
Sin embargo, muchas veces, debajo del dolor inherente a esas situaciones, le acompañan aprendizajes de un valor incalculable y nos preparan para ser mucho más fuertes.