Estamos frente a uno de los más eficientes e instaurados creadores de dolor. Además, es políticamente correcto, y nuestra sociedad "lógica" lo promueve, y se extiende como el fuego en una carpintería. Se dice que tener orgullo es malo y ser humilde es bueno, y es cierto… o no.
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¿Qué entendemos por orgullo y humildad?
Hay mucha confusión al respecto de este tema, como de otros tantos. Para comenzar a poner claridad veamos las distintas definiciones del diccionario de la Real Academia Española sobre el orgullo y la humildad:
1. El concepto del orgullo
En el diccionario aparecen definiciones muy distintas:
- Sentimiento de satisfacción por los logros, capacidades o méritos propios.
- Arrogancia, vanidad, exceso de estimación propia, que suele llevar un sentimiento de superioridad. c. Amor propio, autoestima.
- Persona o cosa que es motivo de orgullo.
2. El concepto de la humildad
- Virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en obrar de acuerdo con este conocimiento.
- Bajeza de nacimiento o de cualquier otra especie.
- Sumisión, rendimiento.
En el propio diccionario comienza el conflicto y la confusión... **¿Por qué es tan importante distinguir adecuadamente entre el orgullo y la humildad? **
Porque desde pequeño te han dicho que tener orgullo es malo y ser humilde es bueno. Así que tenemos que saber con exactitud que es verdaderamente cada cosa para queriendo hacer lo bueno, no terminar bañándonos en lo malo.
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Variantes del orgullo
Lo que no nos enseñaron es que hay 2 clases de orgullo:
Orgullo 1: es el malo
Es aquel en el que intentas posicionar por encima de los demás mediante tus pensamientos, palabras y acciones. Normalmente parte de un sentimiento de inferioridad, que procura ocultarse tras el disfraz de «soy más o mejor que tú». Pero por dentro la historia es muy distinta.
Orgullo 2: es el bueno
Es el posicionamiento que haces al tomar conciencia de que eres un ser extremadamente valioso, maravilloso y lleno de potencial… Al igual que el resto de personas.
Vivir desde este orgullo, en mi opinión, es una necesidad para acercarte a tu verdadero ser, crear la vida que te mereces e influir al resto de personas de tu entorno, permitiéndoles que entiendan poco a poco el verdadero valor que también ellos tienen.
Este enfoque de ti mismo es el único camino hacia la verdadera prosperidad, sea lo que sea que eso signifique para ti. Necesitamos más gente con verdadero orgullo para que el mundo despierte y la raza humana se conozca amorosa y desde ahí demos los siguientes pasos de la humanidad.
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Los tipos de humildad
Por otro lado, igualmente considero que existen 2 tipos de humildad:
Humildad 1: limitante e ilógica
En ella te posicionas frente a ti mismo, a los demás, y a la vida como una persona sin ninguna cualidad especial; “todo lo haces” de forma aceptable o mal, en el peor de los casos. “No tienes nada de especial”.
Humildad 2: esta es la buena
En este caso, el enfoque humilde te permite no solo tener orgullo para valorar tú verdadera y gran valía, sino que, además, es totalmente compatible con ser consciente de las propias limitaciones y así poder aprender y relacionarte de la forma más efectiva y amorosa posible. En nuestra cultura española y en toda América Latina, hay mucha influencia del cristianismo mal entendido, y se nos ha transmitido desde siempre que; la humildad es fantástica, que es una gran cualidad, y que ser humilde es fundamental en todas las áreas…y estamos de acuerdo.
¿Pero qué tipo de humildad? Pues la humildad real y auténtica. La falsa humildad es un freno a quien verdaderamente eres… ¡Es un lastre enorme!
Un lenguaje humilde, incomprendido y utilizado de forma inconsciente no permite florecer ni sacar el enorme potencial que llevas dentro. Una humildad mal usada hace que sigas creando una realidad mediocre o insatisfactoria, día tras día, hora tras hora, minuto tras minuto…
Consecuencias del hecho de ser humilde
Recuerdo que durante muchos años yo fui "humilde". Siempre, sin seguridad ni confianza en mí mismo.
Cuestionaba cuando alguien me alababa en algún área, y prácticamente lo rebatía… Casi le llevaba la contraria, sin apreciar la verdad que había tras sus palabras. Dicho de otra manera: apenas me valoraba y mi lenguaje y forma de pensar «humilde» me mantenían en ese punto sin ser consciente de ello.
Esa humildad equivocada te lleva a que tú mismo creas que vales menos de lo que probablemente vales. Tu lenguaje influye en tus pensamientos y determina cómo te sientes y cómo actúas.
Ángel Mena Rodríguez
Ángel Mena Rodríguez
Terapeuta especializado en ANSIEDAD. (Garantía de satisfacción, Previo estudio inicial). Programación neurolingüística, Mindfulness, Neurociencias, Logoterapia...Formador, Coach de alto rendimiento y Autor de 7 libros.
Si hablas y te tratas con palabras y actos de grandeza, honesta y real… la real y honesta grandeza que eres brotará de ti. Lo contrario también es cierto. Y como sabes, esto lo desarrollamos en la serie completa de 7 libros Abre los Ojos.
Un día me di cuenta de que no hay nada de malo, sino todo lo contrario, en expresar lo que verdaderamente tú eres: un ser con un valor ilimitado, igual que los 7.000 millones de personas que vivimos en la Tierra. Este es un orgullo humilde… sano y realista.
No hablamos de pensamiento positivo. Este es un cambio que debes efectuar si deseas vivir la vida que te mereces, y no vivir más la dolorosa vida de otro. Un lenguaje verdaderamente honesto crea honestidad contigo mismo y con la vida, y eso lo percibes gracias a tu cuerpo, en forma de sentimientos potenciadores, y a la vida, mediante abundancia externa.