Experimentar cierto temor ante la presencia de un arma de fuego es una reacción natural desde el punto de vista de la razón. Además, la cantidad de accidentes, desgracias o catástrofes relacionadas con ellas no ayudan a que esto cambie.
No obstante, dejando a un lado su reputación o la opinión personal que cada uno tenga de ellas, se han registrado una serie de casos en los que las personas manifiestan un miedo irracional y extremo a estos artilugios, este temor es conocido como hoplofobia.
¿Qué es la hoplofobia?
La hoplofobia se trata de una fobia específica en la cual la persona experimenta un miedo inusual, exacerbado e infundado a las armas en general o específicamente a las armas de fuego.
Si tenemos en cuenta el origen del término este deriva de la expresión griega “hoplon” que significa arma y “phobos” que se puede traducir como miedo. Por lo que es lógica pensar que esta fobia incluye cualquier tipo de arma como pistolas, rifles, fusiles o cualquier otro tipo de arma de fuego.
En ocasiones esta fobia se manifiesta también mediante un temor irracional y excesivo hacia las personas que portan o usan armas, o incluso puede llegar a presentar un gran rechazo o aversión a las armas de juguete.
Al igual que el resto de fobia existentes, una persona con hoplofobia experimentará una serie de emociones y manifestaciones físicas relacionadas con un estado de ansiedad muy elevado.
Historia del término hoplofobia
En el año 1962 el Coronel Jeff Cooper, instructor y especialista en armas de fuego, creó este término para hacer referencia a un fenómenos que había presenciado de manera recurrente. Este fenómeno consistía en una especie de alteración mental que se distinguía por la aversión o terror irracional a las armas.
Otra de las características que distinguía Cooper era que las personas que padecen hoplofobia poseen una serie de pensamientos recurrentes acerca de que las armas pueden llegar a tener voluntad propia.
Actualmente, la hoplofobia se estudia desde una perspectiva psicológica, la cual intenta comprender los dispositivos internos que intervienen en el desarrollo de un miedo fóbico. A pesar de que no exista un gran volumen de investigación acerca de la hoplofobia, esta se ajusta perfectamente a los requisitos que ha de cumplir un temor fóbico. Este ha de ser:
- Desmesurado
- Irracional
- Estar fuera del dominio o control de la persona
- Perseverante
Como consecuencia de todas estas características, es habitual que la persona que padece hoplofobia evite por todos los medios el contacto con cualquier tipo de arma de fuego. Así mismo llevará a cabo toda clase de conductas de escape siempre que descubra la presencia de un arma de fuego.
Síntomas
Puesto que la hoplofobia encaja dentro de la clasificación de fobias específicas sus síntomas son similares a los de cualquier otro trastorno de ansiedad de este tipo.
Estas manifestaciones de carácter ansioso aparecen cada vez que la persona se halla frente un arma de fuego, incluso cuando esta no está claramente a la vista. Es decir, una persona con hoplofobia puede comenzar a experimentar los síntomas solamente al ver a un agente de policía con un arma colgada en el cinturón.
Al igual que el resto de fobias, esta sintomatología puede dividirse en síntomas físicos, cognitivos y conductuales.
1. Síntomas físicos
Las sensaciones de temor ante la presencia o avistamiento de un arma de fuego generan una hiperactividad del sistema nervioso autónomo del cerebro. Esta intensificación del funcionamiento del sistema nervioso genera todo tipo de cambios y transformaciones en el organismo.
Durante el episodio de ansiedad la persona puede experimentan una gran cantidad de síntomas físicos. Estos incluyen:
- Aumento de la tasa cardíaca
- Taquicardias
- Aumento del ritmo de la respiración
- Sensación de ahogo
- Aumento de la tensión muscular
- Cefalea
- Dolor de estómago
- Hiperidrosis
- Vértigos
- Náuseas y vómitos
- Sequedad bucal
2. Síntomas cognitivos
La hoplofobia lleva asociada una serie de creencias y especulaciones en relación con el miedo a las armas de fuego.
Estos pensamientos distorsionados impulsan el desarrollo de esta fobia y se distinguen porque la persona integra una serie de creencias ilógicas acerca de las armas de fuego y sus atributos o cualidades.
3. Síntomas conductuales
Como era de esperar dada la naturaleza de este temor, la hoplofobia lleva consigo una serie de síntomas conductuales. Esta sintomatología conductual se manifiesta a través de conductas de evitación y escape.
Las conductas de evitación hacen referencias a todos aquellos actos o comportamientos que la persona lleve a cabo con la intención de evitar encontrarse con el estímulo fóbico. De esta manera consiguen esquivar la angustia y la ansiedad que le genera la situación.
En cuanto a los comportamientos o actos de escape, si la persona no puede evitar encontrarse con el objeto de su fobia, en este caso las armas, realizará todo lo necesario para escapar de la situación en la que se vea envuelta.
Causas
Como se menciona anteriormente, no existe un gran volumen de estudio de hoplofobia, por lo que sus causas todavía se están del todo establecidas. No obstante, se especula que su etiología tendría la misma bases que el resto de fobias específicas.
Teniendo en cuenta las teorías acerca del desarrollo de las fobias, aquellas personas con experiencias traumáticas en relación con las armas o en cuya educación se proclamaba un intenso rechazo a estas serían mucho más susceptibles de desarrollar este tipo de fobia.
Tratamiento
En la mayoría de los casos la hoplofobia no llega a resultar altamente incapacitante puesto que el número de situaciones en los que una persona tiene que presenciar o hacer frente a un arma no suele ser elevado.
Por lo tanto, dado que la hoplofobia no suele interferir en el día a día de la persona, son muy pocos los que recurren a ayuda profesional para tratar este trastorno de ansiedad.
No obstante existen una serie de situaciones o contextos concretos en los que es sí es posible que esta fobia llegue a obstruir la rutina diaria de la persona. Estas excepciones incluyen a personas que viven en países en los que la posesión de armas es legal, o bien personas que trabajan en contextos en los que es uso de estas sea habitual; como por ejemplo en fuerzas de seguridad o cuerpos de policía.
En estos casos, las intervenciones mediante una psicoterapia que incluya un tratamiento cognitivo-conductual resultan de gran eficacia. Este tratamiento puede conseguir que la persona supere su temor fóbico mediante la exposición gradual al estímulo acompañada de un entrenamiento en técnicas de relajación.
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