El universo está provisto de infinitas posibilidades, millones de puertas con miles de oportunidades para crear diferentes realidades. Una vez que entiendes cómo funcionan las leyes universales y las integres correctamente, podrás ser capaz de utilizar estas leyes y beneficiarte de ellas.
En este artículo me voy a centrar en la ley universal del mentalismo extrapolada a la realidad en la que vivimos.
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La mente es flexible (para bien y para mal)
La mente es una herramienta maravillosa que puedes utilizar a tu favor. Solo hace falta que entiendas cómo funciona su naturaleza, y así podrás empoderarte y conseguir lo que desees.
Vivimos dormidos, vivimos controlados por pensamientos y creencias que se nos han impuesto sin que nosotros las hayamos elegido. Vivimos condicionados por una sociedad que no nos permite ser nosotros mismos y, por miedo a sufrir, vamos andando por la vida con una coraza que nos protege de lo externo.
Vivimos continuamente en nuestra mente, adictos a nuestros pensamientos negativos, nos los creemos e identificamos totalmente con ellos y consecuentemente los materializamos una y otra vez sin ni siquiera ser conscientes de ello.
Pero… ¿Y si te digo que es posible darle la vuelta a la tortilla y cambiar la perspectiva?
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Otra manera de interpretar lo que os ocurre
Para entender bien cómo se cambia de perspectiva me gustaría desarrollar primero el concepto de pensamiento. Los pensamientos provienen de creencias, y estas creencias se forman dependiendo de cómo nos hayamos criado, de experiencias pasadas que hayamos tenido, y por la influencia de la sociedad en la que vivimos.
La mayoría de las creencias las consideramos como ciertas sin ni siquiera habernos cuestionado si son realmente nuestras o provienen del exterior. Pero si te fijas y te observas un poco, te darás cuenta de que la mayoría de las creencias que tienes son creencias limitantes y que te quitan el poder que ciertamente está en ti (aunque tu todavía no lo creas).
De hecho, te voy a poner un ejemplo para que entiendas mejor a que me refiero.
Imagínate un pensamiento que frecuentemente se presenta en tu cabeza; ese pensamiento puede estar relacionado con el dinero o con otra cosa, pero en este ejemplo en específico voy a desarrollar el tema del dinero. Imagina que todos los días estás preocupada/o porque no tienes suficiente dinero para pagar las facturas, y ese pensamiento se repite una y otra vez en tu cabeza.
Ese pensamiento, como he explicado antes, viene de una creencia limitante. En este caso puede ser la creencia limitante de que no hay suficiente dinero en el mundo para todos, esto podría venir del hecho de que tus padres te dijesen que el dinero es limitado o quizás de que tus abuelos pasaron por penurias, y este sentimiento pasó de generación en generación.
En consecuencia, al tener esta creencia, tienes miedo a quedarte sin dinero por ese sentimiento de escasez que se genera al no poder pagar tus facturas a tiempo. El pensamiento se repite a diario y se crea un patrón al cual tu mente se vuelve adicta, y como ese pensamiento se repite continuamente, esto hace que tu realidad se materialice de esta manera. Pero realmente esa creencia no te pertenece, sino que viene de tus padres, abuelos o incluso bisabuelos.
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Comprendiendo las ideas limitantes
Una vez entendida esta parte, podemos entrar en la deconstrucción de la creencia limitante. En este caso en específico, se podría reflexionar en cómo ha sido tu infancia, qué frases te decían tus padres con respecto al dinero e incluso tus abuelos. Luego te puedes cuestionar si esto es realmente así, informándote de cómo realmente funciona el dinero, identificando los pensamientos que tienes con respecto al dinero y cómo te hacen sentir estos pensamientos.
Puedes hacer una lista de las creencias que tienes con respecto al dinero, puedes empezar a auto-observarte cuando vas a pagar una factura, cuando vas a pagar una compra del supermercado o cuando te organizas el dinero que tienes para el mes. Y cuando te vengan esos pensamientos de preocupación puedes decidir no creértelos, entendiendo que no son tuyos y que tú ahora decides tener otros pensamientos con respecto al dinero.
Por ejemplo, puedes decidir pensar que sí que hay suficiente para todos, puedes decidir pensar que puedes empezar a comprar conscientemente y sentirte bien por comprarte algo que te hace ilusión o pagar una factura que te permite vivir en tu casa, disfrutar de cocinar, ducharte o leer por la noche cuando no hay luz del sol…
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En conclusión...
Me podría extender muchísimo más en este artículo, puesto que es un tema que da mucho para hablar y me parece super interesante para desarrollar. Pero lo que realmente me gustaría, es que te quedases con la esencia de lo quiero transmitirte hoy, y es que tu y solo tu tienes el infinito poder de crear tu realidad a tu gusto y que puedes hoy decidir si ciertas creencias las quieres más en tu vida o no.
Somos creadores de realidad, solo hace falta que te alinees con lo que realmente eres en esencia y tu vida se materializará tal y como deseas.
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