Imagina tener la respuesta para todas las dudas que te surgen, y así poder elegir siempre el camino que te lleva a vivir tu mejor vida. Pues eso es justo lo que vamos a ver precisamente ahora.
Esa herramienta existe, aunque requiere práctica para dominarla. Yo la llamo la "brújula interior", y aunque suene muy típico cuando comiences a usarla de forma consciente, la sensación que te producirá es muy parecida a llevar un sistema de navegación que siempre te indica el camino correcto…
Día a día decidimos pequeñas cosas de forma automática, sin la certeza en muchos casos, de si la decisión que estamos tomando es la más apropiada o no.
Así pues, cuando nos enfrentamos a elecciones que consideramos importantes para nuestra vida, en esos momentos se suelen experimentar dudas, incertidumbre, inseguridad, miedo… ¿Cuál es la razón de esto?
En la mayoría de casos las decisiones las pensamos; esto es obvio, ¿verdad? ¿Qué problema hay tras esto? Pues que la mente es totalmente variable, en un momento te dice blanco, y tan solo unos minutos después te puede decir negro, al momento gris, y de nuevo puede volver al blanco y seguir en bucle constante… Esto te habrá pasado más de una vez, ¿verdad? Y más de dos también…
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La mente está totalmente condicionada
Esta es muy voluble y, por tanto, susceptible al incesante vaivén del cambio. Pero si lo que quieres decidir tiene una gran implicación a medio o largo plazo, obviamente necesitas confianza, y cierta certeza de que lo que estás eligiendo en ese momento sea lo más útil para ti.
Para eso es fundamental que, utilizando la metáfora del mar, vayas más allá de las aguas superficiales para tomar cada decisión conectándote con la profundidad, con tu verdadero ser, con quien verdaderamente eres más allá de las apariencias. Así las decisiones que tomes vendrán verdaderamente de ti, no de tus condicionamientos (las ideas que te han vendido tu familia, tu cultura…).
Esto se hace vital en las bifurcaciones en tu camino en las cuales la decisión que tomes puede condicionar tus próximos años o quizás toda tu vida. Una gran noticia es que en un plano superficial jamás vas a tener seguridad de que lo que elijas será lo más útil en relación a lo que deseas conseguir. Pero en un plano más profundo, todo lo que eliges es siempre lo mejor, y justo lo que tenías que decidir, sin posibilidad de error. No te puedes equivocar. No existe tal cosa…
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Diferentes niveles de profundidad
Para ver esta área de trabajo es fundamental utilizar la metáfora de las olas del mar. Para hacerlo, como decíamos antes, tenemos que conectarnos con las aguas profundas de quien verdaderamente somos. Y para que entiendas mejor de qué estamos hablando, imagina que las personas somos como el planeta Tierra, que tiene distintas capas o estratos.
Pues bien; en la capa superficial más externa está el cuerpo. Un poquito más adentro, la siguiente capa está formada por los pensamientos, un poquito más profundo están las emociones, más adentro encontramos los sentimientos, y un poco más en el interior está el “corazón”, que es lo está más cercano tu verdadero ser…
En el exterior hay agitación y allí se ubican los movimientos superficiales y confusos de la mente. Por tanto, lo único que hay que hacer es preguntarle a tu corazón lo que quieres saber y la respuesta que te dé, sin duda, será la respuesta más verdadera y conectada contigo.
Veamos cómo funciona esto.
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Entrenamiento
Primero define de forma sencilla y concisa la pregunta que le quieres hacer. La pregunta debe ser cerrada, es decir, su única respuesta debe ser sí o no. Formula en silencio, mentalmente, o a viva voz, la pregunta en cuestión.
En ese momento, permanece atento y recibirás la respuesta en el mismo instante, tal cual. Es importante que entiendas que una vez que tu corazón descubra verdaderamente lo que deseas, o la respuesta más cercana a lo que tú verdaderamente quieres, la mente, justo después empezará a cuestionar y rebatir eso que tu corazón te ha dicho. Así funciona esto. Lo importante es que sepas que así va a suceder y que entiendas que lo que posteriormente tu mente te dice, sea lo que sea, viene de un plano mucho más superficial y distante. Debes entender que no puedes fiarte de tu mente, ya que las opiniones que te da tienen mucho menos que ver con quién verdaderamente eres tú, que las que te da el corazón.
Otra forma de saber lo que verdaderamente quieres y de que respondas desde él cuando te hacen una pregunta rápidamente y respondes sin pensar. Es muy importante que tengas en cuenta que, como cualquier habilidad, esta requiere que la practiques durante mucho tiempo, antes de dominarla y que así calibres como funciona esta sofisticada máquina.
Para eso te recomiendo que:
- Comiences a practicar todos los días con cosas que realmente no tengan una gran importancia y observes cómo funciona, cómo te sientes, cómo la mente aparece tras la primera respuesta, la que procede del corazón…
- Valores si realmente la respuesta que te da tu brújula es una respuesta que te satisface mucho más que las otras posibles opciones. Si es coherente o no…
Ángel Mena Rodríguez
Ángel Mena Rodríguez
Terapeuta especializado en ANSIEDAD. (Garantía de satisfacción, Previo estudio inicial). Programación neurolingüística, Mindfulness, Neurociencias, Logoterapia...Formador, Coach de alto rendimiento y Autor de 7 libros.
A medida que lo vayas probando, irás generando más confianza acerca del proceso, de forma que cuando se presente una decisión importante para ti —cómo si te mudas a vivir con tu pareja, si estudias una oposición o si emprendes un negocio, etcétera— ya no tendrás dudas acerca de la respuesta. Una vez que domines el sencillo, pero extremadamente útil arte de preguntarle a tu corazón y de guiarte según lo que él te dice, estarás mucho más cerca de vivir una vida más auténtica.