Los gerentes o superiores de una empresa son figuras clave para el buen funcionamiento de la compañía, pues sus acciones tienen un papel determinante en los resultados.
Además, como muchas inversiones indican, sus comportamiento afecta al resto de la plantilla y la salud laboral de ésta, lo que tiene un fuerte impacto en su desempeño, su productividad y, por tanto, los resultados de la empresa.
La diferencia entre ser jefe o líder
Ser un gerente exitoso no se trata de ser jefe sino de ser líder. Un jefe tiene autoridad sobre su equipo, pero eso no quiere decir que sepa gestionarlo. Para ser un buen gerente hace falta ser un buen líder, y eso se consigue dominando una serie de habilidades gerenciales o directivas, que no todos los gerentes poseen.
Las acciones de un gerente, como ya he dicho, afectan a la productividad de la organización y a la productividad de los empleados. También a su salud en el trabajo, pues si la relación supervisor-empleado es tóxica, puede provocar en estos últimos fenómenos tan perjudiciales como el estrés, el burnout e incluso el boreout. Los buenos líderes confían en sí mismos, convencen y no imponen, guían y escuchan la opinión de sus empleados y saben que éstos son el verdadero capital de la empresa.
- Si quieres saber más sobre esta diferencia, puedes consultar nuestro artículo: “Las 10 diferencias entre un jefe y un líder”
Las habilidades gerenciales o directivas más importantes
Pero, ¿cuáles son las habilidades directivas más importantes? ¿Qué actitudes o habilidades deben poseer los buenos líderes?
En las siguientes líneas respondemos a estas preguntas.
1. Autoconocimiento
Una de las habilidades gerenciales necesarias es el autoconocimiento, es decir, el conocimiento de uno mismo, sus objetivos, su experiencia emocional y cómo se relaciona con los demás. El autoconocimiento es la base para poder regular las propias emociones y tener un trato exitoso con sus empleados y colaboradores comienza en uno mismo. No se puede ser un buen líder sin liderarse uno mismo, y para hacer eso, es necesario conocerse a fondo.
2. Gestión de los problemas
La diferencia entre jefe y líder tiene mucho que ver en cómo ambas figuras gestionan los conflictos. Los conflictos y los problemas pueden surgir en el día a día de la organización, pero cómo se afrontan tiene un gran impacto en cómo se solucionan. Mientras el jefe puede señar a quien a cometido el error, castigando, gritando y señalando al culpable. Un buen líder invierte su tiempo en intentar solucionar el problema y, si es necesario, ayudar a la persona que puede haberlo provocado.
La gestión de la solución de problemas, igual que las demás habilidades directivas, son entrenables. Por eso, es importante que los gerentes reciban formación en el conocimiento de procesos y estrategias para la optimización de las soluciones. Dentro de un equipo y de la empresa, los problemas irán surgiendo, de los líderes depende resolverlo de manera más apropiada y operativa.
3. Toma de decisiones
Los gerentes y directivos deben, como una de sus funciones, tomar decisiones empresariales (tanto económicas y estratégicas como de gestión de personal) para la buena marcha o comportamiento organizacional. Dominar esta habilidad es necesaria para su propio éxito y el de la empresa.
- Artículo relacionado: “Los 8 tipos de decisiones”
4. Autoconfianza
La autoconfianza es clave en cualquier relación interpersonal, y especialmente cuando hay que dirigir grupos de personas. No solamente es importante el autoconocimiento y saber cuáles son nuestros puntos fuertes y débiles, sino que la confianza en nosotros mismos y en nuestras posibilidades es fundamental para afrontar con éxito nuestros objetivos en la empresa.
Mientras un jefe puede ver con temor, desconfianza e incluso una actitud amenazante los problemas que van sucediendo, una persona que confía en sí misma tiene la capacidad de gestionar mejor el entorno amenazante que puede rodearle.
5. Resiliencia
La resiliencia es la capacidad para afrontar los cambios, es decir, la habilidad de adaptación a éstos y de cómo lograr volver a la normalidad tras este proceso. Las personas resilientes crecen durante el cambio y lo aprovechan para desarrollar y mejorar aspectos de sí mismos. En otras palabras, sacan lo mejor de cada situación a la que se enfrentan.
6. Asertividad
La asertividad es un estilo de comunicación que todo líder debe poseer, pues es la habilidad de expresar la opinión de uno mismo de forma correcta, defendiendo el punto de vista propio mientras se respeta la opinión de los demás.
- Para saber más sobre la asertividad: “Personas asertivas: 10 características que tienen en común”
7. Regulación emocional
Los buenos gerentes saben controlar sus emociones, pues son conscientes de lo determinante que es esto a la hora de relacionarse con los demás. Los líderes que dominan esta habilidad y comprenden y manejan adecuadamente sus sentimientos y los de otras personas. Esto les permite adecuar su comportamiento, su tono y el mensaje en función de las circunstancias.
8. Capacidad de delegar
Una de las habilidades más importantes que debe poseer un gerente es la capacidad de delegar a otros su trabajo. Muchos jefes quieren tener todo tan controlado que son incapaces de delegar funciones menos importantes y que les quitan un tiempo valioso. Es importante saber las prioridades de las tareas para poder ceder en algunas de ellas. El líder debe rodearse de gente competente que le ayude a mejorar la calidad de su trabajo.
9. Habilidades sociales y comunicativas
Las habilidades sociales y comunicativas son imprescindibles para ejercer una como gerente, pues, en el terreno profesional, pueden determinar que la empresa crezca o no. Saber relacionarse con los demás, con escucha activa, con apertura de mente, con validación emocional, etc., y saber decir bien lo que necesitamos transmitir al resto del equipo es fundamental para la buena marcha de la compañía..
- Artículo relacionado: “Las 14 habilidades sociales principales para tener éxito en la vida”
10. Visión y pensamiento estratégico
Los gerentes son estrategas y deben tener clara la visión de la empresa: dónde está y hacia dónde se dirige. Él es el responsable de que ese camino sea exitoso y de él depende, en gran parte, que se consigan o no los objetivos marcados. Por tanto, las habilidades de autoconocimiento también son útiles si se aplican a la organización (para conocer el entorno y el momento en el que está la empresa), saber interpretar la información actual y tener la capacidad visionaria y anticipatoria es necesaria para desempeñar un buen trabajo como gerente.
11. Empatía
La empatía también es imprescindible para relacionarse con los demás y para ser un buen líder. Es una de las claves de la regulación emocional y una habilidad indispensable si queremos entender no solamente las necesidades de nuestros empleados, sino también de nuestros clientes.
12. Liderazgo
Las habilidades de liderazgo son un conjunto de capacidades que un líder debe poseer para influir en la mente de los miembros de su equipo, provocando que el grupo trabaje con motivación hacia los objetivos o metas. No todos los estilos de liderazgo son positivos en cualquier contexto, dependen del tipo de empresa, de las personalidades del grupo y de muchas otras variables.
- Si quieres saber más sobre los tipos de liderazgo, puedes leer nuestro post: “Tipos de Liderazgo: Las 5 clases de líder más habituales”