Los acúfenos forman parte de esas experiencias que, a pesar de que todos las hemos vivido en algún momento, lo más probable es que ni siquiera se nos haya ocurrido que hay una palabra para designarlas. En este caso estamos hablando de los pitidos que muchas veces persiguen a nuestros oídos allá donde vayamos y que no provienen del exterior, sino que tienen su origen en nuestra cabeza (algo de lo que a veces tardamos varios minutos en darnos cuenta).
Normalmente, los acúfenos aparecen durante un rato y luego se van, pero algunas personas tienen problemas para desprenderse de ellos. Eso sí, hay formas de tratamiento útiles para hacer que el acúfeno se desvanezca, y en esta entrevista hablaremos con una profesional experta en este tema: Eva María Beteta.
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Entrevista a Eva María Beteta: el tratamiento psicológico de los acúfenos
Eva María Beteta Marco es psicóloga con amplia experiencia en la atención de adultos y adolescentes, y uno de sus principales focos de trabajo en su consulta ubicada en Palma es el tratamiento de los acúfenos de raíz psicológica. En esta entrevista nos explica cómo aborda estos casos.
¿Qué son los acúfenos?
Los acúfenos son lo que comúnmente definimos como “pitidos en los oídos”. Cuando aparecen creemos que son ruidos de fuera, externos a nosotros. Algo habitual que se hace es, por ejemplo, comprobar si los electrodomésticos hacen ruido. Cuando los “pitidos” nos siguen allá donde vamos nos damos cuenta de que provienen de nuestro interior y, es entonces cuando acudimos al especialista médico, en este caso el Otorrinolaringólogo.
¿Cuáles son las causas más comunes de los acúfenos?
Los acúfenos pueden desarrollarse a partir de causas fisiológicas y/o psicológicas. En mi caso, me centro en aquellos que son provocados por causas psicológicas, como por ejemplo, los que aparecen después de una temporada de estrés elevado debido a casusas como problemas familiares, económicos o de cualquier otra índole. También son frecuentes en personas que cuentan con un tipo de personalidad ansiógena.
Más allá de lo médico, ¿cómo influye lo psicológico en los acúfenos?
La mayoría de las personas que sufren de acúfenos viven este problema con profundo malestar. Les afecta en todos los ámbitos de su vida ya que, en muchas ocasiones, no pueden siquiera obtener un descanso o un sueño reparador por el molesto pitido. Además, los acúfenos suelen generarles más ansiedad de la que ya sufren muchos de ellos.
Por otro lado, esta patología aumenta el nivel de estrés de las personas, que no saben cómo deshacerse de los pitidos y pasan a centrar su vida en si los escuchan o no, cuán fuertes y frecuentes son y buscar y probar múltiples posibles soluciones. En ocasiones es altamente incapacitante porque el acúfeno no nos deja escuchar bien, no nos permite descansar bien y afecta a nuestro humor y a nuestra vida social, laboral y familiar.
¿Es posible que las personas “atraigan hacia su mente” esos sonidos intrusivos sin darse cuenta? O incluso que a veces los sientan como reales a pesar de que sean imaginados.
Una frase que suelen decir los médicos en cuanto a este problema es que “no tiene acúfenos quien quiere, sino quien puede”. Debido a la gran cantidad de casos que responden a una personalidad ansiógena, no desarrollan acúfenos todas las personas que han sufrido una temporada de estrés máximo, sino que aquellas que presentan este tipo de personalidad están más expuestas a padecerlos en algún momento de su vida.
En realidad, el pitido no es inventado, es rea para el paciente, y el éstelo sufre como tal. El problema con el que nos encontramos es que el oído “tiene memoria”, es decir, reverbera este pitido debido a este efecto memorístico, de ahí que parezca que nos lo creamos, porque proviene de nuestro interior.
Como psicóloga, ¿cómo intervienes en problemas así?
En primer lugar, hay que descartar que se deba a problemas fisiológicos y, sólo cuando el Otorrinolaringólogo los excluye, es cuando da comienzo la labor psicológica. Es decir, mi labor comienza cuando queda asegurado que el acúfeno se basa exclusivamente en componentes psicoemocionales. En este paso, entrego al paciente una serie de cuestionarios que me ayudan a definir su personalidad y los acontecimientos estresantes a los que ha hecho frente y que han actuado como factores precipitantes para la aparición de los acúfenos.
A partir de los resultados obtenidos, y en colaboración con el Otorrinolaringólogo (que cuidará de la nutrición ortomolecular del oído y asesorará al paciente en cuanto a medicamentos o fármacos ototóxicos), utilizo técnicas de reducción de ansiedad y relajación, control de pensamientos intrusivos, terapia cognitivo-conductual, terapia de estimulación vagal y terapia láser focalizada en el oído. Todo ello conforma una acción conjunta que consigue romper ese “efecto memoria” que subyace al acúfeno y podemos lograr una mejoría y/o remisión del mismo.
¿Cómo se va produciendo el proceso de mejora? ¿Se tarda mucho?
El tratamiento altamente probado que se lleva a cabo se basa en diez sesiones que suelen tener una duración aproximada de una hora cada una. Generalmente, las personas comienzan a notar los efectos del tratamiento a partir de la cuarta sesión, aunque hay pacientes que han observado mejoría más rápidamente. El paciente debe ser constante y terminar el tratamiento.
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