Tasmania es una gran isla del Océano Pacífico que actualmente es parte de uno de los estados que componen Australia. Avistada por primera vez por un europeo en 1642, la isla recibió el nombre de Anthoonij van Diemenslandt (Isla de Anton van Diemen), en honor al gobernador de la entonces Compañía Holandesa de las Indias Orientales. El nombre sobreviviría con la llegada de los colonos blancos, que la denominarían Van Diemen’s Land.
La realidad era que, cuando aquellos colonos ingleses hollaron por primera vez la tierra de Tasmania y empezaron a construir sus aldeas, existía ya una población consolidada de aborígenes, cuya población se estima en unos 5.000. En la década de 1830, y tras la sangrienta masacre que llevaron a cabo estos colonos, en Tasmania quedó apenas un centenar. Un genocidio terrible que ha pasado a la historia como la Guerra Negra o el Genocidio de Tasmania.
Breve biografía de Tarenorerer, la mujer guerrillera de Tasmania
Es en este escalofriante contexto donde debemos inscribir la vida de Tarenorerer (h. 1800-1831), la mujer aborigen que lideró una guerrilla y puso en jaque durante años a las fuerzas invasoras. George A. Robinson (1791-1866), enviado a la isla para encontrar una conciliación con los nativos, dijo de ella que era “una auténtica amazona”. Y es que Tarenorerer mantuvo en vilo a los colonos blancos durante tres años, tiempo en que formó y lideró una guerrilla aborigen formada por hombres y mujeres, entre los que se contaban sus propios hermanos.
Secuestrada y vendida como esclava
Tarenorerer nació alrededor del año 1800 en Emu Bay, al norte de Tasmania, en la tribu de los Tommeginne. Poco se sabe de ella en sus primeros años. Sí se sabe que, cuando apenas era una adolescente, fue arrancada de su pueblo y vendida como esclava a los colonos, a los que sirvió hasta 1828, año en que pudo escapar y regresar con los suyos.
En aquellos años, los aborígenes solían secuestrar a mujeres y niños de otras tribus para ofrecerlos posteriormente a los ingleses a cambio de dinero. Estos desdichados pasaban a ser esclavos de los colonos y ejercían las actividades más desagradables, entre las que se contaban los servicios sexuales. No pocas mujeres aborígenes fueron violadas y torturadas; algo que, probablemente, Tarenorerer vivió en sus propias carnes.
Todo ello sembró en el espíritu indómito de esta mujer un odio latente hacia los luta tawin (hombres blancos), que ya nunca se desvanecería. Durante sus años de cautiverio, Tarenorerer juró vengarse algún día de aquellos que maltrataban a su pueblo; para ello, mientras sirvió a los blancos, la joven aprendió el inglés de forma fluida y, lo que es más importante, a usar armas de fuego, un manejo que le sería imprescindible para su posterior actividad guerrillera.
La amazona de Tasmania
En 1828, coincidiendo con la aprobación de la ley marcial (que hacía la “vista gorda” ante numerosos casos de asesinato de nativos) Tarenorerer consigue escaparse y regresar junto a su pueblo. Es entonces cuando, decidida a liberar a la isla de los invasores, reúne a un grupo considerable de mujeres y hombres y les enseña a manejar las armas. Pronto, la furia de la guerrilla cae sobre los luta tawin; los hombres y las mujeres de Tarenorerer se convierten en la pesadilla de los ingleses. La guerrera es considerada uno de los mayores peligros de la isla de Tasmania.
Las correrías de Tarenorerer y los suyos someten a los colonos a una época de terror e incertidumbre. Perfectamente instruida en el arte de la guerra, la joven guerrillera ha ordenado a sus seguidores disparar a los blancos en el preciso momento en que se encuentran cargando sus armas; es decir, cuando están más indefensos.
No contenta con matarlos, Tarenorerer y los suyos aniquilan a su ganado y los dejan hambrientos. En vano, las autoridades intentan cazarla. Es imposible. Tarenorerer es rápida como un rayo, y sus guerrilleros, entre los que se cuentan sus hermanos y hermanas, están bien entrenados para el ataque y la huida. Parecía que nada podía parar a la amazona de Tasmania.
El vicegobernador George Arthur (1784-1854) la persiguió sin tregua durante años. Estaba decidido a imponer la paz en Tasmania (además de evangelizar a su población) y, para ello, necesitaba negociar con la guerrillera. Finalmente, Tarenorerer fue capturada y llevada, junto a sus hermanos (y de nuevo como esclava), a Bird Island, donde su principal trabajo consistió en cazar pájaros y focas para los blancos. Parece que la Amazona de Tasmania había sido derrotada… ¿o quizá no?
El último resurgir
Pues no. Todavía le quedaban a Tarenorerer fuerzas para seguir plantando cara a los invasores. A finales de 1830, Tarenorerer planea acabar con uno de sus captores y huir de nuevo. Más que probablemente, su intención era reunirse con su guerrilla.
Sin embargo, los hombres de Arthur, siempre tras su pista, dan finalmente con ella y la envían a Swan Island, donde es reconocida como la amazona de Tasmania. Arthur sabe que, si desea la paz en la isla, debe acabar con Tarenorerer o negociar con ella. Pero, ¿es posible llegar a un acuerdo con la intrépida guerrillera…?
A principios de 1831, Tarenorerer es encerrada en una prisión de Gun Carriage Island. La joven falleció poco después, víctima de una fuerte gripe de la que se contagió en la cárcel. Tenía unos treinta años y llevaba tres hostigando a los hombres blancos.
Un símbolo aborigen
La figura de Tarenorerer es un símbolo aborigen, pues encarna la lucha de los nativos contra la explotación blanca. Nacida en una época de convulsiones y de terror, Tarenorerer fue testigo de los abusos hacia la población aborigen y, horrorizada, intentó acabar con ello. Su respuesta fue igual de violenta que la de sus odiados enemigos; según algunos historiadores, la guerrilla de Tarenorerer no solo asesinó a colonos, sino también a otros aborígenes que, o bien estaban a favor del invasor, o simplemente pasaban por allí.
Es innegable que los colonos europeos practicaron enormes abusos sobre la población aborigen, a pesar de que los historiadores no se ponen de acuerdo sobre su magnitud. Por otro lado, las enfermedades venidas de Europa causaron estragos entre la población autóctona, como ya hemos visto con la muerte de Tarenorerer, que falleció víctima de la gripe.
Según la tradición, la última mujer aborigen de Tasmania, Trugernanner, falleció en 1876, y con ella desapareció el linaje nativo de la isla. Sin embargo, todo parece apuntar a que dicha afirmación no fue más que una treta del gobierno para dar por terminado el “problema aborigen”, y que, tras ella, sobrevivieron algunos palawa o tasmanos más. Sea como fuere, el genocidio es innegable, y solo en este contexto podemos entender la importancia de la figura de Tarenorerer, la amazona de Tasmania.