Los seres humanos nos encontramos a lo largo de nuestra vida con situaciones y sensaciones difíciles de gestionar: problemas de confianza, autoestima, ansiedad y angustia, inseguridad, dificultades con tus relaciones, rupturas de pareja, etc.
A veces estos problemas generan crisis existenciales y en otras son como un problema latente, que se mantiene contigo con el tiempo. En muchas ocasiones las personas prueban mil y un remedios para tratar de superar lo que les ocurre: cursos, terapias, libros de autoayuda... ¿Pero qué es lo que realmente funciona? ¿Cómo debe ser un proceso de cambio para que realmente funcione?
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Estrategias para potenciar el desarrollo personal
La necesidad de vivir un proceso de cambio donde aprendas sobre ti y superes lo que te ocurre es una experiencia habitual en los seres humanos. En algún momento de nuestra vida tomamos la decisión de superar esa dificultad para siempre. La primera clave para conseguirlo consiste en entender que la única solución debe provenir de tu propio cambio personal, ya que no podemos controlar a las personas o al mundo.
Llega entonces la gran pregunta: con todas las perspectivas que existen... ¿Con qué debe contar un proceso de cambio para que funcione al 100%? ¿Qué es lo más beneficioso para mí? ¿Qué puede ser más práctico o profundo?
Es habitual que nos hagamos estas preguntas, sobre todo en este mundo globalizado y digitalizado tan repleto de sobre información, donde cada minuto somos bombardeados desde las redes sociales con mil y una nuevas teorías, perspectivas o palabras de moda (como "personas tóxicas", "narcisistas", "si te ocurre esto es por esta relación del pasado", etc.). Este conjunto de teorías o palabras no dejan de ser estrategias para captar tu atención que en realidad no te ayudan.
Desde hace 11 años mi trabajo como psicólogo y coach ha sido acompañar a personas en sus procesos de cambio personal. En todo ese proceso he podido comprobar qué funciona, qué no, incluso qué hábitos por parte del acompañamiento psicológico son mejorables (de ahí que hayan surgido otras herramientas más prácticas, como el coaching).
El descubrimiento más importante es que un proceso de cambio puede y debe ser práctico y a la vez profundo, sin que ambos logros sean incompatibles. Se trata de vivir un proceso profundo donde descubras más de ti de lo que crees, y a su vez práctico, porque de nada sirve conocerte si ese aprendizaje no se traduce en tu vida y consigues sentirte mejor desde el principio.
El objetivo de este artículo es que conozcas al 100% cuáles son las 9 claves o factores con los que debe contar tu proceso de cambio personal para que funcione al 100%. Te lo contaré desde mi experiencia y según los resultados que consiguen las personas que viven esos procesos.
Vamos primero con lo que no funciona, y que hoy día es tan habitual...
Lo que no funciona
Aunque la psicología ha existido desde siempre (psicología es el estudio de nuestro comportamiento y procesos interiores y cómo conseguir cambios estables que mejoren nuestra vida y sensaciones), como disciplina es relativamente reciente. La psicología es ética, segura y confiable. Sin embargo, muchas personas han recurrido a perspectivas más modernas para tratar de solucionar sus dificultades por la necesidad de herramientas más prácticas y rápidas.
Mucho cuidado con esto: la gran mayoría de esas perspectivas carecen de todo fundamento científico y pueden confundirte. En mi caso, he acompañado a personas que necesitaban un proceso más práctico tras llevar demasiado tiempo con otros profesionales. También he acompañado a personas muy confundidas tras participar en cursos y talleres de personas sin formación o que estaban sobresaturadas de libros de autoayuda.
Existen cinco errores fundamentales en todo proceso de cambio que no termine por funcionar a largo plazo.
Primer error: compañía eventual
En psicología (así como también en todo tipo de proceso que imite a la psicología o se inspire en ella) lo habitual es basar un proceso en sesiones. Las sesiones son una herramienta poderosa para conocerte, ampliar tu punto de vista, encontrar el problema de raíz y enfocarte en soluciones.
Sin embargo... ¿Cuándo ocurren o sientes tus dificultades habituales? No ocurre en una sesión, sino en tu vida diaria. Cuando llega el momento de la sesión, muchos de esos aprendizajes y sensaciones se han ido. De ahí, que acompañar sólo con sesiones (esta fue también mi forma de acompañar como psicólogo y coach durante muchos años) termine por ser una compañía eventual que puede no ser suficiente.
La psicología también es una disciplina que genera independencia en las personas, y se suele pensar que acompañar de forma más constante genera dependencia. Esto es un mito a superar. La dependencia llega cuando toda solución y acción procede de la interacción con el psicólogo. Sin embargo, una compañía más constante no genera esto.
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Segundo error: abusar de teorías previas
Para que un proceso de cambio funcione, tú debes ser la persona protagonista, y para ello, es importante trabajar en tu mundo subjetivo. ¿Qué es lo que sientes? ¿Cómo lo interpretas? ¿Cuáles son tus valores o cuáles crees que son tus necesidades? Si se trabaja desde teorías previas sin contrastar (por ejemplo, que lo que te ocurre es por un "trauma del pasado" o está relacionado con un vínculo anterior, etc.) finalmente se crea en ti una perspectiva ficticia que no te ayuda a conocerte.
Es importante e imprescindible trabajar desde tu subjetividad como un caso único, y el profesional debe ser un espejo limpio para ti, no una persona que te cargue de teorías (esta es la famosa "transferencia", un error siempre a evitar en psicología, y que por desgracia no se evita en prácticas modernas sin fundamento científico ni base académica).
Tercer error: un proceso abstracto o poco concreto y estructurado
Cuando un proceso no tiene objetivos concretos y solo se trata de asistir a sesiones eventuales, el proceso carece de estructura y se eterniza. En mi caso, he acompañado a personas que estaban cansadas de asistir a sesiones terapéuticas durante años, y en pocas semanas ha sentido cambios realmente significativos.
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Cuarto error: basarte en el pasado
En psicología experimental sabemos que nuestra memoria no es un baúl de recuerdos concretos y objetivos, sino una reconstrucción presente según tu estado de ánimo. Basarte en el pasado, tratar de profundizar en él, entonces, solo es un humo que confunde más a las personas. En un proceso podemos trabajar con dificultades del pasado, pero siempre desde una solución práctica en el momento presente.
Quinto error: aplicar lo que desconoces
Hoy día el intrusismo que vivimos en el campo del autoconocimiento, bienestar y desarrollo personal es tan inmenso, que encontrarás mil y una charlas, talleres y cursos sobre emociones, autoestima, sistema de creencias, conceptos y áreas de tu personalidad que forman parte del estudio de la psicología, y que se trabajan sin conocimiento por parte de otras personas, de forma confusa, superficial y equívoca.
Hoy día la gran mayoría de vertientes comete alguno de estos errores. Vamos a ver ahora cuáles son las 9 claves esenciales para que tu proceso de cambio funcione y te ayude a tener resultados estables.
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9 claves esenciales
Estas 9 claves han existido desde siempre y probablemente han sido aplicadas por múltiples culturas. De hecho, el mismo método socrático las incluye de forma natural. Sin embargo, quizá por nuestra vida tan frenética y con tanta sobreinformación las hemos olvidado. Estas son las 9 claves imprescindibles con las que debe contar un proceso de cambio para que te funcione al 100% y ese cambio forme parte de ti de forma estable.
1. Centrado en ti
Un proceso de cambio debe estar centrado en ti, en lo que te ocurre, en cómo interpretas las situaciones, en cómo te relacionas y gestionas lo que sientes desde tu propia subjetividad, no según las ideas del profesional o terapeuta. Desde ti, podremos encontrar los cambios necesarios para mejorar tu situación y estado de ánimo.
2. Un proceso práctico
Para que funcione, un proceso de cambio debe ser siempre práctico. Si no aplicamos acciones diferentes en tu día a día, nada cambiará y todo se quedará en el ámbito del deseo y la ilusión. Cuando un proceso o terapia está sólo basada en conversaciones sin que apliquemos cambios concretos, podrá llevarte a reflexiones, pero no a cambios.
3. También profundo
A veces pensamos que lo práctico y lo profundo es incompatible. Todo lo contrario. Un proceso debe ser práctico y profundo. Que sea profundo implica que descubres más de ti de lo que ahora crees, que lo interiorizas y te sirve para siempre.
4. Compañía constante
Una compañía constante no quiere decir que el profesional te lleve de la mano, sino que su disponibilidad te ayuda en momentos de dificultad. Esto hoy día es posible gracias a la tecnología. En mi caso, acompaño a las personas de forma constante para cualquier necesidad que tengan. Esto es especialmente útil cuando existen dificultades con la ansiedad, pensamientos intrusivos, o si la persona vive situaciones difíciles que tiene que afrontar y necesita ese apoyo extra para ver posibilidades y soluciones.
5. Flexibilidad
Hoy día vivimos de forma ajetreada, de ahí que limitar un proceso a agendar sesiones pueda ser un factor en contra. Cuando el proceso es más flexible, ahorramos tiempo y puedes vivir tu proceso en función de tu día a día, según tus posibilidades.
6. Contar siempre con un plan de acción
Un plan de acción es un compromiso contigo para aplicar las acciones concretas y diferentes que necesitas para cambiar tu realidad. Este plan de acción es imprescindible, ya que sin él el proceso termina por ser más ambiguo. En mi caso, tratamos de hacer ese plan de acción siempre en una sesión, ya que es difícil y una plantilla o test no te servirá. Cada plan de acción es único, totalmente personal, y puede estar basado en detalles que sí puede ayudarte a descubrir un psicólogo.
7. Vivir el proceso desde tu gestión de emociones
Somos seres emocionales y nos influyen en cada decisión, interpretación, acción y relación. Por lo tanto, todo proceso que no cuide la gestión de emociones se quedará cojo. Desde tu mundo emocional podemos trabajar con todo lo demás. Te propongo un sencillo reto para que lo asimiles: intenta pensar en cualquier tipo de dificultad que tengas o hayas tenido en tu vida, o quizá otra persona, que esté totalmente desligada del estado emocional. ¡Es un reto imposible! La emoción está en ti en cada momento.
8. No descuidar ningún aspecto de ti
Aunque en un proceso de cambio tengas una necesidad específica, es importante que sea profundo y para ello no debemos descuidar ningún aspecto de ti: tu forma de construir tu autoestima, tu sistema de creencias, tu comunicación, tu estilo de relacionarte, tus valores, etc. Los seres humanos somos holísticos y necesitamos trabajar de forma integral.
9. Contar con compañía experta
Si tu proceso cuenta con estas 9 claves, conseguirás el cambio que necesitas con seguridad, aunque cada persona necesita un tiempo particular. Esta es la forma en la que acompaño en mis procesos como psicólogo y coach por un motivo principal: lo más importante son las personas y su necesidad por mejorar su vida, y para esto es imprescindible ofrecerles el mejor proceso.
Un cambio en tu vida, en relación a tus emociones, autoestima, confianza, productividad, calidad de vida, o relaciones personales o sentimentales puede ser difícil. De hecho, es natural que sea difícil. Sin embargo, esa dificultad es una barrera que rompemos cuando comencemos a vivir el proceso. Que ese cambio sea estable y que aprendas sobre ti es la clave más importante. Si quieres vivir ese proceso, recuerda que en Empoderamiento Humano puedes agendar una primera sesión exploratoria conmigo para dar ese primer paso. En esta sesión podremos descubrir qué ocurre, cómo resolverlo y cómo puedo acompañarte. Es una sesión y proceso que puedes vivir desde casa y con libertad de horarios, con compañía constante, flexible, y según un proceso práctico y profundo.
Te envío muchos ánimos, ilusión y compromiso.
Gracias por pensar en ti, Rubén Camacho, Psicólogo y coach