Alimentarse es un proceso a través del cual los seres vivos incorporan a su organismo una serie de nutrientes, procedentes de productos ajenos al propio sujeto. Pero el proceso de alimentarse también genera residuos y restos de alimentos que no pueden ser digeridos, y que deben ser expulsados del cuerpo.
Estos residuos toman la forma de heces, que son eliminados mediante la defecación. Pero las heces que expulsamos no siempre son iguales, y en ocasiones nos puede preocupar la posible existencia de problemas ante posibles anomalías en nuestras deposiciones.
La presencia de diferentes tipos de heces pueden estar ofreciendo una gran cantidad de información respecto a nuestra digestión o a nuestro estado de salud. De hecho, incluso existen clasificaciones de heces que pretenden analizar indicios de posibles enfermedades o problemáticas. Un ejemplo es la Escala de Heces de Bristol, que clasifica nuestras deposiciones en un total de siete tipos de heces. Es de estos siete tipos de los que vamos a hablar en este artículo.
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Heces: definición básica
Si bien se trata de un término que todos entendemos ya que la defecación es algo que todos llevamos a cabo, puede ser de utilidad de cara a analizar los siete tipos de heces hacer un repaso del concepto heces.
Denominamos heces o excrementos, entre otras muchas denominaciones más coloquiales, al conjunto de material residual de tipo fecal que es expulsado por el ano de forma sólida o líquida. Se trata de los remanentes de los alimentos que consumimos, concretamente de aquellas partes que no pueden ser absorbidas por el sistema digestivo junto con restos de células de las paredes intestinales que se han descamado durante el proceso de la digestión.
Pero como hemos dicho anteriormente, las heces no son siempre iguales sino que pueden tener diferentes consistencias y formas. Ello no es meramente formal, sino que proporciona información respecto a cómo ha sido el proceso digestivo, y podría llegar incluso a ser indicio de la presencia de algún tipo de alteración o trastorno. Es por ello que se han generado algunas escalas para poder comparar y analizar el tipo de excremento producido.
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Los tipos de heces según la Escala de Heces de Bristol
Una de las principales escalas utilizadas de cara a valorar las heces es la Escala de Heces de Bristol, que dividen en siete los diferentes tipos de heces. Esta escala es de gran utilidad para los médicos, puesto que permite que los pacientes identifiquen el tipo de heces que suelen excretar y hacer que sea más fácil identificar posibles problemáticas. Los siete tipos de heces principales son los siguientes.
Tipo 1: heces caprinas
Se trata de heces en forma de fragmentos pequeños y duros en forma de nuez, de difícil excreción, que se asemejan a las heces de las cabras. Estos pequeños fragmentos apenas contienen agua. Este tipo de heces suele aparecer en personas con un fuerte estreñimiento, habiendo estado el alimento en el sistema digestivo durante largo tiempo. El sujeto suele tener falta de fibra en su alimentación.
También pueden aparecer ante obstrucciones del tubo digestivo o megacolon.
Tipo 2: salchicha terrosa, compuesta por estructuras en forma de bola
Este tipo de hez suele ser más sana que la anterior, si bien también suele ser típica de personas estreñidas (aunque de menor gravedad que la anterior). Las deposiciones tienen forma de una única salchicha alargada, pero en la cual pueden percibirse grandes bolas como en el caso anterior. Tienen una consistencia dura, también indicativa de falta de fibra en la alimentación. Pese a ser indicativa de cierto estreñimiento, no suele tener una implicación grave.
Tipo 3: salchicha agrietada
Si bien se asemeja a la tipo 2, en este caso nos encontramos con un tipo de deposición en el que observamos una única estructura, si bien es posible observar que la recorren diferentes grietas y pequeños abultamientos. En este caso estamos ante un excremento de consistencia blanda, y es una de las consideradas como heces indicativas de un proceso digestivo normativo.
Tipo 4: salchicha blanda
La considerada junto con el tipo 3 como hez ideal, este tipo de excremento se caracteriza por tener una forma única y lisa. Tendría forma de salchicha o morcilla sin grietas ni abultamientos, y una consistencia blanda. Indicaría una digestión normal.
Tipo 5: trozos de masa pastosa con bordes definidos
Estos tipos de heces nos estarían indicando un posible déficit de fibra y un tránsito relativamente rápido y sin dificultades. Se trata de trozos de masa fecal de bordes bien definidos, de consistencia pastosa.
Tipo 6: fragmentos pastosos de borde irregular
Este tipo de heces se caracteriza por ser casi líquido, apareciendo únicamente fragmentos de los cuales es difícil reconocer los bordes. Suele ser producido en momentos de diarrea ligera, generalmente apareciendo ante indigestiones o procesos víricos y pudiendo causar deshidratación.
Tipo 7: heces totalmente líquidas
Este último tipo de hez se corresponde con situaciones en que el alimento ha pasado de manera muy rápida por el sistema digestivo, apareciendo en situaciones de diarrea aguda de gran importancia. Las heces son totalmente líquidas, en forma de puré, no apareciendo ningún tipo de elemento sólido. Este tipo de heces se produce en momentos en que existe riesgo de deshidratación.
El color también es importante
Los anteriores tipos son especialmente importantes a la hora de identificar cómo son nuestras heces, pero existen otros factores como el color que también pueden ser indicativos de diferentes problemas. En este sentido hay que considerar lo que implican los siguientes colores.
1. Heces marrones
El marrón es el color habitual de las heces, siendo indicativo de normalidad. La coloración puede ser más clara o oscura dependiendo de la alimentación.
2. Heces verdes
Aunque pueda parecer llamativo, el color verde de las heces generalmente es derivado de una alimentación rica en verduras con clorofila o la toma de algunos fármacos. Son habituales en la primera semana de vida. También puede ser indicativo de intolerancias alimentarias, obstrucciones de la vesícula biliar o tránsitos intestinales rápidos.
3. Heces amarillas
Un color amarillo en las heces puede ser indicativo de problemas más serios. Se produce como efecto de un exceso de grasas en las heces. Es posible que nos esté comunicando problemas de hígado (incluyendo hepatitis), problemas de reflujo gástrico, cálculos biliares, algunas infecciones bacterianas o el celiaquismo.
4. Heces rojas
El color rojo en las heces puede provenir de alimentos como la remolacha o el tomate. Sin embargo, especialmente cuando aparecen manchas en las heces o en agua del inodoro, puede ser debido a la presencia de sangre en los excrementos. Ello puede provenir de lesiones en la parte inferior del sistema digestivo.
5. Heces negras o oscuras
La presencia de heces negras puede ser un indicativo de peligro. Generalmente se debe a la presencia de sangrado o hemorragia en la parte superior del tracto digestivo (que puede surgir incluso como consecuencia de cáncer o una úlcera), como el estómago, o bien por un exceso de hierro. También el consumo de grandes cantidades de algunos alimentos puede generarlas. Requiere de una consulta al médico.
6. Heces blancas
No es habitual, pero también puede suceder que las heces sean blancas o blanquecinas. Ello es anómalo y puede ser indicativo de obstrucciones, falta de bilis o problemas hepáticos o pancreáticos. También problemas ganglionares o determinados tumores pueden generarlos. Asimismo el consumo de algunos fármacos puede generar esta coloración. En caso de que nuestras heces sean blancas debemos acudir con premura al médico.
Referencias bibliográficas:
- Martínez, A.P. y de Azevedo, G.R. (2012). Traducción, adaptación cultural y validación de la “Bristol Stool Form Scale”. Rev. Latino-Am. Enfermagem, 20 (3).
- Ricard, F (2008). Tratado de Osteopatía visceral y medicina interna. Tomo II. Sistema Digestivo Escrito por François. Buenos Aires; Madrid: Editorial Médica Panamericana.