La automotivación es uno de los elementos clave que componen la inteligencia emocional. Las personas que han desarrollado esta habilidad alcanzan con mayor frecuencia sus objetivos, son más independientes y poseen una autoestima elevada, debido a que se ven capaces de superar inconvenientes, generar soluciones y perseverar.
¿Tenemos todas las personas la capacidad de automotivarnos sin incentivos u obligaciones externas que lo hagan por nosotros? ¿Por qué motivo algunas personas se sienten motivadas en su día a día y otras caen en la apatía abandonando sus objetivos al poco tiempo de proponerselos? El motivo por el que muchas veces nos cuesta alcanzar nuestras metas pasa por dar una respuesta a estas preguntas, y para ello es bueno entender lo que significa automotivarse.
El concepto de automotivación
La automotivación es la capacidad de extraer de uno mismo el empuje necesario para realizar las conductas adecuadas que le acerquen a sus metas propuestas. Es ser capaz de auto-proporcionarse el interés, las razones y el entusiasmo necesario para seguir con sus proyectos. Y sí, es algo que está al alcance de todos.
Ahora bien, ¿por qué fallamos siempre en la consecución de nuestras metas? Es sencillo. Por la falta de hábitos que nos acerquen a ellas.
El cerebro humano tiene un sistema economizador de energía que hace que por inercia tienda a realizar día tras día las conductas que lleva repitiendo durante años. Digamos que prefiere no pensar demasiado y recurrir a lo que ya conoce.
Es por ello que cuando intentamos acercarnos a un objetivo y meta propuesta solemos desistir al cabo de poco tiempo. La tendencia a la rutina de nuestro cerebro puede más que nuestra fuerza de voluntad. Acabamos frustrándonos al ver que por muchas ganas que le pongamos no conseguimos modificar nuestros comportamientos, y por ello nos desmotivamos.
Un plan de trabajo para alcanzar nuestras metas
Entonces… ¿Cómo añadimos un nuevo hábito a nuestras vidas sin abandonarlo a los pocos días? Lo primero que necesitamos es un plan de trabajo.
Contrariamente a lo que podemos pensar, no tan importante es marcarse un tiempo límite (en 30 días tengo que haber perdido 7 kilos) como diseñar un plan de acción que te permita cada día acercarte más a tus metas.
En plan de acción ha de ser lo más detallado posible. Si seguimos con el ejemplo de la pérdida de peso, lo ideal sería elegir cada noche lo que se va a comer al día siguiente con todo lujo de detalles, sin dar pie a la improvisación. No es recomendable que dicho plan sea demasiado restrictivo (lo cual podría suponer un sobreesfuerzo que nos llevaría a abandonarlo rápidamente), basta con que nos proporcione un marco estructurado con un par de elementos nuevos ligados a nuestras metas.
Si nuestro plan de trabajo está perfectamente detallado y encuadrado dentro de nuestro horario, será tan sencillo como seguirlo a raja tabla sin pararnos a dudar cual será el siguiente paso, porque es ahí donde nuestro cerebro economizador tirará de los recursos anteriormente utilizados.
Búscate una agenda o calendario y empieza hoy mismo a diseñar tu semana, y luego simplemente sigue las indicaciones que tú mismo has diseñado al igual que dejas que un GPS te acerque a tu destino.
Pautas prácticas para automotivarse
Una vez tengo diseñado el plan de acción, ¿cómo hago para manenerme automotivado para llevarlo a cabo?
1. Tómatelo en serio
Has decidido fijarte esa meta después de una reflexión consciente porque sabes que es lo mejor para ti y lo que quieres en tu vida. Y no hay nada más importante que eso. Es por ello que no sirven las distracciones o los cambios en el horario, trata de ser estricto y comprometido con lo que te has propuesto.
2. Realiza ejercicios de visualización a corto, medio y largo plazo
Trata de imaginar cómo será tu vida si cambian tus rutinas, ten presente que lo que hagas en este momento tendrá repercusión en el futuro. Eso ayudará a que no caigas en la procrastinación o síndrome de "ya lo haré mañana".
3. Practica la atención consciente
Esto te ayudará a dejar de funcionar en piloto automático y conseguir tomar decisiones de manera coherente. Añade un par de horas a la semana de Mindfulness o meditación, te ayudarán a estar en el aquí y ahora y tomar mejores decisiones.
4. Cuéntale a todo el mundo tu plan
Debido al Principio de Coherencia, te sentirás “ligado cognitivamente” a tus palabras y tratarás con más ahinco de cumplir lo hablado.
5. Respeta tus horarios de sueño y haz ejercicio tres veces por semana
Necesitarás energía y lucidez para llevar a cabo tus nuevos hábitos, es por ello que necesitas estar descansado y con el cerebro oxigenado.
6. Observa cada una de tus conductas
Plantéate hasta qué punto te acercan o te alejan del objetivo que quieres alcanzar. Realiza si es necesario autoregistros; te permitirán observar de manera visual en qué punto te encuentras y qué necesitas modificar.
7. Elige metas o diseña proyectos que te apasionen
Esta es la mejor manera de mantener la motivación.
8. Prémiate cada cierto tiempo por los logros conseguidos
Utiliza el autorefuerzo positivo y sé tu el que regule las recompensas, sin esperar que vengan de fuera.
Y por último…
Recuerda que tomar cada día buenas o malas decisiones está en ti. Ten en cuenta que tus resultados son el fruto de tus hábitos, pues vivimos en un mundo regido por la ley de Causa y Efecto. Tu “yo del futuro” te agradecerá que tus acciones de hoy sean saludables y coherentes con tu plan de vida.
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