Cuando pensamos en seres vivos, la mayoría de personas tiende a pensar inmediatamente en animales y plantas. Se trata de algo lógico ya que son dos de los tipos de seres vivos que podemos directamente con mayor frecuencia. Pero lo cierto es que los reinos animal y vegetal no son los únicos que existen: también existen el reino monera (al cual pertenecen las bacterias), el protista o protoctista (en el que encontramos protozoos diversos) y el de los hongos.
En lo que respecta a este último reino generalmente la primera imagen que nos suele venir a la mente es la de una seta, pero lo cierto es que existen un gran número de tipos de hongos (no en vano, estamos ante uno de los cinco grandes grupos de seres vivos). En este artículo vamos a ver algunos de los más conocidos.
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¿Qué es un hongo?
Denominamos hongo al exponente de uno de los cinco reinos de seres vivos existentes, el cual se caracteriza por estar constituido por células eucariotas (es decir que poseen un núcleo en el cual se encuentra el ADN) con pared celular compuesta principalmente de quitina y por su modo de alimentarse, mediante absorción pero heterótrofa.
Este último término, el de heterótrofo, nos indica que los hongos al igual que los animales dependen de la transformación de materia orgánica externa en energía para sobrevivir. Dicho de otra manera, necesita consumir materia proveniente o perteneciente a otros seres vivos.
De hecho, en este sentido los hongos son muy importantes a nivel ecológico ya que se considera a estos seres como unos de los principales descomponedores de la materia muerta, siendo su contribución fundamental para el mantenimiento del ecosistema.
El de los hongos es un reino ciertamente extenso, existiendo una enorme variedad de especies y variedades. Es por ello que existen una gran variedad de posibles clasificaciones en que pueden dividirse estas formas de vida, de entre las cuales vamos a ver varias.
1. Tipos de hongos según sus formas básicas
Una de las clasificaciones más rápidas y sencillas de hacer se vincula al hecho de que por norma general podemos encontrar tres principales formas. Se trata de una clasificación muy simple que deja de lado la enorme diversidad que podemos encontrar, pero que resulta efectiva. En este sentido podemos encontrar tres grandes tipos.
1.1. Setas
Se trata del tipo de hongo más prototípico para la mayoría de personas. En realidad el término no hace tanto referencia al ser al completo sino a una de sus partes: la parte más externa, correspondiente a su fructificación y que suele tener forma de paraguas o sombrero.
El resto del hongo se encontraría bajo tierra (o bajo la superficie en que esté creciendo). Así, técnicamente podríamos diferenciar entre seta y hongo en el sentido de que la seta es solo una parte de un determinado tipo de hongos. Es importante tener muy en cuenta que no todas ellas son comestibles, pudiendo muchas especies ser venenosas e incluso mortales para nosotros.
1.2. Levaduras
Los hongos clasificados dentro del grupo de las levaduras se caracterizan por el modo en que descomponen la materia, siendo este mecanismo la fermentación (si bien no sólo los hongos pueden usarlo).
Los hidratos de carbono y azúcares son transformadas en otros elementos, algo que el ser humano ha empleado durante milenios en procesos como la elaboración del pan o la repostería. Se caracterizan también por ser un tipo de hongo de tipo unicelular.
1.3. Mohos
Los mohos son un tipo de hongo generalmente de tamaño microscópico que se caracterizan por tener un comportamiento que suele ser destructivo, deteriorando superficies o seres vivos. Suelen estar conformados por masas de filamentos. Sin embargo ello no quiere decir que siempre sean negativos, ya que en algunos casos a partir de ellos han podido generarse medicamentos (siendo el ejemplo más claro la penicilina).
2. Clasificación según su efecto en el ser humano
Otra forma sencilla de clasificar a los hongos no tiene tanto que ver con el hongo en sí sino en los efectos que pueden tener en nosotros o la utilidad que podemos darles. Si bien en este sentido la clasificación no es tanto por la propia entidad sino por sus efectos, esta manera de catalogarlos puede ser beneficiosa de cara a poder separar los que tienen efectos positivos como los que los tienen negativos. Entre estos tipos podemos encontrar los siguientes.
2.1. Comestibles
Uno de los grupos que generalmente suele interesar a la mayoría de la población es el de los hongos comestibles, aquellos que resultan aptos para el consumo humano (o animal). La mayoría de ellos son muy saludables, teniendo pocas calorías y muchas proteínas y vitaminas. De hecho, algunos de ellos son considerados delicatessen, como ocurre con la trufa en este país.
2.2. Tóxicos
Por contraposición con el anterior, podemos encontrar también diferentes hongos cuyas propiedades pueden deteriorar nuestra salud y capacidades en gran medida, o incluso en algunos casos llegar a provocarnos la muerte. Desafortunadamente, algunos de ellos se asemejan a especies comestibles, lo que supone un enorme peligro para aquellas personas que no son capaces de reconocerlos.
2.3. Medicinales
Muchos hongos tienen diferentes propiedades que les han hecho importantísimos para el ser humano no solo por ser o no comestibles, sino por poder producir efectos que permiten eliminar o controlar enfermedades. Es lo que ocurrió cuando Alexander Fleming descubrió que el moho Penicillium era capaz de acabar con las bacterias, lo que permitió que se acabara por sintetizar la penicilina.
2.4. Parásitos
Algunos hongos también tienen un comportamiento parásito, alimentándose de tejidos de seres vivos.
Se trata del tipo de hongo que nos suele causar enfermedades, a menudo dermatológicas pero que también pueden ocurrir en otros tejidos como la boca o la vagina e incluso generar infecciones severas. Los hongos de la familia cándida son un ejemplo de ello.
Otro ejemplo son los hongos del género cordyceps, algunas especies de la cual pueden llegar a provocar un comportamiento suicida en insectos como las hormigas (haciendo que suban a las hojas de una planta y la muerdan antes de morir para servir de alimento y permitir la difusión de las esporas).
2.5. Alucinógenos o psicoactivos
Muchos hongos han sido empleados desde la antigüedad por su capacidad para generar estados alterados de conciencia. En algunos contextos se empleaban en rituales religiosos, si bien en la actualidad es más frecuente que el consumo de setas alucinógenas se realice en un contexto recreativo.
Pero no solo eso, sino que en muchos casos los hongos con estas propiedades están siendo estudiados de cara analizar posibles usos en el tratamiento de trastornos mentales o incluso orgánicos.
En este tipo de hongos destaca el género de setas Psilocybe, cuyos representantes contienen sustancias psicoactivas como la psilocibina, una de las drogas alucinógenas más consumidas.
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3. Clasificación ecológica
Otra manera de clasificar a los diversos hongos es a través de su manera de sobrevivir y de alimentarse, de su función o papel a nivel ecológico en relación a su vinculación con el resto de seres. En este sentido podemos encontrar tres grandes grupos.
3. 1. Hongos saprófitos
Este tipo de hongos se caracterizan por basar su subsistencia en el hecho de nutrirse de restos de seres vivos a través de una digestión externa, llevada a cabo fuera de las células del hongo. Este es uno de los grupos más relevante a la hora de descomponer la materia orgánica de cadáveres y heces y la hora de permitir que el suelo permanezca fértil.
Algunos de ellos únicamente reciben nutrientes de este modo, mientras que otros hongos únicamente recurren a este tipo de nutrición durante una fase de su desarrollo.
3.2. Hongos parásitos
Como hemos visto anteriormente los hongos parásitos son aquellos que basan su subsistencia en la dependencia de un anfitrión o portador, el cual puede verse perjudicado en menor o mayor manera por la existencia de su huésped y para el que la existencia del hongo no supone ningún tipo de ventaja.
3.3. Hongos simbióticos
Este tipo de hongos se caracterizan por depender de un sujeto o ente que los hospeda, si bien la relación con este resulta positiva y beneficiosa para ambos organismos. Por ejemplo, es posible que la interacción entre ambos permita que los dos seres se alimenten. Dentro de este tipo de hongos podemos encontrar diferentes subtipos.
Tal vez el caso más conocido y habitual es el de las micorrizas, en que un hongo establece una relación simbiótica con las raíces de una planta. Mientras que el hongo se nutre de los hidratos de carbono y vitaminas de la planta, la planta obtiene de este minerales y agua.
Otro ejemplo bastante conocido son los líquenes, los cuales nacen de la interacción simbiótica entre un hongo y un alga. En esta relación el hongo sirve de protección para el alga que impide que las condiciones ambientales y la luz solar resequen al alga, mientras que esta realiza la fotosíntesis, pudiendo el hongo sobrevivir gracias al aporte de energía de ésta.
Referencias bibliográficas:
- Hawksworth D.L.; Lücking, R. (2017). Fungal Diversity Revisited: 2.2 to 3.8 Million Species. The Fungal Kingdom. Microbiology Spectrum, 5: pp. 79 - 95.
- Kurtzman C.P. (1994). Molecular taxonomy of the yeasts, Yeast, 10(13): pp. 1727 - 1740.
- Linder M.B.; Szilvay G.R.; Nakari-Setälä T.; Penttilä M.E. (2005). Hydrophobins: the protein-amphiphiles of filamentous fungi. FEMS Microbiology Reviews, 29(5): pp. 877 - 896.
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