Genoveva Navarro: terapia de pareja yendo a lo más profundo

La terapia de pareja no es lugar para buscar excusas, sino un lugar para asumir responsabilidades.

Genoveva Navarro

Hay muchas maneras de entender la terapia de pareja: como un lugar en el que establecer diálogo honesto, como un contexto en el que incentivar comportamientos en la relación con el otro, un espacio en el que dejar atrás la lucha de egos... Dependiendo de nuestra manera de definirla, el objetivo de la intervención del psicólogo será diferente, aunque sea solo un poco.

Aquí conoceremos un poco la manera de trabajar de Genoveva Navarro, psicóloga de orientación psicoanalítica que ayuda de manera habitual a personas con problemas en sus relaciones amorosas de pareja.

Genoveva Navarro: la terapia de pareja como una manera de asumir responsabilidades

Genoveva Navarro Jiménez es psicóloga psicoanalista y atiende a pacientes de prácticamente todas las edades en su consulta de Málaga: TuDivan Psicoanálisis. Con sus más de 15 años de experiencia ofreciendo apoyo profesional a personas con problemas emocionales y comportamentales de todo tipo, en esta ocasión nos habla sobre la terapia de pareja vista desde el prisma del psicoanálisis.

¿Cómo son las dos o tres primeras sesiones de terapia de pareja?

Con terapia de pareja nos referimos a que la persona que consulta sufre por algún aspecto de su relación de pareja, su vida de pareja le hace sufrir. Es decir en la terapia de pareja se abordan problemas en las relaciones pero no necesariamente en pareja.

Las primeras sesiones están orientadas en ver de qué se trata el problema, porque el conflicto no siempre está donde uno cree. Puede ser desde un problema de comunicación hasta algo del propio carácter que esté impidiendo disfrutar de la relación de pareja. Por eso en estas primeras sesiones se verá de qué forma es recomendable trabajar.

También hay que ver estas primeras entrevistas cuáles son las expectativas de la persona que consulta y en qué espera que le ayudemos. Porque muchas personas lo que buscan es una batería de herramientas para cambiar a sus parejas, o alguien que haga de juez y diga quien lo está haciendo bien y quién lo está haciendo mal.

La terapia de pareja no está enfocada a cambiar al otro, está enfocada a poder disfrutar del amor, a mejorar la relación con uno mismo y el lazo con los otros. Y en ese proceso uno también aprende a tener pensamiento crítico, resolver conflictos, y cuidar lo que se quiere.

¿Qué medidas es importante tomar en estas sesiones para evitar que los pacientes se pongan a discutir entre ellos constantemente?

Hay que dejar muy claro que la terapia no es para buscar culpables ni el terapeuta es un juez. Es muy frecuente que en las sesiones los interesados discutan porque no deja de ser una repetición de los síntomas.

La mejor medida suele ser que los problemas afectivos se traten de forma individual, precisamente para que la sesiones no sean un espacio para discutir. Los problemas que una persona suele tener, tienen que ver con la falta de tolerancia hacia la diversidad, por tener muchas expectativas, por funcionar bajos ideales, por aspectos que están sobredeterminando a esa persona y le pasan desapercibidos. Esto es un trabajo individual, en el que no hace falta que la pareja esté como testigo.

Es posible que algunas personas usen la terapia de pareja como coartada moral antes de decidir cortar definitivamente. En estas primeras etapas de la intervención psicológica, ¿es frecuente que ambos miembros de la pareja estén comprometidos con la terapia de pareja, o hay que hacer lo posible por "convencer" a uno o a ambos?

Sí, hay parejas que llegan in-extremis, cuando ya la relación está rota. Y más que tratar de retomar la relación se trata de poder elaborar esa ruptura. La gente quiere milagros y además rápidos, si puede ser algo rápido, fácil y que no haya que pensar, mejor.

Cuando alguien viene a terapia y no es por decisión propia, sino porque ha habido que convencerle, lo más normal es que eso tenga un recorrido muy corto. Ir a terapia no se trata de ningún trámite. Es una experiencia sin duda muy enriquecedora y que requiere de un gran compromiso. Más que de estar comprometido con la terapia, se trata de estar comprometido con la vida. Con la vida en el sentido de vitalidad.

¿Qué hacen los psicólogos para favorecer que los pacientes se comprometan con la terapia?

La primera tentativa de solicitar ayuda no siempre es efectiva. Porque no es el momento de esa persona, o porque no hay buen feeling con el terapeuta, o porque esa forma de trabajar no le gusta.

En cualquier caso el terapeuta, en este caso el psicólogo psicoanalista está en las mejores condiciones para acoger de un modo único las palabras del paciente, y eso suele tener un efecto inmediato, que no deja indiferente al paciente.

¿Cuáles son los problemas que cuesta más reconocer en terapia de pareja?

Sin duda los propios, ya sabemos: se ve antes la paja en ojo ajeno que la viga en el propio.

Los pacientes pueden pasar sesiones y sesiones hablando de lo que hace y dice su pareja. Por ejemplo, una señora se queja de que todos los hombres son iguales y ninguno quiere compromiso y no se plantea qué le pasará a ella que se fija siempre en el mismo tipo de hombres. O por ejemplo, el hombre que cambia constantemente de pareja porque ninguna mujer le termina de satisfacer, y no se plantea qué le pasa a él en referencia a la satisfacción.

En general, a todo el mundo le cuesta tolerar las diferencias. Y si me apuras hasta resulta complicado ser uno diferente de sí mismo.

Pero justamente la terapia psicoanalítica está enfocada para tratar por qué y para qué uno hace las cosas. Es por eso que abordar los problemas de pareja desde un enfoque psicoanalítico no es para todo el mundo. Es para aquellos quieren asumir una responsabilidad.

¿Y los problemas por los que más se va a terapia de pareja en general, cuáles son?

Para conseguir cambiar a la pareja, las constantes discusiones y el ambiente de encrespamiento constante, celos, aburrimiento, por problemas con las relaciones sexuales (frecuencia, eyaculación precoz, impotencia), dependencia emocional, por el enrarecimiento de la pareja tras el nacimiento de un hijo, problemas de comunicación, por distanciamiento, diferencias con las familias de origen, por cómo gestionar las tareas del hogar, etc.

Y desde tu punto de vista como profesional, ¿crees que es más satisfactoria la terapia en pareja, que las sesiones con un solo paciente?

Para parejas que quieren acudir a terapia de pareja, yo lo que suelo recomendar, si a pesar de las dificultades aún tienen ganas de estar juntos, es que en lugar de tener como actividad común el espacio de la terapia, que reserven ese tiempo para tener una cita de pareja, que se diviertan, que disfruten, que hablen. Y eso es vivir la vida desde el lado del amor.

Y mejor hacer un buen trabajo personal, y aceptar que por muy buena comunicación que haya, hombres y mujeres, siempre serán diferentes. Y que unos y otros, jamás se entenderán del todo. Pero esto, lejos de ser un problema, es una realidad, y además puede llegar a ser enriquecedora.

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