Los celos son un fenómeno que, en la práctica, no podemos entender a partir de una sola definición que explique todos los casos de celosía; es un problema que se manifiesta de maneras muy diversas, algunas de las cuales incluso asumimos como algo normal y que no supone un problema (a pesar de que realmente sí lo son).
Es por eso que es útil hablar sobre tipos de celos, o maneras en los que los celos pueden expresarse y plasmarse materialmente a través de la conducta. Veamos cuáles son y qué características nos ayudan a detectarlos en nuestras relaciones con los demás.
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¿Qué tipos de celos existen?
Lo que comparten entre sí todas las clases de celos son ese malestar que genera el hecho de no poder controlar el comportamiento de una persona o grupo de personas, o no poder intervenir en aquello que tienen o no tienen. Pero esta definición tan amplia y abstracta deja espacio para muchas experiencias diferentes.
Aquí puedes ver un breve esquema sobre las distintas características que pueden tener los celos, y cómo estos se manifiestan en distintas situaciones y por diferentes causas y motivaciones.
Celos vitales
Los tipos de celos que se engloban en esta categoría no tienen que ver tanto con el acceso a una relación íntima a personas en concreto, sino con la constatación de que otras personas tienen mucha más facilidad para cultivar una buena autoimagen sin apenas esforzarse y, a la vez, resultan más atractivas para uno mismo que la propia autoimagen. En este sentido, los celos existen porque cada pequeño éxito del resto de personas es un agravio a la propia autoestima. En esta categoría se encuentran los celos laborales y los celos de autorrealización.
1. Celos laborales
Este tipo de celos se basa en la parte de la autoimagen que apela al valor que tiene uno mismo como trabajador en relación a los demás. Así, una persona que siente que parte de una situación de desventaja en todo lo relacionado a su propia empleabilidad puede experimentar los celos laborales, porque ve una injusticia cada vez que alguien consigue el trabajo que uno quiere para sí, el ascenso que se estaba deseando obtener o, simplemente, cuando cree tener evidencias de que los demás obtienen trabajos más valorados que el suyo. Además, este tipo de celos puede inducir a una actitud pasivo-agresiva que hace más difícil promocionarse laboralmente, ya que de cara a los demás se da una imagen de hostilidad, resignación y pocas ganas para esforzarse en lo que se hace.
2. Celos de autorrealización
Esta es una clase de celos que apela a un conjunto de ideas abstractas sobre lo que es el desarrollo personal, la felicidad y la autorrealización. Las personas con este tipo de celos creen que los demás viven la vida con más intensidad que uno mismo, y continuamente compara su propio proyecto vital con el de otras personas que se toman como modelo a seguir, solo para terminar lamentando que lo que han conseguido estos ejemplos de vida es inalcanzable. Estos celos se articulan según una serie de prejuicios acerca de lo que debe incluir una vida "auténtica", como por ejemplo: los deportes de riesgo, los viajes a lugares exóticos, el acceso a la alta cultura, la posibilidad de conocer a gente famosa, etc.
Celos de relación concreta
Los tipos de celos que se encuadran aquí tienen que ver con la relación que se tiene con personas concretas. Normalmente, esta celosía nace por la creencia de que hay ciertos agentes que impiden que nuestra relación con esa persona llegue a ser tan íntima y privada como se desearía. La autoestima también se ve involucrada en este tipo de celos, tanto como parte de las causas como parte de las consecuencias.
1. Celos infantiles
Suelen darse entre niños y niñas de corta edad y en adolescentes. Normalmente se trata de celos entre hermanos, casos en los que se percibe que un hermano o hermana se interpone en la relación con al menos uno de los progenitores. En general, este tipo de celos resulta de una lucha por llamar la atención de una figura de autoridad, que puede ser un padre, una madre o cualquier persona adulta del entorno familiar.
2. Celos de pareja
Son crisis de la relación de pareja en las que al menos uno de sus miembros desconfía de la otra persona o de la capacidad propia para resultar lo suficientemente atrayente para hacer que la relación dure. En un inicio suelen basarse en hechos muy concretos, aunque a medida que los celos se van desarrollando, las "evidencias" en las que se fundamente son cada vez más espurias, lo cual puede hacer que la situación empeore rápidamente. Este tipo de celos también tiene un componente posesivo y cosificador hacia la otra persona, ya que se entiende que la pareja es un recurso que tiene demanda más allá de la relación y que la solvencia o no del noviazgo o matrimonio depende en todo momento de factores externos, como lo que ofrecen el resto de potenciales parejas.
Celos patológicos
Todos los tipos de celos nombrados anteriormente pueden variar entre la moderación de la celosía hasta lo patológico. Por lo tanto, todos pueden ser apenas perceptibles o tan extremos que supongan un grave problema en la calidad de vida de la persona que los padece y la de las personas de su entorno.
Por ejemplo, los celos de pareja pueden basarse en delirios acerca de lo que hace la pareja a escondidas, o puede que incluso aparezcan en casos en los que no sólo no existe una relación de pareja como tal, sino que la persona que se quiere "retener" no tiene ningún interés en llegar a conocer íntimamente al otro. Sería el caso, por ejemplo, de ciertos casos en los que el "fenómeno fan" hacia un famoso que no se conoce en persona ha desembocado en conductas temerarias o directamente homicidas. Los celos patológicos también pueden ser uno de los factores que intervienen en la violencia doméstica.
- Puedes saber más sobre esta categoría en el siguiente artículo: "Celos enfermizos: 10 señales comunes entre las personas extremadamente celosas"
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