Es evidente que no somos iguales en el momento de nacer, a los cinco años, a los quince a los treinta o a los ochenta. Y es que desde que somos concebidos hasta que morimos estamos en un continuo proceso de cambio: a lo largo de nuestra vida, vamos a ir evolucionando y desarrollándonos como individuos, y vamos a ir adquiriendo poco a poco diferentes capacidades y habilidades según nuestro organismo vaya madurando tanto a nivel biológico como a partir de la experiencia y el aprendizaje.
Se trata de un proceso de desarrollo que no termina hasta el momento de morir, y que ha sido estudiado por diferentes disciplinas. Una de ellas es la psicología evolutiva, de la cual vamos a hablar en este artículo.
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Psicología evolutiva: definición básica
Se considera psicología evolutiva a la rama de la psicología que tiene como objeto de estudio el desarrollo del ser humano a lo largo de todo su ciclo vital. Se trata de una disciplina que nace del interés de comprender los múltiples cambios que manifiestan la mente y la conducta de un ser en desarrollo continuado desde el nacimiento hasta la tumba.
Si bien tradicionalmente los estudios de la psicología evolutiva se han centrado principalmente en el desarrollo infantil, es muy importante remarcar el hecho de que esta disciplina abarca el conjunto del ciclo vital: la adolescencia, madurez y senectud también son objeto de estudio investigado y muy relevante pese a haber recibido un menor nivel de atención (siendo tal vez la etapa adulta la menos investigada de todas en este sentido).
Esta disciplina hace hincapié en los procesos de cambio por los cuales el sujeto va pasando a lo largo de su vida, teniendo en cuenta la presencia de elementos distintivos e individuales que nos hacen únicos pero de similitudes en lo que respecta al proceso de desarrollo en cuestión. También tiene en cuenta que en dicho desarrollo vamos a encontrar factores tanto biológicos como ambientales. Se valora el medio sociocultural, el grado de maduración biológica y la interacción del organismo con el mundo.
Desarrollo físico, socio-afectivo, comunicativo y cognitivo son algunos de los principales elementos que desde esta rama de la psicología se analiza y de los cuales valora la evolución, teniendo algunos modelos o paradigmas diferentes teorías y centrándose más o menos en aspectos concretos. La psicología evolutiva nos permite valorar el punto de vista y el conocimiento de cada sujeto a partir de cómo percibe el mundo alguien con un nivel de desarrollo determinado. La utilidad de esto es amplia, dado que gracias a la comprensión de estos factores podemos ajustar la educación, los puestos de trabajo o los servicios que se ofrecen a los diferentes sectores de la población teniendo en cuenta sus necesidades.
Los inicios de esta rama de la psicología
Aunque uno de sus autores más representativos es Jean Piaget, esta disciplina tiene múltiples precursores a tener en cuenta. Los primeros registros de carácter científico de los hitos del desarrollo datan del siglo XVII, con la aparición de los primeros diarios o biografías de bebés en los que se observaban conducta sensorial, motora, cognitiva y del lenguaje (Tiedemann). También Darwin realizaría observaciones respecto a la conducta en evolución de los niños, haciendo su propia biografía de bebé y registrando los avances de su hijo.
El primer estudio propiamente científico sobre el desarrollo infantil es el de Preyer, el cual llegó a elaborar normas de observación científica para registrar la conducta de niños y animales y publicando en 1882 “El alma del niño”.
La instauración institucional de la educación como algo obligatorio en la infancia condujo a profundizar en gran medida en la psique y en los procesos de desarrollo. En esta etapa, Binet elaboraría el primer test de inteligencia dedicado a la población infantil. Asimismo, surgieron autores como Montessori que contribuirían a elaborar sistemas educativos alternativos más allá del empleado hasta el momento..Stanley Hall es también una figura precursora imprescindible, debiéndose a él la introducción en la psicología evolutiva el estudio del sujeto adolescente.
Así mismo, nacerían corrientes como el psicoanálisis que empezarían a dar importancia a las experiencias y el desarrollo infantil como explicación de la conducta adulta. El propio Freud elaboraría una serie de fases del desarrollo psicosexual que contemplaría diferentes cambios vinculados a su teoría, así como también destacarían en el campo del desarrollo infantil Anna Freud y Melanie Klein como principales exponentes de esta corriente.
Algunas de las teorías y modelos propuestos desde esta corriente
La psicología evolutiva ha generado, a lo largo de su historia, una gran cantidad de teorías y modelos. Winnicott, Spitz, Wallon, Anna Freud, Mahler, Watson, Bandura, Case, Fischer, Newgarten… todos ellos son nombres de autores y autores relevantes en la evolución de esta disciplina. Algunos de los más conocidos y clásicos, sin embargo, son los que se indican a continuación.
La contribución de Freud
Si bien la concepción freudiana del desarrollo del niño no es especialmente popular hoy en día y no suele estar entre los modelos explicativos más aceptados, sí es cierto que la contribución de Freud es uno de los modelos más antiguos y conocidos dentro de la psicología de los que se tiene constancia. Freud consideraba que la personalidad estaba estructurada por tres instancias, el Ello o parte pulsional, el Superyó o parte crítica, censora y moral y el Yo o elemento que integra la información de ambos y configura la manera racional y consciente de actuar en base al principio de realidad. El bebé no tendría Yo durante el nacimiento, siendo puro ello, y formándose el primero según el sujeto vaya evolucionando y diferenciándose del medio.
Entre otras muchas aportaciones también se destaca el seguimiento de una secuencia de desarrollo en forma de fases, en las que es posible sufrir regresiones o bloqueos que impidan al sujeto avanzar apropiadamente en su desarrollo y generan fijaciones. Estamos hablando de unas fases que Freud vincula al desarrollo sexual, denominándose etapas del desarrollo psicosexual y recibiendo un nombre en función del principal foco de búsqueda de gratificación y de resolución de conflictos en los polos de satisfacción-frustración, autoridad-rebeldía y conflicto edípico.
Las fases en cuestión son la oral (primer año de vida), anal (entre el año y los tres años), fálica (desde los tres años hasta los seis), latencia (en que se reprime la sexualidad), y va desde los seis hasta la pubertad) y genital (a partir de la adolescencia).
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Melanie Klein y el desarrollo infantil
Otra autora psicodinámica de gran importancia en el estudio del desarrollo infantil fue Melanie Klein, que consideraba que el ser humano está motivado por establecer relaciones con otros.
Esta autora, que desarrollaría el estudio del niño a partir del juego simbólico y la teoría de las relaciones objetales, consideraba que el yo existía desde el nacimiento y que el ser humano pasaba por dos etapas fundamentales en el primer año de vida: posición esquizo-paranoide (en la que el sujeto no diferencia personas como un todo sino que escinde entre partes buenas y malas como si fueran elementos diferenciados) y posición depresiva (en que hay reconocimiento de objetos y personas como un todo, apareciendo la culpa al comprender que lo que antes consideraba un objeto bueno y otro malo forman parte del mismo objeto).
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Las etapas y crisis de Eriksson
Quizás una de las contribuciones psicoanalíticas que mayor alcance tiene, en el sentido de que abarca no solo la infancia sino el conjunto del ciclo vital, es la de Eriksson. Este autor, discípulo de Anna Freud, consideraba que sociedad y cultura tenían un papel mucho más relevante en la configuración de la personalidad a lo largo de toda la vida. Identificó una serie de etapas basadas en la existencia de crisis (ya que el ser humano ha de afrontar la búsqueda de satisfacción de las necesidades propias y las demandas ambientales) durante el desarrollo psicosocial.
Durante el primer año de vida el bebé ha de hacer frente a la crisis de la Confianza básica vs la Desconfianza, aprendiendo o no a confiar en los demás y en el mundo. La segunda fase es la de Autonomía vs Vergüenza, entre el primer y tercer año de vida, en la que el niño debe procurar buscar su independencia y autonomía en las habilidades básicas.
Después el sujeto deberá afrontar la crisis de Iniciativa vs Culpa, buscando el equilibrio entre tener iniciativa propia y aceptar la responsabilidad de no imponerse sobre otros. La cuarta etapa (6-12 años) es la de Laboriosidad vs Inferioridad, en la que se aprenden las habilidades sociales. Después, entre los doce y veinte años el sujeto llegaría a la crisis de Identidad vs Confusión de roles (en que se busca la propia identidad).
De ahí a los cuarenta años aproximadamente surgiría la crisis de Intimidad vs Aislamiento como la etapa en que se busca generar vinculaciones fuertes de amor y compromiso con amistades y parejas. La séptima crisis o etapa se da entre los cuarenta y los sesenta-y-cinco años, siendo la de Generatividad vs Estancamiento en la que se busca ser productivo de cara a proporcionar bienestar para las generaciones futuras. Por último, durante la vejez se llegaría a la fase de Integridad vs Desesperación, como momento en que se echa la vista atrás y se valora la vida como algo significativo o decepcionante.
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Teoría cognitivo-evolutiva de Piaget
Tal vez el modelo más conocido y aceptado de la psicología evolutiva es el de Jean Piaget, al que algunos autores consideran el auténtico padre de la disciplina. La teoría de esta autor trata de dar explicación sobre cómo evoluciona y se adapta la cognición del ser humano a lo largo del desarrollo.
El sujeto en desarrollo va generando diferentes estructuras y esquemas mentales que le permiten explicar el mundo a partir de su propia actuación sobre el (siendo la acción y interacción del sujeto con el medio necesario para que existe desarrollo). El menor actúa en base a dos funciones principales: la organización (entendida como la tendencia a elaborar estructuras mentales progresivamente más complejas) y la adaptación (que a su vez puede surgir como asimilación de la nueva información como algo añadido a lo ya conocido o acomodación de los esquemas preexistentes a esta si es necesario cambiarlos para adaptarse a la nueva información).
Esta teoría supone que a lo largo del desarrollo van surgiendo cada vez más capacidades y esquemas de pensamiento más complejos, pasado en sujeto por diversos estadios o periodos del desarrollo. Para este autor lo biológico/orgánico impera sobre lo social, dependiendo y siguiendo el aprendizaje al desarrollo.
El autor identifica el periodo sensoriomotor (en el que los esquemas meramente reflejos de la interacción, dura aproximadamente hasta los dos años de edad), el preoperatorio (en que empieza a aprender a usar símbolos y abstracciones entre los dos y seis años), el de las operaciones concretas (entre los siete y once años, en la que aparece la capacidad de hacer diferentes operaciones mentales y resolver problemas lógicos) y el de las operaciones formales (en que ya se da a partir de aproximadamente los doce o quince años un pensamiento hipotético-deductivo y una capacidad de abstracción completa, típico de adultos).
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Modelo sociocultural de Vygotsky
Otro de los grandes autores de la psicología evolutiva, Vygotsky consideraba que era el aprendizaje lo que nos hacía desarrollarnos. El crecimiento cognitivo es aprendido de la interacción, y no a la inversa. El concepto más relevante de este autor el de la Zona de Desarrollo Próximo, que marca la diferencia entre lo que el sujeto es capaz de hacer por si mismo y lo que puede lograr con la existencia de ayuda externa, de tal manera que a través de la otorgación de ayudas podemos contribuir a desarrollar y optimizar las habilidades del sujeto.
La cultura y la sociedad marcan en gran medida el desarrollo del niño, a través de procesos de internalización de la información externa obtenida mediante la acción. El niño primero aprende interpersonalmente para posteriormente realizar un aprendizaje intrapersonal.
Modelo ecológico de Bronfenbrenner
El modelo de este autor describe y analiza la importancia de los diferentes sistemas ecológicos en los que se mueve el menor de cara a evaluar su desarrollo y desempeño.
Microsistema (cada uno de los sistemas y ambientes en que el niño participa directamente, como familia y escuela), mesosistema (relaciones entre los componentes de los microsistemas), exosistema (el conjunto de elementos que influyen en el niño sin que este participe directamente en ellos) y macrosistema (el contexto cultural) son junto al cronosistema (sucesos y cambios que pueden llegar a ocurrir a lo largo del tiempo) son los aspectos que este autor más valora a nivel estructural.
Referencias bibliográficas:
- Sanz, L.J. (2012). Psicología Evolutiva y de la Educación. Manual CEDE de Preparación PIR, 10. CEDE: Madrid.