Una de las características de las fobias específicas es que estas pueden aparecer en cualquier ámbito de la vida de la persona, por lo que la sexualidad tampoco queda exenta de ellas. Las dinámicas de seducción y los juegos íntimos pueden ser muy vivificantes si se saben lleva a cabo.
No obstante, la ambigüedad que suele ser característica de algunas de estas situaciones, unida a experiencias negativas y una carencia de habilidades sociales, puede ser el campo de cultivo perfecto para la aparición de ciertos trastornos de ansiedad como la malaxofobia.
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¿Qué es la malaxofobia?
La malaxofobia consiste en un trastorno de ansiedad específico en el que la persona experimenta un profundo miedo hacia las conductas relacionadas con la seducción o los juegos amorosos.
Si bien es cierto que algunas personas se siente incómodas ante este tipo de situaciones o dinámicas de naturaleza íntima, para que la sensación de angustia pueda ser categorizada como una fobia el miedo que se experimenta debe ser completamente irracional, exagerado y constante a lo largo del tiempo y las situaciones.
Por lo tanto, en los casos de malaxofobia la persona se siente completamente incapaz de llevar a cabo cualquier comportamiento, así como sumergirse es cualquier tipo de situación que implique tener que enfrentarse conductas que tengan como finalidad iniciar o mantener una relación íntima o sentimental con otra persona.
No obstante, por suerte para las personas que la padecen, los síntomas de esta alteración mental pueden disminuir su intensidad notablemente e incluso remitir por completo gracias a las intervenciones psicológicas específicamente creadas para este tipo de trastornos de ansiedad.
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¿Qué síntomas aparecen?
Puesto que la malaxofobia forma parte de los trastornos conocidos como fobias específicas, comparte un gran número de síntomas con ellas. El cuadro clínico propio de este desorden ansioso suele aparecer en aquellas situaciones en las que la persona que la padece debe enfrentarse o llevar a cabo actividades o conductas relacionadas con el juego amoroso y la seducción.
Cuando esto ocurre la persona experimenta una gran cantidad de síntomas propios de una respuesta de ansiedad excesiva. Aunque estos indicios de la presencia de una fobia pueden variar tanto en cantidad como en intensidad entre las personas que lo padecen, por regla general y para que el miedo pueda ser considerado como fóbico, deben de aparecer una serie de síntomas tanto físicos, como cognitivos y conductuales.
1. Síntomas físicos
Los síntomas físicos pueden aparecer en el mismo momento en el que la persona debe de enfrentarse a la situación temida o, por el contrario, como respuesta a un miedo anticipatorio. Es decir, antes de que se produzca la situación o solamente al pensar que en algún momento puede suceder.
Estos síntomas físicos consisten en una serie de alteraciones y cambios físicos completamente incontrolables que la persona experimenta en respuesta a la aparición del estímulo fóbico. El origen de estas alteraciones orgánicas se debe a una hiperactividad del sistema nervioso central y pueden manifestarse de la siguientes maneras:
- Aumento de la tasa cardíaca.
- Aumento de la tasa respiratoria.
- Sensación de asfixia o de falta de aire.
- Tensión muscular.
- Cefaleas.
- Alteraciones gástricas.
- Aumento de los niveles de sudoración.
- Sensación de vértigo o mareos.
- Náuseas y/o vómitos.
- Desmayos o pérdidas de la consciencia.
- Sensación de irrealidad o despersonalización.
2. Síntomas cognitivos
La experimentación de los síntomas físicos u orgánicos está condicionada a una serie de síntomas cognitivos que aparecen de manera anticipada y que consisten en una serie de ideas y creencias irracionales acerca de la situación temida. En el caso de la malaxofobia, estas ideas van en relación a los juegos amorosos íntimos y a las conductas relacionadas con la seducción.
Estos pensamientos suelen estar relacionados con un temor excesivo a sentirse humillado, rechazado o avergonzado por la otra persona. Entre los síntomas cognitivos propios de esta fobia se encuentran:
- Creencias distorsionadas acerca de los supuestos peligros de la seducción y los juegos amorosos.
- Ideas intrusivas e incontrolables relacionadas con estas situaciones.
- Especulaciones obsesivas acerca de las posibles consecuencias de estos actos.
- Imágenes intrusivas y de naturaleza catastrófica.
- Temor a perder el control y a no ser capaz de gestionar la situación de manera satisfactoria.
3. Síntomas conductuales
Como consecuencia a los síntomas anteriormente descritos, la persona experimenta también una serie de síntomas o patrones conductuales que aparecen en respuesta a la aparición de la situación temida.
El objetivo de esta sintomatología conductual es el de evitar dicha situación o huir de ella en el caso de que no haya podido evitarla. De esta manera , también se evitará la experimentación de las sensaciones de ansiedad y angustia.
Estos comportamientos hacen referencia a las conductas de evitación y de escape. En el primero de los casos, las conductas de evitación, hacen referencia a todos aquellos comportamientos o actos que la persona realice para esquivar la posibilidad de tener que enfrentarse a estas situaciones. Por otra parte, las conductas de escape aparecen cuando la persona que padece malaxofobia se encuentra ya sumergida en la situación temida. Durante este período de tiempo, la persona realizará todo tipo de actos o comportamientos que le permitan escapar de la situación de la manera más rápida posible.
¿Qué causas tiene?
Aunque por el momento no se puede determinar de manera fiable las causas concretas de una fobia. Las evidencias apuntan hacia la posibilidad de que la experimentación de sucesos o vivencias altamente traumáticas o con una gran carga emocional, unido a una predisposición genética a los efectos nocivos del estrés establezcan una base para la aparición de la fobia.
Por ejemplo, una persona cuya genética constituya un factor de riesgo y que haya sufrido algún rechazo o humillación mientras se encontraba en una situación íntima, es susceptible de desarrollar malaxofobia.
Sin embargo, hay que tener en cuenta otros factores tales como la personalidad, los estilos cognitivos o el aprendizaje por imitación, que pueden favorecer la aparición y desarrollo del miedo irracional a cualquier tipo de objeto o situación.
¿Existe tratamiento?
La malaxofobia, aunque extraña, es un trastorno altamente incapacitante para la persona que la padece, la qual cual es completamente incapaz de iniciar y mantener cualquier tipo de interacción íntima con otra persona.
Este miedo puede llegar a ser altamente frustrante, puesto que quien lo padece siente la necesidad y el deseo de estar con otra persona, pero a la vez el temor a tener que enfrentarse a dicha situación. Por lo que hace que esto sea completamente imposible.
Por suerte, se han desarrollado tratamientos que permiten disminuir esta angustia e incluso eliminarla por completo. La intervención mediante psicoterapia ha resultado ser altamente eficaz en el tratamiento de las fobias.
Mediante un tratamiento que combine una reestructuración cognitiva para eliminar los síntomas psicológicos, junto con técnicas de desensibilización sistemática o exposición en vivo, así como un entrenamiento en técnicas de relajación puede ayudar a que la persona sea capaz de superar su temor fóbico y rehacer su vida de manera normal.
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