La crisis del COVID-19 ha supuesto un cambio radical en la vida de muchas personas, y buena parte de la capacidad para afrontar los retos de los meses de pandemia tiene que ver no ya con la estrategia y la gestión de los recursos materiales, sino con la gestión emocional.
Sin embargo esto no siempre resulta fácil, y no saber manejar las emociones da lugar a problemas añadidos. Por eso, se vuelve fundamental desarrollar las habilidades psicológicas relacionadas con esto.
La psicóloga Vanesa Rescalvo lleva mucho tiempo ayudando a personas con esta clase de problemas, y en esta entrevista nos habla acerca de lo que hay que tener en cuenta para afrontar el impacto emocional de los meses de pandemia.
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Entrevista a Vanesa Rescalvo: las claves de la gestión emocional ante el COVID-19
Vanesa Rescalvo es psicóloga general sanitaria y codirectora de Atlas Psicólogos, centro de psicoterapia ubicado en Tres Cantos. En esta entrevista hablamos con ella sobre el manejo de las emociones ante la crisis del coronavirus.
Vanesa Rescalvo Somoza
Vanesa Rescalvo Somoza
Psicóloga sanitaria
¿Hasta qué punto la crisis del COVID-19 ha tenido un impacto en la salud emocional de la población?
El impacto emocional ha sido significativo. En estos meses trabajando con mis pacientes he observado que el COVID ha afectado a diversas áreas: en esta situación todos hemos desarrollado cierto miedo ante este virus, que en los casos más intensos, lleva a que alguna persona pueda desarrollar mucho malestar al salir a la calle; por otro lado, un síntoma muy presente en la mayoría de la población es la sensación de agotamiento, de necesitar que esta situación acabe ya para volver a su vida habitual.
A día de hoy todos tenemos menos acceso a nuestros reforzadores cotidianos (reuniones, actividades, viajes, entre otros), por lo que es normal que se produzca ese agotamiento. Menos actividades para recargar y más exigencias en el ambiente conduce a que las personas se sientan más cansadas psicológicamente
¿Se tiende a asumir que los problemas emocionales surgidos en tiempos de crisis son algo que uno mismo debe sobrellevar sin buscar ayuda profesional?
De algún modo, todas las personas tendemos a intentar resolver por nosotros mismos muchas situaciones, y dejar para el final la intervención de un profesional.
El problema de este planteamiento es que muchas veces resulta insuficiente la perspectiva propia para resolver una situación exigente, y durante el tiempo que no se trabaja para solucionar ese problema están sucediendo dos cosas: por un lado, soportar un malestar desagradable; por otro lado, se agrava el problema.
En tiempos de crisis es cuando resulta más necesaria la intervención de un experto en el tema, ya que es cuando más difícil resulta manejar la situación.
¿Cuáles son la dinámicas de convivencia en familia o con la pareja que pueden verse más desgastadas por la situación de pandemia?
Antes teníamos más variedad de actividades y reforzadores, por lo que casi cualquier situación de convivencia se puede ver afectada. Es fácil que estemos más irritables y esto nos lleve a discutir por cosas pequeñas como no haber puesto el lavavajillas o tener algo de desorden.
Quizá un punto importante, es que cuanto más desánimadas estamos las personas, más tendemos a centrarnos en nosotros mismos y nuestro sufrimiento, lo que puede provocar problemas a la hora de empatizar con los demás y tener comportamientos más desconsiderados hacia ellos.
Y en el ámbito profesional, ¿qué impacto psicológico ha tenido la crisis del coronavirus?
Como decía en una de las preguntas anteriores, los principales efectos que he notado en mi consulta son el miedo a contraer la enfermedad y el agotamiento por la duración de la situación.
Estos dos factores, en ocasiones, terminan desembocando en ansiedad ante la percepción de peligro y tristeza por sentir que se está perdiendo el tiempo y la vida.
También he percibido que ese cansancio psicológico ha provocado que algunas personas tengan algo más de pereza para iniciar un proceso terapéutico, lo cual resulta razonable en cuanto que una persona se siente desgastada, pero paradójicamente facilita que el problema se mantenga. Es una situación difícil y exigente, por lo que es importante entendernos, tanto a nosotros mismos, como a los demás.
¿Cuáles son las técnicas y formas de intervención que resultan más útiles ne terapia para ayudar a las personas que sufren ansiedad por la pandemia?
Precisamente, dado que se trata de una situación exigente, desconocida para la inmensa mayoría de la población occidental, es importante que no nos impongamos más exigencias.
Algo que suelo decir a mis pacientes es que este no es el momento de obligarse a aprender inglés, hacer cursos de fotografía, o cualquier otra cosa.
Si a una persona le apetece hacerlo y tiene una motivación personal por hacerlo, ¡adelante! ¡Que lo disfrute! Pero si se trata de una autoimposición para tratar de aprovechar el tiempo, lo normal es que, además de no alcanzarse ese objetivo, uno termine sintiéndose más frustrado.
Por eso la recomendación principal que hacemos en nuestra clínica es reducir el nivel de autoexigencia. Seguir teniendo objetivos es interesante, moviliza a la persona y le otorga felicidad, pero sin sensación de obligatoriedad en el proceso.
Además, suelen resultar muy útiles en estos momentos pautas para aprender a gestionar las emociones.
Más allá de la psicoterapia, ¿qué hábitos y rutinas pueden seguir las personas para prevenir los problemas de ansiedad o ponerlos a raya?
Siguiendo con lo anterior, igual que la obligatoriedad puede resultar demasiado exigente en estos momentos (y no solo en esta situación), la voluntariedad permite una recarga de energías muy valiosa.
El punto número uno, en mi opinión, sería hacer lo que a uno le apetezca. A esa actividad que resulta motivadora en sí misma, se le puede aplicar una rutina que facilite su práctica. Por ejemplo, establecer un horario, analizar qué dificultades pueden impedir su puesta en marcha, considerar con qué recursos cuentas para iniciarlo.