En lo relativo al sexo, es habitual pensar que hombres y mujeres se comportan y sienten de manera muy distinta. Se dice que se sienten excitados por diferentes estímulos, tienen una percepción distinta del sexo o incluso que los hombres están mucho más interesados en el coito que las mujeres. Sin embargo, muchas de estas diferencias, en el caso de ser reales, pueden explicarse como una cuestión de cantidad, más que por formar parte de una separación entre sexos clara y rotunda.
Diferencias relativas, no absolutas. Sabemos, por ejemplo, que tanto hombres como mujeres pueden llegar a lactar y que es posible desarrollar genitales del sexo contrario al pasar por cierta etapa vital.
Del mismo modo, uno de los grandes bastiones de la sexualidad femenina es la capacidad para tener múltiples orgasmos, pero parece que no es tan exclusiva como se cree habitualmente. Los hombres también pueden llegar a ser multiorgásmicos, llegado el caso, ya sea de manera espontánea o tras haber pasado por un periodo de aprendizaje.
Hombres multiorgásmicos y periodo refractario
Aunque quede mal decirlo, la consecución del orgasmo puede valorarse como algo definido por su cantidad, más que por su calidad. Así, el multiorgasmo deja de ser una especie de criatura mitológica perteneciente a las mujeres para pasar a ser algo bastante más anodino: más de un orgasmo en un periodo de tiempo muy breve.
Esta capacidad para experimentar varias ráfagas de placer seguidas desaparece cuando se da el llamado periodo refractario, que es el periodo de tiempo que transcurre entre un orgasmo y el punto en el que puede volver a tener otro. El periodo refractario tiene una huella química en el cerebro, ya que durante esta fase aparece una sensación de relajación y adormecimiento relacionado, probablemente, a la liberación de oxitocina y prolactina, una hormona que anula los efectos de la dopamina y por lo tanto rebaja la excitación sexual.
Eso significa que las personas multiorgásmicas son aquellas que consiguen burlar o reducir considerablemente el periodo refractario, que en caso de estar presente actuaría como muro temporal entre un orgasmo y el siguiente, de modo que la excitación acumulada siga manteniéndose.
El camino del tantra no es el único
Por algún motivo, los hombres son más propensos a experimentar períodos refractarios persistentes con alta frecuencia, y eso conlleva limitaciones a la hora de llegar al multiorgasmo. Sin embargo, esta propensión es de naturaleza más bien estadística, y hoy sabemos que es perfectamente posible que el periodo refractario masculino quede reducido.
Existen ciertas técnicas basadas en el control físico y mental que pueden ayudar a hacer que el cuerpo adopte dinámicas alternativas en las que el orgasmo no conduce al periodo refractario, y son aplicables a ambos sexos. Entre ellas, las que provee la tradición del sexo tántrico, aunque no es la única manera de conseguir este resultado, ya que hay personas habituadas a tener orgasmos múltiples sin haber tenido que seguir enseñanzas.
Referencias bibliográficas:
- Dunn, M. E. y Trost, J. E. (1989). Male Multiple orgasms: a descriptive study. Archives of sexual behavior, 18(5), pp. 377 - 387.
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