Gilles Deleuze fue un filósofo francés, considerado uno de los más influyentes en el país galo durante la segunda mitad del siglo XX.
Desde la década de los cincuenta hasta su fallecimiento escribió numerosas obras sobre la historia de la filosofía, la política y, además abordó la literatura, el cine y la pintura. Veamos su vida a través de esta biografía de Gilles Deleuze, en la que veremos su recorrido intelectual de manera resumida.
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Biografía de Gilles Deleuze
La vida de Gilles Deleuze es la de un gran pensador, conocedor de la obra de grandes filósofos y artistas tanto de su época como pasados, y cuyo final, traumático y sorprendente, supuso el fin de una de las mentes más relevantes de Francia durante el siglo pasado.
Primeros años y formación
Gilles Deleuze nació en París, Francia, el 18 de enero de 1925, en el seno de una familia burguesa. Sus padres, Louis Deleuze, ingeniero, y su madre, Oddet Camaüer, ama de casa, estaban adscritos a la organización Croix de Feu, una liga política paramilitar de derechas, predecesora del Partido Social Francés. Ya desde temprana edad, Gilles tenía problemas respiratorios, que lo hacían vulnerable a toda gripe, resfriado y alergia que se pudiera tener.
En 1940, iniciada la Segunda Guerra Mundial y estando su familia de vacaciones de Deauville, Gilles Deleuze descubrió la literatura francesa gracias a su maestro Pierre Halbwachs. Allí leería a Baudelaire, Gide y France.
Todavía en guerra asistió al Liceo Carnot y, durante la ocupación nazi, fue testigo del arresto de su hermano George, quien participaba en la resistencia francesa y murió en un campo de concentración.
Pese a ello, Gilles asistió entre 1944 y 1948 a la Sorbona, estudiando filosofía. Allí conoció a grandes pensadores de su época, como Georges Canguilhem, Ferdinand Alquié, Maurice de Gandillac y Jean Hyppolite.
Profesor y escritor
Tras finalizar sus estudios, Deleuze enseñó en varios colegios hasta 1957, para posteriormente volver a su alma máter y dar clases en La Sorbona. En 1956 se casó con Denise Paul Grandjouan.
Varios años antes, en 1953, había publicado su “Empirisme et subjectivité” (“Empirismo y subjetividad”), el cual es un ensayo sobre el famoso “Tratado sobre la naturaleza humana” de Hume.
Entre 1960 y 1964 trabajó en Centre national de la recherche scientifique (“Centro nacional de la investigación científica”, CNRS), siendo este el período en el que publicaría Nietzsche et la philosophie (“Nietzsche y la filosofía”) en 1962. Fue también en esta época que conocería al gran Michel Foucault, persona con quien compartió una importante amistad.
Tras finalizar su período en el CNRS, pasaría a dar clases durante cinco años en la Universidad de Lyon y, durante ese período, en 1968 publicaría Différence et répétition (“Diferencia y repetición”) y “Spinoza et le problème de l'expression” (“Spinoza y el problema de la expresión”).
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Universidad Paris VIII
En 1969 pasaría a trabajar en su última universidad, la de París VIII, siendo profesor allí hasta su retiro universitario en 1987.
Allí trabajó con Foucault y, también, sería el lugar en el conocería a Félix Guattari, un psicoanalista heterodoxo con quien empezaría una gran colaboración.
Esta colaboración resultó ser muy fructífera y dio a luz, en 1972, Capitalisme et Schizophrénie 1. L'Anti-Œdipe (“Capitalismo y esquizofrenia: El anti-Edipo”) y el segundo volumen, Capitalisme et Schizophrénie 2. Mille Plateaux (1980).
Es en estas obras en las que Gilles Deleuze afirma que “lo que define un sistema político es el camino por el que su sociedad ha transitado”.
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Últimos años
La ideología de Deleuze se circunscribe dentro de la filosofía anarquista, o como un marxista dentro del sector más libertario. Aunque Gilles Deleuze fue bastante crítico con el movimiento marxista, él mismo se consideraba uno.
Veía que era imposible hacer filosofía política sin centrarse en un análisis del capitalismo. Una demostración de sus intereses marxistas fue su obra inconclusa “La grandeur de Marx” (“La grandeza de Marx”).
Lo que terminó con su vida no fueron los múltiples problemas respiratorios que padecía, aunque sí fueron los que le motivaron a cometer suicidio. Ya hacia el final de su vida se le diagnosticó una grave insuficiencia respiratorio y, el 4 de noviembre de 1995 decidió acabar con todo lanzándose por la ventana de su apartamente de la Avenue Niel.
La filosofía de Deleuze
La filosofía de Gilles Deleuze puede dividirse en dos partes. La primera se corresponde con la que vino después de finalizar sus estudios en 1948, que se consagró a realizar monografías sobre varios filósofos importantes para el pensamiento occidental, como David Hume, Gottfried Leibniz, Friedrich Nietzsche, Baruch Spinoza, además de varios artistas como Franz Kafka, Marcel Proust, Leopold von Sacher-Masoch…
En estas obras de grandes pensadores va consolidando su propio pensamiento intelectual, algo que se acaba de configurar cuando publica Différence et répétition (“Diferencia y repetición”) en 1968 y Logique du sens (“Lógica del sentido”) un año después.
Por otro lado, y aquí entramos en su segunda parte, escribió libros sobre conceptos filosóficos más eclécticos. La temática era bastante variada, aunque no dejando de lado la forma de explicar el concepto en cuestión bajo una óptica filosófica, como la esquizofrenia, el cine, el sentido… Estas ideas les daba su propio carácter, su propia variación intelectual.
Metafísica
En la filosofía más tradicional se tiene la idea de que la diferencia se deriva de la identidad. Por ejemplo, para decir que algo es diferente a otra cosa se asume alguna identidad mínima entre ambos elementos.
Sin embargo, Deleuze defendía más bien lo contrario, que toda identidad es el resultado de la diferencia. Las categorías que usamos para diferenciar a las personas (franceses y alemanes, comunistas y liberales, mujeres y hombres, universitarios y no universitarios...) se derivan de diferencias, y no de una identidad común que se le ha encontrado aspectos particulares.
Sobre la sociedad
Las viejas sociedades manejaban máquinas simples, mientras que las disciplinarias se equipan con máquinas energéticas. Esta frase, tan abstracta de primeras, era la visión de Gilles Deleuze sobre cómo las sociedades funcionaban, ya fuera aplicando principios de control o principios disciplinarios.
En las sociedades de control se opera sobre máquinas de tercer tipo, como pueden ser las informáticas. Se controla la información, los datos que reciben las personas desde la comodidad de sus casas. Si bien Deleuze falleció mucho antes de la aparición de los modernos móviles inteligentes, esta idea de la sociedad de control que, mediante noticias de última hora, “hashtags” y cadenas de mensaje, moldea las emociones y pensamiento de la población es realmente una descripción de nuestra realidad.
En una sociedad en donde se ha dado la revolución tecnológica, especialmente con la mejora de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), el capitalismo ya no se basa en la producción, producción la cual ha sido llevada a los países del Tercer Mundo. Se trata de un capitalismo de superproducción y superconsumo. Los países desarrollados ya no compran materias primas y venden los productos terminados, sino que compra productos terminados o monta sus piezas. Lo que se quiere vender son servicios, y lo que se quiere comprar son acciones.
En las antiguas sociedades de soberanía se operaba con máquinas simples: palancas, poleas, relojes… En cambio, las posteriores sociedades disciplinarias se equiparon con máquinas energéticas y, las actuales sociedades de control, actúan con máquinas de tercer tipo, principalmente ordenadores y otros medios de comunicación. La revolución tecnológica es una profunda mutación del capitalismo.