La ansiedad se siente en el cuerpo, pero está en la mente

Una reflexión sobre la importancia de saber plasmar en palabras la ansiedad.

La ansiedad se siente en el cuerpo, pero está en la mente

Tras un episodio de ansiedad, los pacientes suelen llegar a la consulta con un relato bastante preciso acerca de cuándo sobrevino la crisis ansiosa, y son capaces de dar todo tipo de detalles sobre los síntomas corporales que sintieron (palpitaciones, dificultades respiratorias, sudoración, trastornos intestinales, alteración del sueño, sensación de muerte, etc.); la vivencia ansiosa se desarrolla predominantemente en el cuerpo.

Sin embargo, las personas afectadas no logran encontrar el camino de regreso hasta ese momento inicial de la ansiedad. O si lo encuentran, no entienden por qué les produce tanto malestar. Por eso la psicoterapia, y en particular el psicoanálisis, que promueve el ejercicio de poner en palabras aquel "no sé qué me pasa", es una herramienta altamente eficaz para volver sobre los pasos hasta hallar el origen de aquel estado.

  • Artículo relacionado:

Comprendiendo la ansiedad

Los síntomas somáticos no son la causa, sino justamente el indicador de algo que no está funcionando bien en otro escenario. Podemos pensar que la ansiedad, con su rosario de afectaciones corporales, es como el envoltorio de algo que anida en su interior, y retirar esa cubierta ayudará a conocer el origen de los síntomas ansiosos.

Es importante recordar que la ansiedad, y especialmente la ansiedad anticipatoria, junto con el dolor y el miedo, son sistemas de alerta que nos informan de peligros o amenazas contra nuestra integridad corporal; estos sistemas son protectores y esenciales, no solo para la supervivencia, sino también para el mantenimiento de la salud, por contra-intuitivo que esto pueda parecer a primera vista.

El cuerpo funciona como un traductor de lo que en realidad se desarrolla en el psiquismo (podríamos decir en la mente). Así como la fiebre nos señala que algo la está provocando, los síntomas ansiosos nos hablan de lo que acontece en otra escena.

El origen del malestar

Lo que da mejores frutos, y más duraderos, es preguntarse de dónde provienen esos temores que desatan las crisis de ansiedad. Podemos utilizar la angustia como una señal, una brújula para nuestra vida psíquica. No es algo patológico, que se debe curar o aplacar como sea. La angustia es un afecto estructural del ser humano, la sentimos todos, y tan sólo aparece como patológica cuando supera ciertos niveles.

Cada vez que una situación nos decepciona (ese trabajo que creía que me colmaría y ahora no es como lo imaginé, esa persona a la que deseé durante tanto tiempo y ahora resulta que también tiene defectos, esos objetos —la televisión 4K, el coche o el móvil último modelo, lo que sea— que anhelé durante meses y que tampoco me satisfacen, la pérdida de un ser amado…), en cada vivencia de frustración, de búsqueda infructuosa de una satisfacción completa, hay ansiedad. Ocurre cada vez que algo que pensábamos que sería perfecto se rompe.

Cualquiera que se encuentre ante la necesidad de tomar una decisión importante, por miedo a elegir la opción incorrecta, es candidato a sufrir ansiedad. Son situaciones en las que uno está angustiado, sin por ello padecer un trastorno de ansiedad; la angustia desaparecerá cuando desaparezca el motivo real que la generó.

Pero en otros momentos uno está angustiado, se siente ansioso, y no sabe por qué. Si el temor o el miedo están en la realidad, podemos huir de ellos, pero... ¿Cómo escapar de la angustia que proviene de nosotros mismos? No podemos. Este es el momento de pedir ayuda profesional.

La eficacia de la psicoterapia

La psicoterapia, y el psicoanálisis en particular, ofrece una herramienta altamente eficaz para que aflore lo inconsciente, para que la persona que consulta sepa por qué está angustiada.

El hecho de poder ponerle palabras a su angustia hace posible que el paciente deje de experimentarla como algo displacentero. Es decir: el psicoterapeuta coloca esa brújula que es la angustia en las manos del paciente, como un instrumento de navegación para que sea él, y no su inconsciente, quien decida qué dirección quiere darle a su vida, para que se empodere en la toma de decisiones sin miedo al error. Porque el error es una característica del ser humano, ya que la perfección no es de este mundo; está bien apuntar a lograrla, ya que con ello nos introducimos en un proceso que comportará mejoras, pero a sabiendas de que eso no será enteramente posible.

Cambiar aquellos escenarios que nos producen malestar, aceptar que podemos equivocarnos, tolerar la frustración que provocan algunos aspectos de la vida cotidiana, es una vía que se abre mediante una psicoterapia y que conduce a rebajar notablemente los desagradables efectos de la angustia y la ansiedad.

Artículos relacionados

Artículos nuevos

Quizás te interese