Las elecciones generales de la cuales saldrá elegido el próximo presidente del Reino de España están a la vuelta de la esquina, y cuatro son los candidatos que se postulan como jefes de gobierno.
Pero Mariano Rajoy, Pablo Iglesias, Albert Rivera y Pedro Sánchez deberían prestar atención a las siguientes líneas, pues una investigación reciente parece indicar que convertirse en presidente de una nación acorta la vida.
¿Ser presidente acorta la esperanza de vida?
Así que, ya que sólo puede ganar las elecciones uno de los cuatro, los que no tengan la fortuna de ser elegidos como máximos representantes del poder ejecutivo, tendrán por lo menos un motivo para sonreír.
No es el primer estudio en esta línea de investigación
Hace tiempo que existe el debate de si los presidentes del gobierno tienen menos esperanza de vida, y la ciencia ha llevado a cabo distintas investigaciones para confirmar o desmentir esta hipótesis. Por ejemplo, un estudio afirmó que los presidentes envejecen el doble de rápido que las personas que no ostentan este cargo. Por otro lado, otro estudio no encontró ningún tipo de relación entre el envejecimiento prematuro y el cargo de jefe de gobierno.
De todos modos, basta con ver algunas fotos de presidentes del gobierno al principio y al final de sus mandatos para darse cuenta de que su deterioro físico es evidente. Uno de los casos más comentados es el del ex-presidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero. En la imagen de la izquierda, el presidente de la ceja con 48 años. En la de la derecha, 55 años (fotografía actual). ¿No parece que haya pasado más tiempo?
Recientemente, esta nueva investigación ha vuelto a poner sobre la mesa este debate. Para ello, ha examinado los procesos electorales llevados a cabo en 17 países desde 1722 a 2015. Los resultados parecen indicar que los presidentes del gobierno viven una media de 2.7 años menos y experimentan un 23% más riesgo de sufrir una muerte prematura que la persona que está en cabeza de la oposición. Presidentes como Barak Obama o Rafael Correa deberían tomar nota de estos resultados.
Un estudio publicado en la British Medical Journal (BMJ)
La investigación aparece en una edición especial de navidad del British Medical Journal (BMJ). Su edición navideña de cada año cuenta con temáticas raras, pero que, a pesar de ello, tienen una sólida base científica.
“Tenemos la certeza de que existen diferencias entre mortalidad de los presidentes del estado y la de sus rivales, es decir que envejecen más rápido los jefes del gobierno”, afirma Anupam Jena, autora del estudio y profesora de la Universidad de Harvard y del Hospital General de Massachusetts (Estados Unidos). El estudio también contó con Andrew Olesku, investigador de la misma universidad, y Matthew Abola, un estudiante de medicina de la Universidad Case Western Reserve.
Los autores hicieron algo nuevo respecto a pasadas investigaciones
A pesar de que no es un tema nuevo, los autores de la investigación hicieron algo distinto para cuantificar la hipótesis, pues es complicada de comprobar. En vez de comparar un presidente o un primer ministro con la población general, compararon los datos de los presidentes con sus opositores. Esto se hizo porque si comparamos a los presidentes, que suelen ser gente de estatus social alto, con el resto de las personas, podría haber un sesgo importante, es decir, que los resultados obtenidos no serían significativos.
Además, los investigadores también ampliaron su foco tras comparar a los jefes de gobierno de 17 países relativamente estables de las democracias occidentales, en vez de limitar el estudio a presidentes de los Estados Unidos. Es importante resaltar que los investigadores no tuvieron en cuenta a dictadores, sino a presidentes elegidos de manera democrática. Está claro pero, que habría que comprobarlo también con presidentes de otros continentes, como los latinoamericanos o asiáticos.
La causa podría ser el estrés que sufren los presidentes
Los autores del estudio reconocieron que no pudieron encontrar las razones exactas de por qué los presidentes no viven tanto como sus rivales. Pero es posible que la causa sea el estrés. “Su agenda y su ritmo de trabajo frenético provoca que los presidentes tengan dificultades para llevar a cabo un estilo de vida saludable. Les cuesta poder llevar una rutina de alimentación sana y ejercicio físico” concluye Anupam Jena.
Ser político puede ser un trabajo que desgasta mucho. Viajes continuos, problemas que afectan a todo un país, la exposición continua al ojo público, etc. Por tanto, ser presidente del gobierno puede tener sus cosas buenas, pero también es una responsabilidad muy grande, que puede llegar a ser estresante.