Con frecuencia, al hablar del trastorno por déficit de atención e hiperactividad se tiende a hablar de las dificultades que este conlleva para las personas. Sin embargo, la ciencia está empezando a interesarse por comprender de una forma más profunda el impacto global de este trastorno del neurodesarrollo.
En este sentido, un equipo de investigadores se planteaba que quizá las características que definen el TDAH pueden estar relacionadas con otros aspectos menos estudiados, como la creatividad. De este modo se ha llevado a cabo el primer estudio que relaciona ambos factores.
A lo largo de este artículo hablamos sobre el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, creatividad y, sobre todo, del novedoso estudio que los une. Finalmente, planteamos la importancia de estas aportaciones y proponemos algunas estrategias que pueden ayudar a fomentar la creatividad en las personas diagnosticadas con TDAH.
¿Qué es el TDAH?
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad —también conocido como TDAH— es una condición del neurodesarrollo. Se caracteriza principalmente por las dificultades en la regulación de la atención, el control de impulsos y la organización.
Aunque muchas personas creen que el TDAH se define por una falta total de atención, es importante comprender que, en muchas ocasiones, lo que sucede es que los patrones atencionales fluctúan. Es decir, pueden concentrarse intensamente (hiperfoco) en algunas tareas y tener muchas dificultades para mantener la atención en tareas repetitivas o poco motivantes.
El diagnóstico siempre debe realizarlo un equipo de profesionales especializados en el tema, tras las evaluaciones adecuadas. Las dificultades deben ser significativas, interferir en la vida de la persona —dificultando su desempeño académico y entorpeciendo el ámbito social— e ir más allá de lo esperable por edad y momento evolutivo.
Por si las dificultades que genera en estas áreas no fuera suficiente, esta condición suele producir también problemas de autoestima y sufrimiento emocional. Es necesario tener una comprensión del tema lo más ajustada posible puesto que es uno de los diagnósticos más frecuentes en la etapa infantil. De hecho, se estima que entre un 5 y un 7% de las criaturas presentan esta neurodivergencia.
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¿Qué entendemos por creatividad?
Durante décadas, la creatividad ha suscitado interés tanto en el campo de la psicología como en la neurociencia. Se utiliza este término para hacer referencia a la capacidad de generar ideas nuevas, útiles y que aportan originalidad adaptándose a un contexto determinado.
Aunque durante algún tiempo —y en según qué contextos— se ha minimizado la importancia de esta habilidad relegándola prácticamente a artistas e inventores, está implicada en procesos que nos afectan a todas las personas como la resolución de problemas y conflictos, la comunicación y la estimulación del pensamiento crítico, entre otros.
La creatividad implica fluidez de pensamiento, flexibilidad cognitiva y originalidad. Diversos estudios la han relacionado con un equilibrio entre dos importantes redes cerebrales: la red neuronal por defecto —que se activa cuando la mente divaga— y la red ejecutiva —que organiza y evalúa las ideas—.
¿Qué dice la ciencia sobre el TDAH y la creatividad?
Es cierto que, hasta el momento, se habían publicado algunos trabajos en los que se relacionaba la divagación mental como posible factor que unía el TDAH y la creatividad. No obstante, hasta el momento ningún estudio había focalizado sus recursos en explorar esta conexión.
Un equipo de investigadores quiso estudiar la interacción entre los rasgos del trastorno por déficit de atención e hiperactividad, la creatividad y los desafíos funcionales, centrándose especialmente en la influencia de la divagación mental. Este término hace referencia a los momentos en los que la atención de la persona se desvía de lo que está haciendo y se adentra en sus propios pensamientos.
Para ello, reclutaron a un total de 750 participantes e hicieron dos estudios con dos grupos diferentes de pacientes con TDAH y controles sin diagnóstico. Los investigadores también midieron la capacidad creativa de las personas y posteriormente analizaron cómo se relacionaba con los diferentes tipos de divagación mental.
Los resultados obtenidos fueron claros: las personas con rasgos de TDAH más acentuados obtuvieron puntuaciones más altas en los logros creativos en ambos estudios. Esto incrementó todavía más en las situaciones en las que los participantes pudieron permitir que sus pensamientos divagaran de forma intencionada.
Así pues, parece ser que la divagación mental puede ser un mecanismo implicado en la conexión entre el TDAH y la creatividad. De este modo, lo que habíamos entendido como distracciones improductivas podrían ser, en realidad, grandes oportunidades creativas y de innovación.
La mente que divaga
Todas las mentes divagan en algún momento del día. La mente “se escapa”del presente y se va a escenarios imaginados, pasados y posibles del futuro. Estudios anteriores habían planteado dos tipos de divagación mental.
La divagación mental espontánea hace referencia a esos pensamientos, a menudo distractores, que aparecen de forma no intencionada. En esta pérdida de concentración, la mente puede ir de un tema a otro.
Por otro lado, la divagación mental deliberada sucede cuando las personas se permiten desviarse del tema de forma consciente con el objetivo de que la mente explore y se produzcan nuevas ideas.
Lo que nos aporta este estudio es la confirmación de que las personas diagnosticadas con trastorno por déficit de atención e hiperactividad muestran una mayor —y más fuerte— tendencia a la divagación mental.
Mientras que en contextos en los que se requiere poder mantener la atención de forma sostenida la divagación mental puede ser un obstáculo, en los contextos más flexibles y creativos puede ser un motor.
¿Cómo favorecer la creatividad en el TDAH?
Reconocer que las personas con TDAH pueden ser más creativas en determinados contextos no minimiza todas las dificultades a las que pueden hacer frente en otros momentos. Sin embargo, es interesante poder fomentar las fortalezas creando recursos internos que las impulsen.
Algunas estrategias que pueden ayudar en este sentido son:
- Combinar las rutinas claras con espacios para la exploración creativa y la divagación mental deliberada.
- Entrenar la conciencia en el presente ayuda a transformar la divagación espontánea en deliberada.
- Fomentar los ambientes estimulantes que permitan la posibilidad de cambiar de tarea para disminuir la frustración.
- Brindar apoyo emocional y educativo que se ajuste a las necesidades individuales de cada criatura entendiendo que no se distraen por “falta de voluntad” sino porque su cerebro funciona diferente.


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