Establecer objetivos es una estrategia que ayuda a controlar aspectos psicológicos importantes que afectan al rendimiento de un deportista como el control atencional, la autoconfianza o la motivación. Fijar unos objetivos realistas pero ambiciosos es una de las claves metodológicas básicas en la Psicología Deportiva.
Para ello, y teniendo en cuenta la temporada, los entrenamientos o los partidos, el entrenador debe decidir cuáles son los objetivos que los deportistas tendrán que alcanzar, individualmente y colectivamente. Si los objetivos son realistas, específicos, medibles, alcanzables y se consiguen con un tiempo determinado, van a aportar muchos beneficios para los deportistas y para el equipo.
Marcando objetivos claros
Los objetivos señalan el rumbo a seguir en el trabajo del entrenador y de los deportistas. Cuando no se marcan objetivos claros o la meta es demasiado alta, tanto la motivación como la autoconfianza se ven afectadas. Por tanto, un buen planteamiento de objetivos, ayuda a potenciar muchos aspectos psicológicos y marca la dirección hacia donde deben dirigirse los esfuerzos.
Además, establecer objetivos también permite evaluar el progreso deportivo y permite hacer cambios cuando no se cumplen las expectativas marcadas.
Tipos de objetivos: objetivos de resultado y objetivos de realización
Para poder establecer los objetivos de la temporada o de los partidos, el entrenador (o, mejor aún, el psicólogo deportivo) debe diferenciar entre objetivos de realización y objetivos de resultado.
1. Objetivos de resultado
Los objetivos de resultado hacen referencia a los resultados colectivos e individuales que se pretenden alcanzar, como por ejemplo, ganar la liga, conseguir más puntos, etc.
2. Objetivos de realización
Por su parte, los objetivos de realización se refieren a las conductas individuales y colectivas que los deportivas deben realizar para conseguir los resultados deseados. Por ejemplo, mejorar el contraataque, dominar los pases a un toque o tirar más veces a canasta desde diferentes posiciones.
Los objetivos de resultado son más útiles para aumentar el interés de los deportistas, pero los objetivos de realización son más eficaces para que los deportistas puedan percibir que controlan la situación a la que se enfrentan. Ambos tipos de objetivos, ayudan a definir la dirección que deben seguir el entrenador y los deportistas.
Beneficios de los objetivos de realización
Los objetivos de realización presentan ciertos beneficios. A continuación se muestran los más importantes:
- Permiten que los deportistas puedan establecer contingencias beneficiosas entre su propia conducta y los resultados.
- Acentúan y refuerzan la conducta de los deportistas más que las consecuencias de lo que hacen, que no dependen tanto de ellos.
- Permiten realizar una valoración más realista sobre la viabilidad de los objetivos.
- Propician la atención de los deportistas en su propia conducta, adoptando un estilo de funcionamiento más productivo y gratificante.
- Permiten la evaluación del rendimiento de manera sencilla y eficaz.
- Favorecen la autoconfianza, el estado de alerta y la motivación de los deportistas.
Características de los objetivos eficaces
Para que los objetivos sean eficaces es necesario que cumplan ciertos requisitos, pues podrían resultar perjudiciales si no se adaptan a ciertos criterios.
Por ejemplo, si el entrenador establece objetivos demasiado ambiciosos e inalcanzables va a provocar que la autoconfianza de los deportistas se vea afectada de manera negativa. Para evitar esto, a continuación se muestran una serie de características que presentan los objetivos eficaces:
- Se deben definir objetivos finales e intermedios y marcar el plazo para conseguirlos
- Los objetivos deben ser específicos y estar muy bien definidos
- Los objetivos deben ser atractivos, pero también realistas
- Los objetivos deben ser desafiantes, pero a la vez exigirles un coste proporcionado
- En los deportes de equipo se deben establecer objetivos colectivos e individuales