La ansiedad es una de las alteraciones psicológicas más frecuentes, y además puede ser producida por una gran cantidad de situaciones diferentes. Es por eso que resulta importante conocer su funcionamiento y aquello que la caracteriza.
Por ello, en este caso entrevistamos a una psicóloga experta en la resolución de los problemas de ansiedad: Ruth Fernández Matía.
- Artículo relacionado: "Los 7 tipos de ansiedad (características, causas y síntomas)"
La gestión de los problemas de ansiedad: entrevista a Ruth Fernández Matía, psicóloga
Ruth Fernández Matía es psicóloga sanitaria con muchos años tratando a personas con problemas de ansiedad y del estado del ánimo. Actualmente reside en León, lugar en el que atiende a pacientes de todas las edades. Aquí nos habla sobre las claves para entender cómo funciona la ansiedad.
¿Cuáles son los riesgos de mantener un problema de ansiedad durante mucho tiempo? ¿Puede derivar en otros trastornos?
La ansiedad mantenida en el tiempo puede llegar a generar problemas de salud, problemas digestivos, insomnio, dolor de cabeza, dermatitis… Influye en las relaciones sociales, de pareja, en tu rendimiento académico, laboral… puede llegar a afectar toda calidad de vida.
Las consecuencias de llevar tiempo sufriendo ansiedad y sin poner solución, pueden derivar en cuadros depresivos, abusos de determinadas sustancias o consumo de alimentos hipercalóricos que ayudan a corto plazo a reducir esos niveles de activación nerviosa.
¿Crees que para la mayoría de las personas es fácil detectar cuándo tienen un problema con la ansiedad, más allá de notar una sensación de malestar?
Mucha gente no se percata de determinada sintomatología que genera la ansiedad; viven así durante mucho tiempo y lo normalizan en sus vidas.
La ansiedad se puede manifestar de muchas formas; a nivel fisiológico se produce una activación en nuestro sistema nervioso simpatico que hace que las personas se perciban a nivel físico mal, algunos manifiestan sensación de ahogo hasta otros que son incapaces de realizar la deglución de alimentos. A veces no son conscientes que todo radica de la ansiedad.
Cuando los pacientes afectados por los problemas de ansiedad llegan a tu consulta por primera vez, ¿de qué se quejan concretamente, en general?
Algunos refieren no dormir, o tener diversos sueños-pesadillas, no tienen un sueño reparador. Otros llegan porque no controlan su ira, otros por un bajo estado de ánimo y con apatía, etc. También hay gente que comenta que ha empezado a pensar más cosas negativas más de lo normal, a tener miedos... aunque exista una sintomatología similar, cada uno canaliza la ansiedad de forma diferente.
Una vez que has detectado que el problema de fondo tiene que ver con la ansiedad, ¿por qué fases pasa la psicoterapia, a lo largo de las sesiones?
Siempre me gusta evaluarles el desajuste emocional que presentan en el ahora, y cómo es su tendencia como rasgo de personalidad. En cinco sesiones vuelvo a realizar la evaluación, y el propio paciente va a ver cómo su desajuste emocional se ha reducido mas de un 50%.
Realizo una forma de terapia con la que el paciente aprende estrategias y recursos que le ayudarán reducir la ansiedad. Trabajo la los pensamientos con técnicas muy innovadoras, y hay otra parte conductual que también es muy importante.
Una vez han pasado varias sesiones, ¿cuáles son las primeras señales de que la terapia está haciendo efecto?
Nuestra señal más importante y objetiva es la comparación de la evaluación a las cuatro sesiones, ahí objetivamente vemos la mejoría. El propio paciente empieza a notar que duerme mejor, que respira más tranquilo que todos los síntomas de activación del sistema nervioso simpático se están desactivando.
¿Qué consejos das para prevenir la acumulación excesiva de ansiedad?
Un consejo básico y muy preventivo es aprender a respirar bien, la respiración es un ansíolitico natural. Nuestro cuerpo es una farmacia natural y no la estamos sacando partido.
Trabajar nuestros pensamientos es importantísimo, pues la calidad y el contenido de lo que piensas modifican nuestro cerebro y el cuerpo termina manifestando lo que nuestra mente cree. También hay que aprender a tomar distancia de ciertos pensamientos y creencias, y generar en el paciente nuevos hábitos que le lleven a una calidad de vida mejor.