El concepto de coaching es tan amplio que, en cierto sentido, escapa a las definiciones. Es por ello que si bien esta palabra se ha popularizado mucho en las últimas décadas, es habitual no saber muy bien qué significa. Y no es para menos, porque la variedad de sus funciones puede dar paso a un amplio abanico de maneras de ejercer el coaching.
Si te interesa tener una visión más exacta acerca de lo que es el coaching, sigue leyendo. Aquí entrevistamos a la coach Elena Tecglen, que explica cuáles son los tipos de aportaciones que pueden llegar desde el coaching.
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Entrevista a Elena Tecglen: así funciona un proceso de coaching
Elena Tecglen es coach, y tanto desde su consulta situada en Palma de Mallorca como de manera online, trabaja regularmente tanto con personas individuales que buscan apoyo para afrontar proyectos y dificultades de su vida privada, con profesionales y empresas con necesidades asociadas al trabajo y al rendimiento laboral. En esta entrevista explica con detalle cuáles son las funciones típicas del proceso de coaching.
¿Cuáles son los tipos de problemas y necesidades que son abordados de manera habitual por el coaching?
Permíteme que primero haga una breve introducción de la labor principal de un coach. El papel del coach en la vida de las personas que nos piden ayuda es de acompañarles y guiarles para enseñarles a coger las riendas de sus vidas, a que se conozcan mejor interiormente, a saber controlar su emociones y sobre todo a crear un plan para conseguir objetivos, metas... en definitiva, somos como el genio de la lampara maravillosa. Ayudamos a que los deseos se conviertan en realidad.
Los problemas y necesidades que abordamos pueden llegar a ser infinitos, al menos en mi caso, pero algunas de las más habituales son, por ejemplo, las que tienen que ver con encontrarse a uno mismo. Es muy habitual encontrarnos personas perdidas, desorientadas, que no tienen claro lo que quieren. No tienen objetivos, ni ningún aliciente, se despiertan sin ninguna motivación... El coach les ayuda a cambiar el prisma de esa situación, a buscar su potencial, a encontrar lo que quieren hacer, a crearse objetivos y alicientes a corto plazo y a despertarse cada mañana con motivación y energía.
Otra necesidad muy presente es el control de las emociones; es muy normal no controlar algunas emociones, y allí entramos nosotros. Nuestra labor es que el coachee entienda sus emociones, y darles herramientas para saber controlarlas.
También es muy usual el necesitar mejorar las habilidades sociales y comunicativas; las habilidades sociales nos permiten lograr una mayor confianza en nosotros mismos y valorarnos más, ser conscientes de todo aquello que podemos aportar. Es una parte importante para crear autoconfianza y autoestima.
Por otro lado, es necesario el aprender a tomar decisiones y resolver conflictos; conseguir cambiar las creencias limitantes, por unas que nos ayuden a ser asertivos y saber gestionar cualquier situación.
También es fundamental la necesidad de encontrar el potencial de uno mismo; el encontrar el propósito vital de coachee, aquello en lo que destacamos, hará que podamos ofrecer lo mejor de nosotros, sobre todo en el ámbito profesional. Los coach le damos mucha importancia a la auto-realización para lograr todo lo que uno se proponga.
Abordamos también el tema de las relaciones personales. Muchos de los conflictos en las relaciones personales surgen por la falta de autoestima y autoconfianza, del coachee o de su pareja o con cualquier persona de su entorno. El coach se centra en los hábitos sociales y comunicativos, generando así un espacio de seguridad. Creando asertividad en el coachee, hacemos que sea capaz de expresarse sinceramente, sin dañar al otro, es decir, empatizando y teniendo en cuenta sus emociones.
En lo relativo al ámbito laboral, ¿cómo se trabaja desde el coaching para ayudar a las personas a aprender a gestionar mejor su tiempo?
La gestión del tiempo consiste en hacer un uso inteligente del tiempo. El tiempo es lo más valioso que tenemos. Gestionarlo de manera organizada es esencial para aumentar nuestra productividad, y así reducir nuestros niveles de estrés y, con ello mejorar nuestro bienestar.
El coach crea unas pautas con el coachee para gestionar su tiempo, empezando por hacer una lista de asuntos diarios, semanales o mensuales. Dentro de la lista, es importante realizarlas por orden, ya que las hemos colocado por prioridad; si empezamos por las más sencillas, no cumpliremos los objetivos de la lista.
También es muy importante concentrarse en una única tarea. Estamos acostumbrados a la multitarea, esto hace que ninguna de nuestras tareas se completen de manera correcta. Hay que evitar las distracciones, es esencial focalizarse en la actividad a realizar, sin distracciones; por lo tanto hay que alejarse de “los ladrones del tiempo”, como las redes sociales, movil etc. Es imprescindible hacer descansos regulares, ayuda a mantenerse más concentrado, consiguiendo así un tiempo aprovechado y de calidad.
Además, los grandes proyectos tienen que ser divididos en partes pequeñas, resultando así un carga menos pesada y más llevadera. Hay que ser consciente de que cada pequeña parte que se finalice, será un paso más a la meta.
Y por último, para organizar la semana hay que tener en cuenta los niveles de energía que tenemos durante este periodo; el lunes aún estamos en el calentamiento del inicio de la semana, es un buen día para organizarse. Los martes y miércoles conforman el momento en el que estamos en el “pico de energía” y tenemos que aprovecharlo al máximo y atacar las tareas más difíciles. El jueves empieza a bajar la energía, y es perfecto para hacer las tareas más simples y ligeras. Finalmente, el viernes, cansados de toda la semana, es un buen día para hacer reuniones y cerrar objetivos.
¿Existen formas de intervención grupal de coaching en empresas, o el coaching es siempre un proceso individualizado?
El coaching se puede hacer de forma grupal e individualizado. El coaching grupal en una empresa ofrece a los trabajadores diversas herramientas para mejorar su ambiente laboral; de liderazgo, de comunicación interpersonal, de motivación, de creatividad... garantizando que al finalizar el proceso se obtenga un aprendizaje beneficioso para el trabajador y para la empresa.
Normalmente todas las personas que participan realizan cambios en su puesto de trabajo. Ese aprendizaje seguramente lo aplicarán con todas las personas de su entorno, mejorando así, las relaciones interprofesionales y el clima laboral. Estos procesos son muy beneficiosos para las empresas, ya que necesitan que sus trabajadores estén motivados y sean productivos, flexibles a cambios y formando un equipo solido.
Y en el ámbito más personal, ¿qué habilidades de gestión emocional son más importantes, de entre aquellas que son fomentadas por el proceso de coaching?
Las habilidades emocionales que más trabajamos en un proceso coaching son el saber identificar y gestionar las emociones, el ser conscientes de cómo afectan en nuestras acciones y ser capaces de modelarlas.
El autocontrol es esencial para una vida en armonía, el controlar tus impulsos, los sentimientos instantáneos... La asertividad es fundamental en el ámbito laboral, porque se aprende a expresar las opiniones o los sentimientos correctamente; es una característica clave para liderar un equipo o la toma de decisiones.
La empatía, el escuchar, el tener en cuenta la situación y las emociones de otras personas, controlar el tono y la forma en la que te diriges a los demás es indespensable para abrir canales de comunicación y mejorar las relaciones personales. Y por último, la positividad y la motivación son las dos habilidades que lo mueven todo.
El estado de ánimo es necesario en todos los niveles: en las relaciones, en lo laboral, en la salud... y la motivación es el elemento que te hace conseguir los objetivos y las metas que te propongas y conseguir una vida de éxitos.
¿De qué manera se relacionan las habilidades sociales y comunicativas y el coaching?
El desempeño de cualquier rol en la vida exige conocer y dominar las habilidades sociales y comunicativas que permitan de forma coloquial y profesional crear una relación eficaz y satisfactoria con los demás. El coach ofrece numerosas estrategias de interacción social que posibilitan la manifestación asertiva de conductas y emociones dentro de cualquier contexto familiar, laboral, social, académico...
¿Por qué fases suele pasar un proceso de coaching?
El proceso coaching suele tener 4 fases. La primera fase es aquella en la que se establece un primer contacto y se crea un clima de confianza. En esta fase, se especifican los objetivos que se quieren alcanzar, los posibles problemas y obstáculos que hay, como está su gestión de emociones y el grado de motivación e implicación del coachee en este proceso, ya que se producirán muchos cambios.
La segunda fase consiste en crear el plan de acción. Es el momento de organizar las áreas en las que se puede mejorar o cambiar, y crear un plan de acción para los objetivos que se hayan puesto, de forma clara, específica, medible y con fecha limite.
En la tercera fase empezamos a trabajar sobre el terreno. Esta es la fase mas importante de todo el proceso. El coach facilita los conocimientos y técnicas para conseguir los objetivos. El coachee va descubriendo herramientas que funcionan; a medida que va avanzando se va motivando cada vez más en conseguir resultados. Este proceso está compuesta por una serie de sesiones en las que se trabaja codo con codo entre el coach y el coachee, y donde se van evaluando los avances, los niveles de entusiasmo y de atención en las sesiones. En cada sesión es esencial darle un “feedback” al coachee, resaltando los aspectos de evolución positiva y los que todavía pueden mejorar más.
La cuarta y ultima fase es la de evaluar y hacer un seguimiento. En esta última fase vemos la evaluación del coachee y se obtiene un resumen de los resultados obtenidos en el proceso coaching; se miden los logros y se elabora una nueva estrategia para asegurar la continuación del progreso.