Usar las nuevas tecnologías en la vejez protege del deterioro cognitivo, según un estudio

Descubre cómo la tecnología puede ser clave para un envejecimiento mental más saludable.

Usar las nuevas tecnologías en la vejez protege del deterioro cognitivo, según un estudio
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Envejecer con buena salud mental es uno de los grandes retos de nuestra sociedad. El temor al deterioro cognitivo, que afecta la memoria y otras capacidades mentales, preocupa especialmente a quienes llegan a la tercera edad. En un mundo cada vez más digitalizado, surge la pregunta: ¿puede la tecnología ser una aliada en la protección del cerebro?

Un reciente estudio internacional ha arrojado luz sobre esta cuestión, desafiando la creencia de que el uso de ordenadores, teléfonos inteligentes e internet podría acelerar el deterioro mental. Por el contrario, los resultados sugieren que incorporar nuevas tecnologías en la vida diaria de las personas mayores podría ayudar a mantener la mente activa y retrasar el envejecimiento cerebral. Este artículo explora los hallazgos y sus implicaciones para un envejecimiento más saludable.

¿Qué es el deterioro cognitivo y por qué preocupa en la vejez?

El deterioro cognitivo hace referencia a la pérdida progresiva de habilidades mentales como la memoria, la atención, el razonamiento y el lenguaje. Si bien es normal que algunas funciones cognitivas disminuyan ligeramente con la edad, en algunos casos este deterioro puede avanzar hasta convertirse en demencia, una condición que afecta gravemente la autonomía y la calidad de vida.

Según la Organización Mundial de la Salud, se estima que más de 55 millones de personas en el mundo viven con demencia, y la mayoría de los casos se presentan en adultos mayores. Este fenómeno preocupa especialmente en sociedades que envejecen rápidamente, ya que implica un desafío tanto para las familias como para los sistemas de salud. Por ello, identificar factores que puedan proteger el cerebro y retrasar el deterioro cognitivo es una prioridad en la investigación sobre el envejecimiento saludable.

Tecnología y cerebro: mitos y realidades

Durante mucho tiempo, el uso de la tecnología en personas mayores ha estado rodeado de mitos y temores. Uno de los más extendidos es la llamada “demencia digital”, la idea de que el uso de móviles, ordenadores o internet puede acelerar el deterioro cognitivo o provocar pérdida de memoria. Sin embargo, la evidencia científica reciente desmonta estos prejuicios y revela una realidad mucho más positiva.

Entre los mitos más comunes figura la creencia de que los adultos mayores no pueden aprender cosas nuevas o que están condenados a perder memoria con la edad. La ciencia ha demostrado que, lejos de ser así, la mente se mantiene plástica y capaz de adaptarse a nuevos retos, como el aprendizaje de herramientas digitales o la interacción en redes sociales. Además, se ha comprobado que el uso activo y participativo de la tecnología —como leer noticias en línea, realizar videollamadas o aprender a manejar aplicaciones— estimula la mente y favorece la socialización, dos factores clave para la salud cerebral.

El verdadero riesgo no radica en la tecnología en sí, sino en el uso pasivo y sedentario, como pasar horas viendo televisión sin interacción. Por el contrario, la tecnología empleada de forma activa puede convertirse en una poderosa aliada para mantener la mente ágil y retrasar el deterioro cognitivo. Superar los mitos y facilitar la inclusión digital de las personas mayores es, por tanto, un paso fundamental hacia un envejecimiento más saludable y autónomo.

El estudio: metodología y principales hallazgos

El reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad de Texas y la Universidad de Baylor representa uno de los análisis más completos hasta la fecha sobre la relación entre el uso de tecnología y el deterioro cognitivo en adultos mayores. Para llegar a sus conclusiones, los científicos llevaron a cabo un meta-análisis, es decir, una revisión sistemática y combinación de datos de múltiples estudios previos. En total, analizaron 57 investigaciones que incluyeron a más de 411,000 personas mayores de 50 años, provenientes de diversos contextos y países.

El objetivo principal era determinar si existía una relación entre el uso de tecnologías como ordenadores, teléfonos inteligentes e internet, y la aparición o progresión del deterioro cognitivo o demencia. Para ello, los estudios incluidos evaluaban tanto el nivel de exposición a la tecnología como el rendimiento en pruebas cognitivas o la presencia de diagnósticos de demencia.

Los resultados fueron sorprendentes y alentadores: el uso frecuente de tecnología se asoció con un riesgo significativamente menor de sufrir deterioro cognitivo. Específicamente, el análisis arrojó un “odds ratio” de 0.42, lo que se traduce en una reducción del 58% en el riesgo de deterioro cognitivo entre quienes utilizaban más tecnología. Este efecto protector se mantuvo incluso después de ajustar por factores como el nivel socioeconómico y la salud general de los participantes.

Además, el impacto positivo del uso de tecnología resultó comparable o incluso superior al de otros factores protectores bien conocidos, como la actividad física regular o el control de la presión arterial. Sin embargo, los autores advierten que, aunque la asociación es clara, no se puede afirmar todavía que el uso de tecnología cause directamente una mejor función cognitiva. Se necesitan más estudios para comprender los mecanismos de este beneficio y para confirmar los resultados en diferentes poblaciones, especialmente en países de ingresos bajos y medios.

¿Por qué podría la tecnología proteger el cerebro?

El uso de la tecnología en la vejez podría proteger el cerebro por varias razones que van más allá de la simple distracción o entretenimiento. En primer lugar, aprender a manejar dispositivos digitales, adaptarse a nuevas aplicaciones o navegar por internet requiere un esfuerzo mental considerable. Este tipo de desafíos estimulan la memoria, la atención y el razonamiento, funciones cognitivas que tienden a debilitarse con la edad si no se ejercitan. Así, cada vez que una persona mayor aprende a usar un nuevo teléfono inteligente o explora una plataforma digital, está entrenando su cerebro de manera similar a como lo haría al aprender un idioma o tocar un instrumento musical.

Además, la tecnología facilita la conexión social, un factor clave para la salud mental y cognitiva. A través de videollamadas, redes sociales y mensajería instantánea, las personas mayores pueden mantenerse en contacto con familiares y amigos, evitando el aislamiento y la soledad, dos condiciones asociadas a un mayor riesgo de deterioro cognitivo.

Por otro lado, la tecnología ofrece acceso a información, cursos en línea y actividades lúdicas que fomentan el aprendizaje continuo y la curiosidad intelectual. Este fenómeno ha sido denominado “reserva tecnológica”, en referencia a la capacidad del cerebro de adaptarse y fortalecerse mediante la exposición a nuevos retos digitales. En conjunto, estos factores sugieren que la tecnología, cuando se usa de manera activa y consciente, puede convertirse en una herramienta poderosa para mantener la mente ágil y retrasar el envejecimiento cerebral.

Implicaciones prácticas: consejos para un uso saludable de la tecnología en mayores

Aprovechar los beneficios de la tecnología en la vejez no significa pasar horas frente a una pantalla, sino integrarla de forma activa y equilibrada en la vida cotidiana. Para las personas mayores, el primer paso es perder el miedo a experimentar con nuevos dispositivos y aplicaciones. Participar en talleres de alfabetización digital, solicitar ayuda a familiares o amigos, o aprovechar recursos en línea pueden ser estrategias muy útiles para familiarizarse con la tecnología.

Una recomendación clave es elegir actividades digitales que sean estimulantes y variadas. Realizar videollamadas con familiares, unirse a grupos de interés en redes sociales, leer noticias en portales confiables o aprender nuevas habilidades a través de cursos online son ejemplos de usos activos y enriquecedores. Además, existen aplicaciones diseñadas específicamente para ejercitar la memoria, la atención y otras funciones cognitivas, que pueden complementar otras actividades intelectuales como la lectura o los juegos de mesa.

Es importante también mantener un equilibrio entre el tiempo dedicado a la tecnología y otras actividades saludables, como el ejercicio físico, el contacto con la naturaleza y la interacción social cara a cara. La clave está en utilizar la tecnología como una herramienta para potenciar la autonomía, la comunicación y el aprendizaje, sin caer en el aislamiento ni en el uso pasivo y excesivo. De esta manera, las personas mayores pueden aprovechar al máximo los beneficios de la era digital, manteniendo su mente activa y reforzando su bienestar general.

Desafíos y preguntas abiertas

Aunque los resultados del estudio son prometedores, existen varias limitaciones y preguntas que aún requieren respuesta. En primer lugar, la mayoría de los datos provienen de países de ingresos altos, por lo que es necesario investigar si estos beneficios se replican en contextos con menos acceso a tecnología o recursos. Además, la relación entre uso de tecnología y mejor función cognitiva es una asociación, no una causalidad demostrada; es decir, no está claro si usar tecnología mejora el cerebro o si las personas con mejor función cognitiva tienden a usar más tecnología.

También es importante considerar los posibles riesgos del uso excesivo o inadecuado de dispositivos digitales, como la sobreexposición a pantallas, distracciones constantes o problemas de salud mental, especialmente en generaciones más jóvenes. Por ello, futuros estudios deberán explorar cómo maximizar los beneficios de la tecnología mientras se minimizan sus posibles efectos negativos, adaptando recomendaciones según la edad, el contexto y las necesidades individuales.

En conclusión, el uso activo y consciente de la tecnología en la vejez se asocia con un menor riesgo de deterioro cognitivo. Aunque aún quedan preguntas por responder, estos hallazgos invitan a ver la tecnología como una aliada para un envejecimiento saludable, promoviendo la estimulación mental, la conexión social y la autonomía en las personas mayores.

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  • Benge, J.F., Scullin, M.K. (2025). A meta-analysis of technology use and cognitive aging. Nat Hum Behav.

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Javi Soriano. (2025, mayo 28). Usar las nuevas tecnologías en la vejez protege del deterioro cognitivo, según un estudio. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/clinica/usar-las-nuevas-tecnologias-en-la-vejez-protege-del-deterioro-cognitivo-segun-un-estudio

Psicólogo

Javi Soriano es graduado en Psicología por la Universidad de Valencia y está acabando un Máster en Investigación Psicosocial. Le interesa todo lo que tiene que ver con las personas y la sociedad, pero le encanta leer y escribir sobre temas relacionados con el género, la sexualidad y las minorías. Es una persona muy curiosa a la que le encantan los debates y aprender de los demás.

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